Google Pixel 10 Pro XL, análisis: la victoria de la lógica sobre la pirotecnia de la gama alta
La nueva generación de Pixel va de refinamiento. La compañía ha mejorado todo lo que ya era bueno en los Pixel 9, y resuelto los pocos problemas que aún arrastraba la anterior generación

Desde que Google decidió meterse en el pantanoso mundo del hardware con sus Pixel, me enganchó. He sido un fiel seguidor y usuario de cada iteración, de cada pequeño (y a veces, no tan pequeño) salto de fe de Mountain View en su particular visión del smartphone. Por eso tenía tanta curiosidad por poner a prueba la nueva generación de dispositivos, que a simple vista no trae consigo grandes novedades con respecto a la anterior. O eso parece.
Y es que, si hay algo que define a Google el terreno de los móviles, es la coherencia, la obstinación por una idea. Pero también, en ocasiones, una cierta aversión al riesgo que, a veces, les pasa factura. El Pixel 10 Pro XL es el epítome de esta filosofía: un dispositivo que, en la superficie, parece la enésima revisión del mismo tema, pero que, bajo el capó y en los pequeños detalles, demuestra un pulido y una madurez que lo convierten, de nuevo, en una de las opciones más inteligentes y lógicas dentro de la jungla de la gama alta Android. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce, y este Pixel también deja una sensación agridulce, una pregunta en el aire: ¿dónde está el golpe en la mesa que esperábamos?
En un mercado saturado de especificaciones brutales y precios desorbitados, el Pixel 10 Pro XL llega con la promesa de una experiencia, de un ecosistema que funciona. Pero no nos engañemos, la competencia es feroz, especialmente desde China, y Google no puede dormirse en los laureles si quiere seguir siendo el referente de Android puro, de la inteligencia artificial hecha smartphone. En este análisis, pretendo desenmarañar todas las capacidades de un terminal que, como bien saben los que llevamos años en esto, es mucho más que un móvil. Es la materialización de la visión de Android que Google siempre ha querido para el mundo.
+ Pros
- Probablemente, la mejor experiencia de usuario Android del mercado
- Pantalla de excelente calidad
- Diseño atractivo, coherente y refinado
- Sistema de cámaras versátil y de calidad
- El soporte para Qi2.2 con PixelSnap abre un nuevo mundo de posibilidades
- Una de las mejores propuestas de IA integrada en smartphones
- Contras
- Se echa en falta un empujón en el hardware de la cámara
- Algunas funciones de software solo están disponibles en inglés

- Ficha técnica de características
- Precio del Google Pixel 10 Pro y dónde comprarlo
- Diseño: la belleza de la coherencia
- Pantalla: la referencia que no necesita pirotecnia para brillar (pero aún le falta un pequeño detalle)
- Rendimiento: la potencia de la experiencia, no la de los números (con un cambio histórico)
- Software: Android 16 y la magia de Material 3 Expressive
- Cámaras: la inteligencia artificial que hace milagros (pero que no puede suplir la física en todo)
- Mejores alternativas al Pixel 10 Pro XL
- Conclusión: ¿vale la pena el Google Pixel 10 Pro XL?
Ficha técnica de características
Especificaciones | Google Pixel 10 Pro | Google Pixel 10 Pro XL |
---|---|---|
Dimensiones | 152,8 x 72,0 x 8,6 (mm) 207 (g) | 162,8 x 76,6 x 8,5 (mm) 232 (g) |
Pantalla | Super Actua Display OLED LTPO de 6,3 pulgadas 2.856 x 1.280 píxeles, 495 PPP, tasa de refresco 1-120 Hz, brillo máximo de 3.300 nits (pico) HDR, 24 bit de profundidad de color | Super Actua Display OLED LTPO de 6,8 pulgadas 2.992 x 1.344 píxeles, 486 PPP, tasa de refresco 1-120 Hz, brillo máximo de 3.300 nits (pico) HDR, 24 bit de profundidad de color |
Procesador | Google Tensor G5 (nodo de 3 nm de TSMC), octa-core @ 3,78 GHz, GPU IMG DXT-48-1536 Coprocesador de seguridad Titan M2 | |
RAM | 16 GB (LPDDR5x) | |
Almacenamiento | 128 GB / 256 GB / 512 GB / 1 TB (UFS 4.0) | 256 GB / 512 GB / 1 TB (UFS 4.0) |
Sistema operativo | Android 16 7 años de actualizaciones de software, seguridad y actualizaciones de funciones de Pixel | |
Conectividad | 5G con doble SIM Wi-Fi 7 doble-banda Bluetooth 6 LE con aptX HD aGPS con GNSS, GLONASS y GALILEO NFC Ultra Wideband Satellite SOS USB 3.2 Tipo-C | |
Cámaras | Trasera: 50 MP (wide) ƒ/1.68, OIS, autoenfoque Octa PD, tamaño de 1/1,3", 82º 48 MP (ultrawide) ƒ/1.7, autoenfoque Quad PD, tamaño de 1/2,55", 123º 48 MP (telephoto) ƒ/2.8 con zoom óptico 5x, OIS, autoenfoque Quad PD, tamaño de 1/2,55", 22º Frontal: 42 MP (wide) ƒ/2.2, autoenfoque Dual PD, 103º | |
Batería | 4.870 mAh (no extraíble) Carga rápida de 30 W / Carga inalámbrica magnética Pixelsnap (Qi 2) hasta 15 W Carga reversible | 5.200 mAh (no extraíble) Carga rápida de 30 W / Carga inalámbrica magnética Pixelsnap (Qi 2) hasta 15 W Carga reversible |
Otros | Lector de huellas integrado (ultrasónico) Desbloqueo por reconocimiento facial Certificación IP68 Gorilla Glass Victus 2 (frontal y trasera) con recubrimiento antihuellas Chasis de aluminio 100% reciclado Tres micrófonos con cancelación de ruído Altavoces estéreo Audio espacial Google AI Pro con Circle to Search (1 año gratis) |
Precio del Google Pixel 10 Pro y dónde comprarlo
Los nuevos teléfonos flagship de Google se pueden pre-comprar desde el día de su presentación, el 20 de agosto de 2025, en la tienda oficial del gigante de Mountain View en los diferentes mercados, llegando también a otros canales de distribución entre los que se incluyen los principales retailers tecnológicos.
Los envíos de las unidades reservadas están programados para el día 28 de agosto.
En cuanto a modelos, los acabados y tonalidades se comparten en ambas versiones del Google Pixel 10 Pro junto con su hermano 'Pro XL', con cuatro colores a elegir: Moonstone, Jade, Porcelain y Obsidian. Todos los Pixel 10 Pro cuentan con 16 GB de RAM, mientras que el almacenamiento podrá elegirse entre 128 GB (sólo para el Pixel 10 Pro), 256 GB y 512 GB ó 1 TB de memoria.
Y para completar, los precios de base son los que os dejamos a continuación:
- Pixel 10 Pro (16GB/128GB).- 1.099 euros
- Pixel 10 Pro XL (16GB/256GB).- 1.299 euros
Diseño: la belleza de la coherencia

