Caer con tu coche al río o por qué no deberías tomarte Google Maps tan en serio
Foto: Chris Ison / The Morning Bulletin
La finalidad de la tecnología está clara: hacernos la vida más fácil. Gracias al haber podido introducir la tecnología en nuestro día a día, el ser humano ha podido realizar sus tareas cotidianas de una manera mucho más sencilla y rápida. Un claro ejemplo es el smartphone, ya que con él podemos comunicarnos con otras personas de manera inmediata, saber lo que está sucediendo en cualquier lugar del mundo y al momento gracias a internet y en especial, poder viajar sin problema alguno gracias al GPS incorporado en estos dispositivos.
Pero ojo, que la tecnología nos haga la vida más sencilla no significa que tengamos que depender de ella en todo momento. No solo porque la tecnología puede fallar en alguna ocasión, o si no que se lo digan a estos cien conductores a los que Google Maps llevó a un barrizal, sino también porque hacerle caso literal a lo que te diga la tecnología no siempre es lo más recomendable.
Un conductor le hace caso literal a Google Maps y acaba en un río
Sucedió en la ciudad de Minneapolis a eso de las tres de la mañana. Según informa el medio CBSN Minnesota, los bomberos tuvieron que rescatar a un conductor que había acabado con su coche dentro del río Mississippi. Altas horas de la noche, un conductor despistado y Google Maps, ¿qué podría salir mal?
Según las declaraciones del conductor rescatado, Google Maps le había ordenado que atravesará el río para llegar a su destino. Cualquier persona con dos dedos de frente sabría que esta indicación significa cruzar el río por algún paso o puente, no literalmente atravesar el río, pero este peculiar individuo decidió hacerle caso de manera literal a la app de Google. Es que está claro, si lo dice Google Maps habrá que hacerle caso.
Más allá de esta curiosa anécdota que nos hace pensar que la estupidez humana a veces no tiene límites (tampoco descartamos que el conductor fuera algo bebido dada la hora a la que fe el accidente), esta noticia nos sirve como recordatorio de que aunque la tecnología está para ayudarnos, no debe sustituir jamás a nuestra mente ni a nuestro sentido común.
Depender exclusivamente de las nuevas tecnologías no es recomendable. Si algo tiene bueno el ser humano respecto de otros seres vivos, es su capacidad de pensar y razonar. Si la sustituimos por un ordenador que piense por nosotros, ¿en qué nos convertimos? Efectivamente, en personas que deciden cruzar con el coche un río helado porque su smartphone le ha indicado que "atraviese el río por la siguiente salida a mano derecha".
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