Tesla anima a los conductores cansados a usar el "Autopilot" a pesar de los riesgos
Los nuevos mensajes de sus pantallas invitan a confiar en el sistema, pese a que los coches aún no son capaces de conducir por sí solos

Tesla vuelve a estar en el punto de mira por su tecnología de asistencia a la conducción. Una reciente actualización de software ha introducido en sus vehículos nuevos mensajes que animan a los conductores somnolientos o que se desvían del carril a activar el Autopilot, conocido comercialmente como Full Self-Driving o FSD. Una recomendación que, lejos de inspirar confianza, ha generado preocupación entre investigadores y expertos en seguridad vial por lo contradictoria que resulta.
El manual del propietario de Tesla lo deja claro desde el año 2020, cuando se lanzó la función FSD en fase beta: pese al nombre, la conducción totalmente autónoma no existe todavía en Tesla. El sistema puede gestionar frenadas, giros, detenerse en semáforos o realizar cambios de carril, pero requiere que el conductor esté siempre listo para intervenir, y para ello debe estar atento. "El incumplimiento de estas instrucciones podría causar daños, lesiones graves o la muerte", advierte la propia documentación de la marca.
El debate sobre la seguridad del Autopilot vuelve a Tesla
Por eso, precisamente, sorprende que ahora aparezcan en pantalla mensajes como: "Se ha detectado una desviación del carril. Deje que la conducción autónoma total le ayude a mantenerse concentrado" o "Se ha detectado somnolencia. Manténgase concentrado con el FSD". Justo en los momentos en los que el conductor debería estar más alerta, Tesla le sugiere ceder el control a un sistema en desarrollo que todavía no es infalible.
Expertos como Alexandra Mueller, investigadora del Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras, consideran que Tesla está dando instrucciones contradictorias que ponen al conductor en una situación muy difícil. Y no es la única voz crítica, porque tal y como muestran décadas de estudios en distintos ámbitos -desde la automoción hasta la aviación-, los humanos somos supervisores poco fiables de sistemas automatizados. Cuanto más cómodos nos sentimos, menos atentos estamos, y un fallo en ese contexto puede tener consecuencias fatales.
Por si fuera poco, el debate llega en un momento delicado para la compañía de Elon Musk: Tesla ya ha sido acusada en varias ocasiones de exagerar las capacidades de sus sistemas de conducción autónoma. En agosto, un jurado de Florida responsabilizó parcialmente a la empresa por un accidente mortal ocurrido en 2019 y fijó una indemnización de 243 millones de dólares. Además, en California sigue abierta una causa por publicidad engañosa que, si se resuelve en su contra, podría incluso prohibirle vender y fabricar coches en el estado durante un mes.
Pese a ello, Musk mantiene el Autopilot como la gran apuesta de Tesla. Su propio salario como director general de la empresa depende, en parte, de lograr millones de suscripciones activas a esta función, que hoy cuesta 8.000 dólares o 99 dólares al mes. El magnate asegura que en unos años se podrá dormir en un Tesla y despertarse en el destino, pero su historial de promesas incumplidas nos hace ser algo escépticos.