El Google Pixel 10 Pro XL, junto al Googler Pixel 10 / Fotografía de Christian Collado
Permitidme comenzar con lo obvio: el Google Pixel 10 Pro XL es un móvil increíblemente continuista. Y cuando digo increíblemente, lo digo con el peso de la experiencia. Si colocas el Pixel 9 Pro que he estado usando a lo largo del último año como teléfono personal al lado de este nuevo modelo, necesitarías una lupa para encontrar las diferencias estéticas, y aun así, sería un reto para el ojo no entrenado.
El diseño es, de hecho, prácticamente idéntico a su predecesor, salvo por un mínimo detalle estético que, a su vez, es una declaración de intenciones: la "G" del logotipo de Google en la parte trasera es ahora ligeramente más grande. ¿Por qué? Para destacar la zona donde se colocan los accesorios compatibles con el nuevo sistema magnético Pixel Snap, un guiño que no solo es funcional, sino que también refuerza la identidad de marca de una manera sutil pero efectiva.
No obstante, que sea continuista no significa que sea aburrido. Todo lo contrario. Después de haber tenido en mis manos prácticamente todos los Pixel desde el principio, debo admitir que Google ha encontrado por fin su propia voz estética. Lejos quedan aquellos experimentos de los primeros modelos (¿alguien se acuerda del inmenso Notch del Pixel 3 XL?). Este diseño es atractivo, tiene una personalidad muy diferencial respecto a sus rivales de Android, y sus líneas son coherentes, armoniosas.

Parte trasera del Google Pixel 10 Pro XL en color blanco / Fotografía de Christian Collado
El ya icónico módulo de cámaras, bautizado como Camera Bar, que se extiende de lado a lado, no solo es una seña de identidad, sino que también aporta una estabilidad extra al dispositivo cuando está apoyado sobre una superficie, algo que se agradece cuando uno teclea con el móvil apoyado sobre una mesa.
Asimismo, la construcción sigue siendo premium. El tacto de la parte trasera, esa sensación ligeramente sedosa que se ha convertido en una firma de los Pixel, es una delicia en la mano. Los marcos de metal pulido y el cristal Corning Gorilla Glass Victus 2 en la parte trasera y delantera confirman que Google no escatima en calidad de materiales. El agarre es firme y la distribución del peso está tan bien conseguida que, a pesar de su tamaño de 162,8 mm de alto, 76,6 mm de ancho y 8,5 mm de profundidad, y sus 232 gramos de peso —un peso considerable, pero esperable en un terminal XL—, no se siente desequilibrado. Es un móvil que, en cuanto lo coges, te transmite solidez y robustez. La resistencia al polvo y al agua IP68 es, por supuesto, un estándar en esta categoría, y aquí Google cumple con creces.
Para los que venimos siguiendo a Google desde sus inicios con Android, esta coherencia en el diseño es, en cierto modo, una victoria. Google, que en sus primeros Nexus delegaba la estética a otros, ha logrado consolidar una imagen propia para sus Pixel. Una imagen que, como en su día lo fue la de Apple con sus iPhone, es reconocible al instante. El diseño de este Pixel es un testamento a la madurez de la marca en un mercado donde la originalidad es un bien cada vez más escaso. Y sí, es posible que no te robe el aliento con una innovación estética radical, pero te aseguro que, con el tiempo, lo valoras por su pragmatismo y su elegancia discreta. Es un diseño que, simplemente, funciona. Y eso, hoy en día, es mucho decir.
Pantalla: la referencia que no necesita pirotecnia para brillar (pero aún le falta un pequeño detalle)

