Los Transformers son una realidad: crean un coche capaz de convertirse en robot

Los seguidores de Transformers esperaban este momento desde hace décadas: el primer Transformer de la vida real ya es una realidad. James Bruton, ingeniero e inventor británico, ha logrado crear un vehículo funcional que se convierte en robot humanoide de 1,8 metros de altura. Las películas de Michael Bay ya no son solo fantasía: esta tecnología existe y funciona.
Según informa TechEblog, el robot híbrido combina ingeniería avanzada con componentes accesibles para crear un prototipo que transporta a un adulto en modo vehículo y se transforma completamente en una figura humanoide estática. Las tecnologías de transformación mecánica tienen aplicaciones prácticas reales.
Un proyecto que combina funcionalidad y espectáculo
El Transformer de Bruton opta por la funcionalidad. En lugar de crear un simple juguete gigante, el inventor se ha centrado en desarrollar un mecanismo operativo. El vehículo eléctrico alcanza velocidades de hasta 12 km/h y cuenta con un armazón de aluminio extrusionado capaz de soportar 100 kg de peso.
La transformación se ejecuta mediante ocho actuadores lineales controlados por un microcontrolador Teensy 4.1, una elección que reduce drásticamente los costes frente a los PLC industriales tradicionales. El sistema de suspensión neumática compensa los cambios en el centro de gravedad durante la transición entre modos, garantizando estabilidad durante todo el proceso.
Los paneles corporales, fabricados mediante impresión 3D con filamento PETG, incorporan tiras LED direccionables que ofrecen efectos de iluminación personalizables. Usar estas tecnologías accesibles ha permitido desarrollar el prototipo con un presupuesto inferior a 15.000 euros.
Otros proyectos de ingeniería ambiciosos se han realizado con presupuestos ajustados. Como ocurrió con esta réplica del Tesla Cybertruck fabricada en Pakistán por 11.000 dólares, los ingenieros demuestran que la innovación no siempre necesita inversiones millonarias cuando se combina creatividad y conocimiento técnico.
El microcontrolador Teensy gestiona simultáneamente las secuencias de transformación, la regulación de potencia motriz y los patrones de iluminación dinámicos. Integrar múltiples sistemas en un solo controlador es poco habitual en la robótica doméstica, que suele recurrir a soluciones más complejas y costosas.
Bruton ha debido enfrentar las limitaciones técnicas del proyecto. El robot presenta una autonomía de 45 minutos de uso continuo y movilidad restringida al modo vehículo, ya que la configuración humanoide permanece estática. No obstante, estas limitaciones no reducen el valor de un desarrollo que establece nuevos estándares en robótica accesible.
El inventor ya trabaja en futuras iteraciones que incluirán un sistema de navegación autónoma y posibles aplicaciones en logística urbana. Las conversaciones con fabricantes de movilidad personal para integrar esta tecnología en scooters eléctricos avanzados indican que el concepto presenta viabilidad comercial.
Hay otros ejemplos recientes de ingeniería innovadora. Por ejemplo, la revolución espacial con propulsores que utilizan cualquier metal común o las nuevas formas de producir hidrógeno de manera fiable y ecológica muestran que la ingeniería actual busca soluciones prácticas y sostenibles por encima del espectáculo.
El Transformer de Bruton trasciende el logro técnico individual. Con patentes pendientes y creciente interés de la industria, este desarrollo puede impulsar una nueva generación de vehículos multifunción que combinen movilidad personal con capacidades robóticas avanzadas.