Thomas Schäfer, CEO de Volkswagen, anuncia lo inevitable: "Es el fin de los coches pequeños de combustión"
En 2026 presenciaremos la llegada del nuevo Polo eléctrico, cuya primera aparición en sociedad se produjo hace solo unos días
Si tienes menos de 40 años, es muy probable que tu primer coche, o el de alguno de tus amigos, fuera un Volkswagen Polo. Es un icono. Una institución sobre ruedas que ha democratizado la movilidad en Europa durante décadas. Pero la nostalgia no paga facturas, y las normativas de emisiones, tampoco.
Thomas Schäfer, el CEO de la marca Volkswagen, acaba de poner fecha de caducidad a una era. En una entrevista reciente que suena a sentencia definitiva, ha confirmado lo que muchos temíamos pero pocos querían admitir en voz alta: el coche pequeño de gasolina está muerto. Y no ha sido un asesinato pasional, sino un cálculo frío y económico.
La culpa es del precio (y de Europa)
"Ofrecer nuevos modelos con motor de gasolina en la clase del Polo y por debajo, de nuevo, no tiene sentido". La frase de Schäfer a Auto Motor und Sport es demoledora por su sinceridad.
No es que Volkswagen haya olvidado cómo fabricar un motor de combustión pequeño y eficiente. El problema es la normativa Euro 7 y los futuros requisitos de seguridad de la Unión Europea. Adaptar un motor térmico para que cumpla con estas exigencias dispara los costes de desarrollo y producción hasta niveles absurdos.
Si Volkswagen lanzara un nuevo Polo de gasolina en 2026 cumpliendo con la ley, tendría que venderlo a un precio tan alto que nadie lo compraría. Dejaría de ser un coche "del pueblo" para convertirse en un capricho absurdo. "Serían demasiado caros para nuestros clientes", sentencia Schäfer. La ecuación ya no sale.
2026: el año del relevo eléctrico
Entonces, ¿qué nos queda? Si el Polo de gasolina se va, ¿quién ocupa su trono? La respuesta, como imaginarás, tiene un enchufe.
Volkswagen ya tiene nombre y apellidos para los sucesores. A partir de 2026, veremos llegar al ID. Polo y al ID. Cross. No serán versiones electrificadas de los modelos actuales, sino coches nacidos 100% eléctricos sobre la plataforma MEB+. Y en 2027 se unirá el modelo de producción basado en el ID. Every1.
La estrategia es clara: si no puedes hacer barato el coche de gasolina, tienes que hacer rentable el eléctrico. Para ello, Volkswagen va a tirar de economía de escala como nunca antes, usando baterías unificadas y compartiendo desarrollo con modelos "gemelos" de otras marcas del grupo (Cupra y Skoda).
El portazo al Hidrógeno
En la entrevista, Schäfer también ha aprovechado para cerrar otra puerta, y lo ha hecho dando un portazo. Mientras marcas como Toyota o incluso BMW siguen coqueteando con el hidrógeno como alternativa, el jefe de Volkswagen lo descarta tajantemente para el mercado de volumen.
"Es una discusión falsa", afirma. Sus argumentos son puramente pragmáticos: no hay suficiente hidrógeno verde, la pila de combustible es carísima y la eficiencia energética es baja comparada con una batería directa. Para Volkswagen, la única forma de descarbonizar el mercado masivo es el coche eléctrico de batería. Punto. Y Oliver Blume, CEO del grupo VAG, también coincide con la posición de Schäfer.
Una despedida larga (hasta 2030)
Que no cunda el pánico (todavía). Si tienes un Polo o estás pensando en comprar uno, no va a desaparecer de los concesionarios mañana. Schäfer ha confirmado que la generación actual del Polo de combustión se seguirá fabricando y vendiendo en Europa, previsiblemente, hasta 2030.
Convivirán durante unos años en los concesionarios: el viejo roquero de gasolina estirando su vida comercial y el nuevo "joven" electrificado, intentando convencer a los conductores de que el futuro es mejor.
Lo que está claro es que no habrá un "Polo 7" de gasolina. El desarrollo de motores térmicos para coches pequeños se ha detenido. Estamos presenciando el final de la movilidad accesible tal y como la conocíamos. La pregunta ahora es si Volkswagen será capaz de hacer que el ID. Polo sea tan accesible como lo fue su abuelo de gasolina.