La pantalla del Google Pixel 10 Pro XL en exteriores / Fotografía de Christian Collado
Si hay un apartado en el que Google lleva varios años siendo una de las referencias absolutas del mercado, es el de la pantalla. Y el Pixel 10 Pro XL no hace sino refrendar esta posición, incluso elevando un poco más el listón. Estamos ante una pantalla Super Actua display de 6,8 pulgadas con una resolución de 1344 x 2992 píxeles LTPO OLED y una densidad de 486 píxeles por pulgada, que, sinceramente, es una auténtica gozada. La nitidez es brutal, los colores son vibrantes sin caer en la sobresaturación, y los ángulos de visión son excelentes, incluso en las situaciones más comprometidas. Google siempre ha sabido calibrar sus paneles con una precisión milimétrica, priorizando la fidelidad cromática, y este no es una excepción.
Pero la gran novedad de este año, es su brillo. La pantalla ahora es aún más brillante, alcanzando hasta 2200 nits en HDR y unos deslumbrantes 3300 nits de pico de brillo. Esto, que puede parecer una cifra más en la ficha técnica, se traduce en una experiencia real asombrosa. Usar el móvil bajo la luz directa del sol, algo que en muchos terminales de gama alta sigue siendo un suplicio, es aquí un auténtico placer. El contenido se ve con una claridad pasmosa, sin el más mínimo esfuerzo. Ver una película o navegar por Instagram en exteriores es una experiencia totalmente inmersiva, y eso es algo que no todos pueden decir.
Asimismo, la tecnología LTPO y su tasa de refresco variable de 1 a 120 Hz contribuyen a una fluidez sobresaliente. Y lo que es más importante, esta capacidad de adaptar dinámicamente la tasa de refresco ayuda a optimizar el consumo de batería, un detalle que Google ha sabido explotar muy bien en sus últimos modelos. Los negros, como es de esperar en un panel OLED, son puros e infinitos, lo que realza la profundidad de las imágenes y la calidad del contenido multimedia.

Desde hace ya algunos años, Google es una firme defensora de las pantallas completamente planas / Fotografía de Christian Collado
No obstante, también hay un "pero": lo único que se echa en falta, en un panel que roza la perfección, es el recubrimiento antirreflejos que marcas como Samsung ya utilizan en terminales como su Galaxy S25 Ultra. Es una tecnología que marca una diferencia notable en exteriores y bajo ciertas condiciones de luz, y que, sinceramente, ya debería ser un estándar en la gama más alta. Google, que tan pionero ha sido en otras áreas, se ha quedado aquí un paso por detrás. Es una omisión que, aunque no empaña la experiencia general, sí que le impide alcanzar la excelencia absoluta en este apartado.
Por otro lado, la integración del lector de huellas ultrasónico bajo la pantalla se traducen en un desbloqueo extremadamente rápido y fiable. Se acabó esa época en la que los Pixel eran un poco inconsistentes con este tipo de biometría. Este año, como en el anterior, el desbloqueo es instantáneo y preciso, incluso con el dedo ligeramente húmedo, lo que demuestra que Google ha pulido este apartado hasta la extenuación. Es una mejora sutil pero que se agradece enormemente en el día a día. Los que venimos de los primeros Pixel con lectores ópticos, que a veces eran una lotería, valoramos enormemente esta consistencia.
En definitiva, la pantalla del Pixel 10 Pro XL es, sin lugar a dudas, uno de sus puntos fuertes. Es un panel brillante en todos los sentidos de la palabra, que ofrece una experiencia visual de primer nivel. Es una lástima que Google no haya dado el paso definitivo con el recubrimiento antirreflejos, porque si no, estaríamos hablando de una pantalla de diez. Pero, incluso con esa pequeña pega, sigue siendo una referencia a batir en el ecosistema Android, y una de las principales razones para decantarse por este terminal.
Rendimiento: la potencia de la experiencia, no la de los números (con un cambio histórico)

