Uno de los móviles más populares de Samsung se va a quedar sin actualizaciones
La serie Galaxy S20 recibió su última actualización en marzo de 2025, dejando a los usuarios sin nuevos parches de seguridad tras completar su ciclo de vida de cinco años

Se acabó para el Galaxy S20. Samsung acaba de dar carpetazo a una de sus series estrella que, ironías del destino, nació y creció durante la pandemia sin llegar a conquistar las cifras de ventas que la marca esperaba. Después de cinco años recibiendo actualizaciones, la compañía cierra el grifo de los parches de seguridad para esta familia de móviles.
Según informa PhoneArena, Samsung ha borrado definitivamente la serie Galaxy S20 de su lista de dispositivos con soporte. El último parche que han recibido los Galaxy S20, S20+ y S20 Ultra ha sido el de marzo de 2025, enviado a finales del mes pasado. Y hasta aquí hemos llegado, no habrá más actualizaciones para estos teléfonos que cumplieron en febrero su quinto aniversario.
Fin de una era para un buque insignia que no dio en la diana
Samsung había prometido inicialmente cuatro años de actualizaciones para esta serie, pero en un movimiento inesperado, amplió el plazo en abril de 2024 pasándolos a un régimen trimestral. Solo el Galaxy S20 FE, el hermano pequeño que llegó más tarde (octubre de 2020), sobrevive por ahora en el calendario de actualizaciones, aunque sus días también están contados.
El contraste es brutal si miramos la política actual de la marca, que ahora presume de ofrecer siete años de actualizaciones para sus nuevos topes de gama como el Galaxy S25. Como pudimos comprobar y ya hemos mencionado más arriba, la actualización de seguridad de marzo ha sido su última alegría. A partir de ahora, ni nuevas funciones ni parches que tapen agujeros de seguridad.
La verdad es que el S20 nunca terminó de despegar. En su primer trimestre apenas alcanzó los 8,2 millones de unidades vendidas, un batacazo del 33% si lo comparamos con lo que logró el Galaxy S10 un año antes. Incluso en su tierra natal, Corea del Sur, apenas llegó al 60% de las ventas que consiguió su predecesor.
¿Qué pasó? Pues una tormenta perfecta: un precio que asustaba (1.399 dólares por el Ultra) y el estallido de la pandemia que puso patas arriba el mercado. La cosa fue tan mal que Samsung hizo algo impensable: retiró el S20 de las tiendas en Estados Unidos y Reino Unido con solo un año de vida comercial. Un funeral anticipado.
Como recogimos en marzo pasado, Samsung sigue siendo fiel a la promesa de actualizar todos sus dispositivos, pero el S20 ya no está invitado a la fiesta. ¿Qué pueden hacer ahora los usuarios? Las opciones son tres: seguir con un móvil que funcionará pero quedará expuesto a vulnerabilidades, o pasar por caja y subirse al carro del S25, con sus siete años de parches y sus alardes de inteligencia artificial, o instalar LineageOS si está disponible en una versión más actualizada.
Lo del Galaxy S20 nos recuerda ese problema del que nadie habla: tenemos móviles con un hardware perfectamente capaz, pero que se convierten en chatarra digital por decisiones corporativas. Samsung ha mejorado, sí, pero casos como este nos recuerdan que seguimos atrapados en ciclos de renovación que convierten dispositivos premium en potenciales coladores de seguridad mientras su hardware todavía tiene mucho que ofrecer.