Google tiene un problema serio: China logra la estabilidad cuántica usando microondas y promete ser mucho más eficiente
La carrera por el ordenador cuántico "útil" se aprieta. Investigadores chinos logran un hito de estabilidad que hasta ahora solo Google había alcanzado, y lo hacen con un método que podría ser mucho más escalable
Durante años, la carrera por la supremacía cuántica ha parecido un monólogo de Estados Unidos, con Google a la cabeza marcando el ritmo de cada avance significativo. Pero el gigante de Mountain View acaba de recibir un aviso muy serio desde el otro lado del Pacífico. Y no es un aviso cualquiera: China ha demostrado que no solo puede igualar sus logros, sino que tiene una "receta" propia que podría ser mucho más eficiente a largo plazo.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, liderado por el renombrado físico Pan Jianwei, ha logrado cruzar el umbral de la tolerancia a fallos. En otras palabras: han conseguido que su ordenador cuántico sea capaz de corregir sus propios errores más rápido de lo que se generan.
El hito: domar el caos cuántico
El gran problema de la computación cuántica siempre ha sido la inestabilidad. Los cúbits (la unidad mínima de información cuántica) son extremadamente sensibles al ruido, el calor y cualquier perturbación. Intentar corregir un error solía provocar dos errores nuevos. Era un círculo vicioso.
Google fue el primero en romper esa barrera en febrero con su procesador Willow. Ahora, el equipo chino se convierte en el segundo del mundo (y el primero fuera de EE.UU.) en lograrlo con su procesador Zuchongzhi 3.2 de 107 cúbits.
Según el estudio publicado en Physical Review Letters, han logrado un "factor de supresión de errores de 1.4". Esto significa, básicamente, que al aumentar el tamaño del sistema de corrección, la tasa de errores baja en lugar de subir. La máquina se vuelve más estable cuanto más grande es.
La clave está en las microondas (y no en los cables)
Aquí es donde la historia se pone interesante para Google. Mientras que los americanos utilizan un enfoque basado en hardware muy complejo, con pulsos de corriente directa y un cableado masivo que complica mucho el diseño de los chips a temperaturas ultra-bajas, China ha optado por las microondas.
El equipo de Pan Jianwei ha desarrollado un método de control basado puramente en señales de microondas para suprimir los errores.
¿La gran ventaja? Esta técnica permite el multiplexado. Es decir, se pueden enviar múltiples señales a través de un solo cable, reduciendo drásticamente la complejidad del cableado y el hardware necesario. Mientras el método de Google requiere una ingeniería de cables casi pesadillesca a medida que se escala, el enfoque chino de microondas promete ser más limpio, más eficiente y más fácil de ampliar a miles o millones de cúbits.
Google sigue teniendo ventaja temporal, pero este avance demuestra que la ruta hacia el ordenador cuántico universal no tiene un solo carril. Y por ahora, el carril de China parece tener menos obstáculos en el horizonte.