Navegando en Internet con el Pixel 10 Pro XL / Fotografía de Christian Collado
Llegamos a uno de los apartados más interesantes y, a la vez, más malinterpretados de los Google Pixel: el rendimiento. Y este año, la historia tiene un giro argumental de peso. El Pixel 10 Pro XL estrena el procesador Tensor G5, y la gran novedad, la que muchos llevábamos años esperando, es que se trata del primer Tensor fabricado por TSMC de la historia de los Pixel. Esto, que puede sonar a jerga técnica, se traduce en un extra de rendimiento y eficiencia que se notan, y mucho, en el día a día.
Los Pixel nunca han sido teléfonos creados para despuntar en los benchmarks, y este no es la excepción. Quien busque las puntuaciones más altas en AnTuTu o Geekbench, probablemente se sentirá defraudado. Sin embargo, y aquí es donde Google siempre ha dado el golpe sobre la mesa, la experiencia de usuario es increíblemente suave y fluida.
Abrir aplicaciones, alternar entre ellas, navegar por webs pesadas o ejecutar juegos exigentes es un placer. No hay tirones, no hay lag, no hay el más mínimo atisbo de ralentización. El Tensor G5, con sus 16 GB de RAM y el nuevo nodo de fabricación, gestiona la multitarea y las cargas de trabajo más intensas con una soltura pasmosa. Y me atrevo a decir que dudo que ningún usuario vaya a echar en falta la potencia extra de un Snapdragon 8 Elite en el uso cotidiano. La optimización del software con el hardware es, una vez más, la clave. Es la filosofía de Google desde los primeros Pixel, cuando el "cerebro" interno era un co-procesador dedicado a la fotografía. Ahora, con Tensor, esa integración es total.
En este sentido, Google entendió hace años que la potencia bruta no lo es todo. La magia de los Pixel reside en cómo Google exprime cada megahertzio para ofrecer una experiencia que prioriza la fluidez, la inteligencia artificial en el dispositivo y la estabilidad. La decisión de pasar a TSMC para la fabricación de Tensor G5 no es solo una cuestión de números, es una cuestión de eficiencia energética, de cómo el chip gestiona el calor y, en última instancia, de cómo se traduce eso en una batería que dura más y un móvil que rinde mejor sin sobrecalentarse. Aquellos que tuvimos en nuestras manos los primeros Tensor, con chips fabricados por Samsung, notaremos una diferencia sutil pero significativa en la consistencia del rendimiento bajo carga y la gestión térmica.

Un accesorio magnético acoplado a la parte trasera del Pixel 10 Pro XL, gracias a la tecnología PixelSnap / Fotografía de Christian Collado
Además, un añadido que se agradece enormemente en cuanto a velocidad y eficiencia es la inclusión de almacenamiento UFS 4.0. Esta tecnología, que permite transferencias de datos mucho más rápidas, hace que la apertura de aplicaciones, la copia de archivos y la gestión de la memoria sean un visto y no visto. Eso sí, y aquí un pequeño pero importante detalle que demuestra cómo Google gestiona su portfolio, este añadido es exclusivo de los modelos Pixel 10 Pro de 256 GB en adelante, y del modelo XL. Una estrategia que obliga a quien busca lo último en rendimiento a irse a los modelos más caros, un movimiento que los de Mountain View no dudan en hacer para diferenciar sus gamas.
Por si fuera poco, la seguridad también recibe un impulso con el coprocesador Titan M2 y el Tensor security core, que garantizan una protección multicapa del dispositivo. En un mundo donde la ciberseguridad es una preocupación constante, saber que Google integra estas capas de hardware a nivel de chip es un plus de tranquilidad. La seguridad end-to-end diseñada por Google y la protección contra malware y phishing refuerzan la promesa de un dispositivo fiable y seguro. No hay que olvidar que, desde los primeros Pixel, Google ha puesto un énfasis especial en la seguridad de los datos de los usuarios, algo que no siempre se valora lo suficiente en un mercado obsesionado con las cámaras y las pantallas.
En definitiva, el rendimiento del Pixel 10 Pro XL es, como siempre, una cuestión de experiencia. No es el móvil que ganará los concursos de potencia bruta, pero es el que te ofrecerá una suavidad y una fluidez que pocos pueden igualar. La llegada del Tensor G5 fabricado por TSMC es una noticia excelente, una prueba de que Google sigue apostando fuerte por su propia visión del hardware y el software. Y eso es algo que se agradece en un mercado que, a veces, se olvida de lo importante: la experiencia del usuario.
Software: Android 16 y la magia de Material 3 Expressive

