La quieres, y lo sabes: la moto eléctrica plegable del tamaño de una maleta de cabina
La Icoma Tatamel Bike es un invento japonés con diseño de juguete, motor real y que se pliega como si fuera tu equipaje para poder llevártela a todas partes
Si pensabas que ya lo habías visto todo en cuanto a movilidad se refiere, es que todavía no has visto este invento japonés. Y uno de ellos es la Icoma Tatamel Bike, una moto eléctrica que, a priori, parece un juguete… pero que en la vida real funciona increíblemente bien. Y no es casualidad: su creador, Takamitsu Ikoma, viene precisamente del mundo de la juguetería, lo cual explica esa estética tan reconocible que parece una mezcla muy loca entre Transformers y un scooter minimalista.
Lo curioso es que lo que empezó como un prototipo simpático, pero ahora se ha convertido ahora en un vehículo de producción real, disponible con un plazo de entrega de apenas dos o tres semanas y un precio que ronda los 3.300 dólares (unos 2.860 euros). Y sí, por disparatado que parezca, la moto funciona, se mueve y sirve para algo más que llamar la atención por la calle.
Así es Icoma Tatamel Bike, la moto que se transforma en maleta de cabina en segundos
La magia de la Tatamel Bike está en su diseño, capaz de plegarse hasta convertirse en una maleta rígida con ruedas. Con el manillar, el asiento y el chasis pegados, pasa de ser una moto compacta a un bloque de 69 × 69 × 26 cm, unas medidas muy parecidas a las de una maleta de cabina normal y corriente.






Evidentemente, va a ser complicado que cuele como equipaje de mano en el avión (ni lo intentes), pero podrás subirla al ascensor, llevarla a la oficina o guardarla en algún rincón de casa sin que parezca que vives en un taller. Eso sí, pesa 63 kilos, así que ligera precisamente no es. No está pensada para cargarla en brazos, sino para moverla como lo que aparenta ser cuando está plegada: un equipaje con ruedas.
Tamaño de juguete, características de una moto real
Aunque la apariencia pueda engañar, la Tatamel Bike no es un capricho urbanita sin potencia, sino un vehículo de verdad. Utiliza un motor de 600 W, capaz de llegar a 2000 W de pico, y se apoya en una batería de 600 Wh. Esto, traducido en el día, se convierte en 30 km de autonomía real y una velocidad máxima de 45 km/h, más que suficiente para moverse en el día a día por la ciudad.
Las ruedas de 10 pulgadas delante y 6,5 detrás, la doble suspensión y el monoamortiguador trasero le dan una estabilidad que sorprende para un vehículo tan pequeño. A eso se suma una capacidad de carga de 100 kg, que permite que cualquier adulto pueda usarla sin problemas, y una batería que promete entre 2.000 y 3.000 ciclos de vida útil. Incluso incluye un puerto USB para cargar el móvil mientras esperas en un semáforo, que siempre viene bien.
Es personalizable
Una de las ideas más interesantes del diseño es que los paneles laterales son totalmente intercambiables y personalizables. Esto quiere decir que puedes imprimir tus propios diseños, elegir las combinaciones de colores que más te gusten e incluso convertirla en un lienzo de arte urbano rodante si te apetece. ¿A qué ya no te parece tan loca la idea de tener una moto-maleta?