Filtran los mensajes donde Zuckerberg rechaza proteger a los menores para no distraer recursos de su obsesión por el Metaverso
Documentos judiciales revelan que Meta desvió recursos de seguridad infantil para financiar el Metaverso. Zuckerberg ignoró advertencias internas sobre los riesgos de adicción en menores
Unos correos internos recién desprecintados en un tribunal de California han puesto a la cúpula de Meta contra las cuerdas. Según los documentos judiciales, Mark Zuckerberg habría bloqueado personalmente la contratación de personal de seguridad infantil para no desviar recursos de su gran apuesta: la realidad virtual y el Metaverso. La decisión ignoró las súplicas directas de sus propios directivos, que pedían más manos para atajar los riesgos graves en la plataforma.
La información la recoge Reuters, basándose en un escrito de los demandantes que acusa a la compañía de saber perfectamente lo que hacía. El texto alega que Meta enterró pruebas internas sobre daños psicológicos en adolescentes y diseñó sus algoritmos para explotar la vulnerabilidad de los menores, priorizando el tiempo de uso sobre la salud mental a pesar de las advertencias de sus propios ingenieros.
Crecimiento por encima de la seguridad
El escrito detalla políticas difíciles de justificar, como un sistema que permitía hasta 17 infracciones antes de expulsar a cuentas ligadas a la trata de personas. Esto confirma lo que llevan años denunciando ex trabajadores de Facebook y Google sobre el peligro de estas dinámicas, diseñadas para retener al usuario a toda costa aunque eso genere problemas graves en los jóvenes como trastornos de la conducta alimentaria o ansiedad severa.
Los documentos sugieren que Meta apuntó deliberadamente a los preadolescentes, conscientes de que cuanto antes introducimos las pantallas, más profundo es el impacto en el cerebro en desarrollo. La estrategia surtió efecto: hoy sabemos que el 93% de los adolescentes piensa que debería cambiar sus hábitos, atrapados en un bucle de notificaciones y recompensas variables que la empresa se negó a moderar para no perjudicar sus métricas de retención.
Zuckerberg supuestamente rechazó las propuestas para mitigar esta dependencia alegando que los "recursos eran limitados". Aunque hay una clara relación entre el smartphone y las emociones negativas, Meta se defiende asegurando que las citas están sacadas de contexto. La empresa insiste en que sus herramientas de control parental son robustas y niega haber ocultado datos sobre la salud mental de sus usuarios de forma intencionada.
Este litigio agrupa a más de 1.800 demandantes y podría marcar un punto de inflexión en la responsabilidad corporativa. Si se demuestra ante el juez que la directiva sacrificó la seguridad por el beneficio, las consecuencias legales obligarían a reestructurar radicalmente cómo las grandes plataformas diseñan y monetizan sus productos dirigidos al público infantil.