Android 16 en el Google Pixel 10 Pro XL / Fotografía de Christian Collado
Si hay una razón fundamental para comprar un Google Pixel, esa es la experiencia de software. Y el Pixel 10 Pro XL eleva esa experiencia a un nuevo nivel con Android 16 y la llegada de Material 3 Expressive. Esto no es solo una actualización; es un soplo de aire fresco que revitaliza por completo el sistema operativo de los Pixel. Las nuevas animaciones, los elementos de la interfaz, los colores dinámicos y la adaptabilidad general dan un toque de modernidad que, sinceramente, es un placer para la vista y para el uso diario.
Google ha vuelto a demostrar que su visión de Android es la más coherente y armoniosa del mercado. La fluidez con la que todo se mueve, la forma en que los elementos de la interfaz reaccionan a nuestras interacciones, y la adaptabilidad de los temas a nuestros fondos de pantalla es, sencillamente, genial. En mi humilde opinión, esta interfaz es mucho más atractiva, adaptable y coherente que Liquid Glass de Apple. Mientras que Apple a veces parece buscar una sofisticación forzada, Google ha encontrado el equilibrio perfecto entre funcionalidad y estética, haciendo que el sistema se sienta vivo y personalizable sin caer en la sobrecarga. Los que hemos probado las ROMs chinas o las capas de personalización más pesadas, sabemos apreciar la ligereza y la coherencia de Android puro con el toque Pixel.
Por otro lado, la llegada de Pixel Snap con Qi2.2 es un añadido que se agradece enormemente. Por fin, es posible disfrutar de la carga inalámbrica magnética y la compatibilidad con accesorios MagSafe en un dispositivo Android "mainstream". Esto abre un mundo de posibilidades para la personalización y la funcionalidad, desde bases de carga más cómodas hasta carteras magnéticas o soportes para el coche.
Lo mejor de todo, es que los accesorios de iPhone funcionan perfectamente, aunque para disfrutar de todas las ventajas, hay que asegurarse de que los dispositivos sean compatibles con el estándar Qi 2.2, que ofrece velocidades de hasta 25 W de carga inalámbrica en el Pixel 10 Pro XL.
Pero la verdadera magia del software Pixel siempre ha residido en la inteligencia artificial, y el Pixel 10 Pro XL es un auténtico festival de funciones impulsadas por Gemini:
- Camera Coach: esta función utiliza modelos de Gemini para guiarte en la toma de fotos, ayudándote a mejorar el encuadre y la composición.
- Voice Translate: una función que te permite hablar entre diferentes idiomas en tiempo real durante una llamada telefónica, manteniendo el tono de voz original. La IA de Google traduce lo que dices en el idioma del oyente y viceversa. Una auténtica joya para viajeros o para quienes tienen contactos internacionales. Y todo esto, procesado en el dispositivo, sin enviar tus conversaciones a la nube.
- Creación de música en la app de Grabadora: la aplicación Grabadora de Pixel ahora puede crear música a partir de tu audio original, añadiendo una capa generativa que analiza el ritmo y la musicalidad de tu voz. Los futuros artistas pueden grabar una melodía y el Pixel le pondrá la base musical. Una auténtica locura creativa.
- Deep Research: Gemini puede navegar por cientos de sitios web para generar un informe completo y fácil de leer con hallazgos clave, organizados con enlaces a las fuentes originales. Es como tener un asistente de investigación personal que te ayuda a ponerte al día en casi cualquier cosa en cuestión de minutos.
- Veo 3: el nuevo modelo de generación de vídeo con IA de Google, capaz de crear vídeos de alta calidad de 8 segundos a partir de una descripción de texto o una foto. Una herramienta potentísima para la creación de contenido, con generación nativa de audio. Los poseedores del Pixel 10 Pro y Pixel 10 Pro XL, además, recibirán un año completo de Google AI Pro de forma gratuita, desbloqueando el acceso a modelos más potentes como 2.5 Pro y características avanzadas como Deep Research y Veo 3 Fast. Una ventaja que no es moco de pavo.
- Diario: la nueva aplicación de Diario es un añadido interesante. No solo adopta un bonito diseño basado en las líneas Material 3 Expressive, sino que además ase sincroniza con servicios como Google Fotos o Salud conectada, para permitir al usuario registrar su día a día de una manera visual, agradable y limpia.




















Asimismo, Google mantiene su compromiso de 7 años de actualizaciones de OS, seguridad y Pixel Drop. Esto significa que tu Pixel 10 Pro XL estará al día con las últimas funciones y parches de seguridad durante siete años, una longevidad que pocos fabricantes pueden igualar en el ecosistema Android. Es la prueba de que Google no solo vende un hardware, sino una promesa de futuro, de que tu inversión estará protegida a largo plazo. Esta política de soporte es, para mí, uno de los mayores argumentos de venta de un Pixel, algo que a menudo se olvida cuando solo se mira la potencia bruta o la cámara. Google siempre ha buscado que sus móviles sean los primeros en recibir las novedades, la referencia de Android, y lo siguen haciendo.
En resumen, el software del Pixel 10 Pro XL es un motivo de peso para elegir este modelo por encima del resto. Android 16 con Material 3 Expressive es una delicia visual y funcional, y las funciones impulsadas por Gemini demuestran una vez más el músculo de Google en inteligencia artificial. Es un ecosistema que funciona, que te ayuda, que te hace la vida más fácil. Y eso, al final del día, es lo que de verdad importa en un smartphone. Es la verdadera "killer feature" de los Pixel.
Ahora bien: como viene siendo habitual con los lanzamientos de Google, algunas de las nuevas funciones únicamente están disponibles en inglés o en Estados Unidos, dejando a los usuarios europeos con las ganas de poder disfrutar de todas las capacidades del dispositivo. Probablemente sea cuestión de tiempo que estas funciones lleguen a todo el mundo, pero sigue siendo un inconveniente que es necesario mencionar.
Cámaras: la inteligencia artificial que hace milagros (pero que no puede suplir la física en todo)

El módulo de cámaras del Google Pixel 10 Pro XL / Fotografía de Christian Collado
Llegamos al plato fuerte, al apartado que ha definido la identidad de los Google Pixel desde sus orígenes: la cámara. Y aquí, amigos, tengo sentimientos encontrados. El Google Pixel 10 Pro XL utiliza un conjunto de sensores ya conocido, con un gran angular de 50 megapíxeles Octa PD con una apertura ƒ/1.68 y un tamaño de sensor de 1/1.3 pulgadas, un ultra gran angular de 48 megapíxeles Quad PD con autoenfoque, apertura ƒ/1.7 y un campo de visión de 123°, y un teleobjetivo de 48 megapíxeles Quad PD con 5 aumentos ópticos, apertura ƒ/2.8 y un tamaño de sensor de 1/2.55 pulgadas. Un hardware sólido, sin grandes excentricidades.
El rendimiento general es, como cabría esperar de un Pixel, bueno en general. Las fotos que salen de este terminal mantienen el ya icónico "look" contrastado de los Pixel, con una saturación justa y un procesado que prioriza el detalle. Sin embargo, volvemos a encontrar algunos problemas de sombras aclaradas que se traducen en la aparición de ruido en las zonas oscuras de imágenes con alto rango dinámico.
Es un mal endémico que Google arrastra desde hace algunas generaciones y que, a pesar de las mejoras en el procesado, sigue ahí. En escenas complejas, donde hay mucha luz y sombra, el Pixel intenta equilibrar demasiado las zonas oscuras, y eso, a veces, introduce un grano indeseable. Aquellos que venimos de los primeros Pixel recordamos cómo el HDR+ era una verdadera maravilla, y aunque ha evolucionado, en ciertos aspectos, se ha vuelto un poco más agresivo.

La app de cámara de los Pixel apenas ha cambiado con respecto a la generación previa / Fotografía de Christian Collado
Ahora, hablemos del teleobjetivo. La función de 100 aumentos asistida por IA (Pro Res Zoom) es, tengo que admitirlo, una auténtica genialidad de la ingeniería de software. Permite capturar imágenes sorprendentemente detalladas a distancias que desafían la lógica, imágenes que, hace apenas unos años, hubieran sido ciencia ficción. Es una demostración de lo que la inteligencia artificial de Google puede lograr.
Es cierto que esas imágenes son, por necesidad, muy artificiales. El procesado algorítmico es tan intenso que el resultado final, aunque impresionante por el nivel de zoom, carece de la naturalidad y la "vida" que esperaría de una fotografía.
Y es que, dejando a un lado la magia de la IA, el teleobjetivo del Pixel 10 Pro XL no está al nivel de las alternativas chinas de marcas como OPPO y vivo. ¿Por qué? Sencillo: ellos utilizan sensores más grandes y ópticas más luminosas en sus periscopios, lo que produce un efecto de desenfoque mucho más atractivo, además de ser más luminosos en condiciones de poca luz.

Comparativa vivo X200 Pro vs Google Pixel 10 Pro XL, teleobjetivo
En el Pixel, el teleobjetivo es útil solo con buena luz. En cuanto el sol empieza a esconderse, la calidad se resiente notablemente. Es el eterno dilema de Google: software vs hardware. Y en el teleobjetivo, la física sigue mandando. Es una lástima que Google no haya apostado por un sensor más grande en este apartado, que hubiera elevado el nivel general de la cámara a cotas aún mayores.
La cámara ultra gran angular, por su parte, es buena. Ofrece un amplio campo de visión de 123° que permite capturar paisajes de gran calidad y fotos de grupo con gran detalle. El color y el rango dinámico son consistentes con la cámara principal, lo que es un punto a favor. Las distorsiones en los bordes están bien corregidas gracias al software, algo en lo que Google siempre ha destacado.


































Pero si hay un apartado donde este Pixel es todo un campeón, son los selfies. Con una cámara frontal de 42 megapíxeles Dual PD con autofocus y un campo de visión ultra gran angular de 103°, los selfies son de los mejores del mercado. La nitidez es excelente, el color es preciso y el modo retrato funciona a las mil maravillas, con un recorte del sujeto que roza la perfección. Es el móvil ideal para los amantes de las autofotos.
En cuanto a la grabación de vídeo, el Pixel 10 Pro XL es una de las mejores que he probado en un smartphone Android, al nivel de Samsung y vivo. La estabilidad, el rango dinámico y la fidelidad de color son impresionantes. La capacidad de grabar vídeo 8K a 24/30 FPS, potenciado por Video Boost, es un añadido que aquellos que se dedican a la creación de contenido apreciarán, aunque de nuevo, es necesario esperar unos cuantos minutos, o incluso horas a que el vídeo generado con esta función sea procesado en los servidores de Google.
Es en este apartado donde Google ha dado un salto cualitativo brutal en las últimas generaciones, pasando de ser un punto débil a una de sus mayores fortalezas. De hecho, los primeros Pixel eran excelentes en foto, pero un desastre en vídeo. Google ha aprendido la lección y ha puesto las pilas.
Galería de fotos y vídeos con Google Pixel 10 Pro XL
Además de todo lo anterior, el software de cámara de Google está cargado de funciones de IA que, a pesar de sus pequeños "peros", hacen que la experiencia fotográfica sea única:
- Auto Best Take: una función que te permite capturar el momento perfecto en fotos de grupo, seleccionando automáticamente las mejores expresiones de cada persona y combinándolas en una sola imagen. Adiós a las fotos donde alguien sale con los ojos cerrados.
- Retratos de 50 megapíxeles: el Pixel 10 Pro XL ahora permite tomar retratos de 50 MP con la cámara principal, ofreciendo una resolución altísima y un algoritmo mejorado que refina el detalle, la estimación de profundidad y la segmentación, especialmente alrededor del cabello. Los retratos, incluso en los primeros Pixel, ya eran excelentes. Ahora son todavía mejores
- Add Me: esta función, que ya estaba presente en los Pixel 9 del año pasado, te guía para hacer la primera foto, luego te pide que cambies con alguien y te metas en la toma. El Pixel une ambas imágenes para que todo el mundo salga en la foto de grupo. Una genialidad simple pero efectiva.
- Guided Frame: utilizando Gemini, esta función describe lo que la cámara está viendo a personas ciegas o con baja visión, ayudándoles a tomar fotos con mayor confianza e independencia.
- C2PA: el Pixel es el primer smartphone con credenciales de contenido C2PA integradas en su aplicación de cámara nativa, ofreciendo el nivel de seguridad más alto actualmente definido por C2PA. Esto permite mantener un historial de ediciones con IA y no IA, añadiendo una capa de transparencia muy importante en un mundo donde la generación de imágenes por IA está a la orden del día.
- Panorama: ahora soporta "tele-panos" de 5 aumentos para paisajes aún más impresionantes y ofrece una resolución máxima de hasta 100 MP, con controles de visor. Y todo ello con el procesado HDR+ de Google, incluso en panorámicas nocturnas.
- Low Light Boost en Instagram: en colaboración con Instagram, el Pixel mejora automáticamente la escena en vídeos de Stories con poca luz.
En resumen, la cámara del Pixel 10 Pro XL es, sin duda, una de las mejores del mercado, especialmente en lo que a fotografía computacional se refiere. Sin embargo, Google debe plantearse si el enfoque exclusivo en el software es suficiente en el teleobjetivo, donde la competencia china está apostando por hardware más ambicioso. Echo en falta ese empuje extra en los sensores que, creo, sería el último eslabón para que el Pixel sea, sin discusión, el rey absoluto de la fotografía móvil. Es el momento de que Google, que ya ha demostrado su músculo en IA, se atreva a ir un paso más allá en el hardware.
Mejores alternativas al Pixel 10 Pro XL

El Samsujng Galaxy S25 Ultra es una de las alternativas más atractivas al Pixel 10 Pro XL / Fotografía de Christian Collado
El mercado de la gama alta Android es, hoy por hoy, un campo de batalla sin cuartel. Cada fabricante lanza sus "ultras" con la promesa de la excelencia, y el consumidor se encuentra ante una elección abrumadora. El Google Pixel 10 Pro XL no llega para ser el más potente en todos los apartados, ni el más exótico en sus propuestas, pero sí para ser, como ya hemos dicho, una de las opciones más inteligentes, lógicas y coherentes del ecosistema Android en la gama alta. Y todo esto, a un precio que sigue siendo inferior al de sus principales rivales, como el Samsung Galaxy S25 Ultra o el Xiaomi 15 Ultra.
Frente al Samsung Galaxy S25 Ultra, el Pixel ofrece una experiencia de software más limpia, sin bloatware ni las duplicidades que a veces se encuentran en One UI. La fluidez del sistema y la integración de la IA de Google están, a mi juicio, un peldaño por encima. La cámara del Pixel, especialmente en vídeo y selfies, puede competir de tú a tú, e incluso superar, en algunos aspectos, a la de Samsung. Además, las actualizaciones de Android y seguridad garantizadas por 7 años son un argumento de peso que Samsung ha tardado en igualar. Sin embargo, el Galaxy S25 Ultra sigue siendo el rey en el apartado del teleobjetivo, con sensores más grandes y un zoom que, aunque no tenga la magia IA de Google en el extremo, es más consistente en todas las condiciones de luz. Y sí, su pantalla, con ese recubrimiento antirreflejos, es superior en exteriores. Es el dilema entre la experiencia de software pura y la versatilidad.
Por otro lado, si lo comparamos con el Xiaomi 15 Ultra, un terminal que apuesta por la fuerza bruta en el hardware, el Pixel se defiende con la elegancia de su software. Xiaomi ofrece sensores de cámara más grandes y tecnologías de carga ultrarrápidas que Google aún no ha alcanzado. En fotografía, especialmente en el teleobjetivo, el Xiaomi 15 Ultra puede ofrecer resultados más naturales y un bokeh más pronunciado gracias a esos sensores de mayor tamaño. Sin embargo, la experiencia de HyperOS no es, ni de lejos, tan limpia como la de Android puro, y la consistencia de las actualizaciones a largo plazo sigue siendo una asignatura pendiente para la marca china. Es una cuestión de prioridades: potencia bruta y hardware ambicioso frente a la integración perfecta y la inteligencia artificial.
Asimismo, no podemos olvidarnos de alternativas como el OPPO Find X8 Pro o el vivo X200 Pro, que también compiten en la gama más alta con propuestas fotográficas muy ambiciosas. Estos terminales, especialmente en el apartado del teleobjetivo, suelen apostar por lentes periscopio con sensores gigantes que ofrecen una calidad de imagen sorprendente. Sin embargo, suelen cojear en la experiencia de software, que no siempre es tan pulida ni tan "Google" como la de un Pixel. La IA de Google en la cámara, con funciones como Magic Eraser o Photo Unblur, sigue siendo un punto diferencial brutal que no todos pueden igualar.
En resumen, el Pixel 10 Pro XL se posiciona como una alternativa sólida y muy atractiva para aquellos que buscan una experiencia Android sin fisuras, con un software impecable, una IA de vanguardia y una cámara sobresaliente en la mayoría de los escenarios. No es el "ultra" más ambicioso en cuanto a hardware fotográfico en todos sus apartados, pero su equilibrio general y su precio, que sigue siendo más competitivo que el de sus rivales directos, lo convierten en una opción muy a tener en cuenta. Google ha logrado crear un nicho, un espacio donde la inteligencia prima sobre las cifras, y eso, en el saturado mercado actual, es un gran mérito. Es el móvil para el que busca la lógica, no la pirotecnia.
Conclusión: ¿vale la pena el Google Pixel 10 Pro XL?

La parte trasera del Google Pixel 10 Pro XL en color blanco / Fotografía de Christian Collado
Después de pasar una semana intensa con el Google Pixel 10 Pro XL, exprimiéndolo al máximo, mi veredicto es claro, pero con matices. Este terminal es, sin lugar a dudas, un refinamiento excepcional de lo que ya vimos el año pasado con el Pixel 9 Pro XL. Google ha cogido una base sólida y la ha pulido hasta la extenuación, mejorando aquí y allá para ofrecer una experiencia que roza la perfección en muchos aspectos. Es, como he dicho, una de las opciones más inteligentes, lógicas y coherentes del ecosistema Android en la gama alta, y su precio, que sigue siendo una barrera de entrada más amable que la de sus competidores directos, lo convierte en una opción muy a tener en cuenta.
La pantalla es espectacular, con un brillo que te dejará ciego (en el buen sentido) y una fluidez digna de los mejores. El rendimiento con el Tensor G5 fabricado por TSMC es una gozada, una suavidad que demuestra que la potencia bruta no lo es todo si no va acompañada de un software a la altura. Y el software, con Android 16 y Material 3 Expressive, es simplemente la mejor versión de Android que puedes encontrar en un smartphone, con una IA que, literalmente, te hace la vida más fácil.
La llegada de Pixel Snap y la compatibilidad con accesorios magnéticos es un añadido que, aunque pequeño, demuestra que Google está prestando atención a los detalles. Y los 7 años de actualizaciones son, para mí, la guinda del pastel, la prueba de que Google apuesta por la longevidad de sus terminales.
No obstante, y aquí viene la espinita que se me clava, echo de menos ese enfoque en la fotografía que ha sido el rasgo más atractivo y diferencial de los Pixel durante años. Google siempre ha sido el rey de la fotografía computacional, el que nos enseñó que no hacían falta diez sensores para hacer fotos increíbles. Pero en un mercado donde la competencia, especialmente la china, está invirtiendo barbaridades en hardware fotográfico, con sensores cada vez más grandes y teleobjetivos periscópicos que son una maravilla, el Pixel se ha quedado, en el teleobjetivo, un paso por detrás. Es cierto que el Pro Res Zoom hace milagros con la IA, pero la física es la física, y un sensor más grande siempre va a dar un bokeh más natural y una mayor luminosidad.














La sensación es que Google ha sido un poco conservador, que no ha querido dar el golpe definitivo sobre la mesa. Y es que, en mi opinión, esta "carencia" fotográfica podría subsanarse con la existencia de un modelo Ultra dentro de la gama Pixel, o con un posicionamiento más prémium de la versión Pro XL, que utilice sensores más grandes y modernos para situarse al nivel de los modelos más avanzados provenientes de China.
El Pixel tiene el software, tiene la IA, tiene la visión. Solo le falta un empujón más en el hardware para ser, sin discusión, el rey absoluto de la fotografía móvil en todos sus frentes. Es el momento de que Google, que tanto nos ha enseñado con un enfoque en fotografía de "menos es más", se atreva ahora a ir un poco más allá y nos dé ese hardware con el que soñamos los que amamos la fotografía móvil.
¿Significa esto que el Pixel 10 Pro XL no es un gran móvil? Ni mucho menos. Es un terminal brillante, un compañero excepcional para el día a día, y una opción que recomiendo encarecidamente a cualquiera que busque la mejor experiencia Android. Pero sí, deja esa sensación de "y si...".
Google tiene la oportunidad, y la obligación, de volver a sorprender, de volver a dar ese golpe sobre la mesa definitivo que haga temblar a la competencia. Porque un cerebro tan brillante como el de este Pixel merece un cuerpo que esté, en todos los aspectos, a la misma altura. Es el Pixel de siempre, pero con un brillo renovado que, sin embargo, nos deja con el hambre de lo que podría llegar a ser.
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