Aquella vez que Samsung intentó hacer su propio iPod (no salió del todo bien)

La estrategia de Samsung por imitar a Apple se saldó con un fracaso notable

Aquella vez que Samsung intentó hacer su propio iPod (no salió del todo bien)
La alternativa de Samsung al iPod no salió del todo bien

Hoy os vamos a hablar de una de las alternativas al iPod que hizo, ni más ni menos, que la mismísima Samsung. En los primeros años de Android, hace ya prácticamente 15 años, las cosas todavía estaban por explorar. Todas las compañías trataban de innovar muchísimo, mientras que paralelamente se fijaban unas en otras con el objetivo de batirse en un duelo de tú a tú. No obstante, Apple tenía un producto diferenciador desde su primer modelo: el iPod. Un reproductor de música y vídeo que llamaba muchísimo la atención por sus increíbles acabados y su calidad desbordante. Hoy en día todavía hay reproductores MP3 que son muy baratos y van destinados a un público mucho más minoritario. Sin embargo, en aquella época todos querían alcanzar a la gama alta de la reproducción MP3, por lo que el iPod era el rival a batir. En esta historia os vamos a hablar del Samsung Galaxy Player, un dispositivo adelantado a su época en algunos aspectos y que se despeñó.

Para ello, nos tenemos que remontar a finales de la primera década de los 2000, cuando el iPod no tenía rival y Samsung buscaba una alternativa para ganarle la guerra a la Gran Manzana.

Samsung Galaxy Player: el iPod de Samsung

Corría el año 2007 cuando Apple mejoró la interfaz de la familia iPod para convertiro en un reproductor táctil. Surgía así el iPod Touch que era un dispositivo muy exitoso pese a que ese mismo año salió el primer iPhone. Los creadores de Android querían imitar y tener su propio iPod Touch por lo que rápidamente todas las marcas trataron de hacer su propio PMP (Portable Media Player). O como lo conocemos en España comunmente, un MP3. Pronto salieron los primeros dispositivos de marcas menores, pero tuvimos que esperar hasta septiembre de 2010 cuando Samsung presentó en el IFA alemán el Galaxy PLayer 50, un dispositivo Android con 8GB de almacenamiento y expansión mediante microSD que prometía ser la contraofensiva del androide verde al exitoso iPod.

Tal y como recuerdan desde GSMArena, su hardware era el propio de la época, una pantalla de 3.2 pulgadas WVGA con soporte para DivX, ya que permitía la reproducción de vídeo. Para ello, funcionaba sobre la versión más reciente de Android, el sorprendente Android 2.1 Eclair. Básicamente era un teléfono móvil sin red de datos, ya que tenía acceso completo a la plataforma de Android, incluido a las aplicaciones de la tienda de Android. Sin embargo, por mucho que intentaron que este producto fraguara bien en ventas, lo cierto es que no salió bien, ya que los usuarios no le encontraban realmente una utilidad importante.

No fue la única que lo intentó, ya que Sony lanzó su Sony Walkman imitando el modelo propio de los teléfonos Xperia Arc de la época. De esta manera, la marca japonesa retomaba uno de los inventos que la hicieron famosa, ya que fue la primera compañía en hacer uso de este tipo de reproductores. Era un dispositivo mucho más caro que el de Samsung (que estaba por debajo de los 200 euros) y por ello tampoco terminó de tener éxito.

Además, rápidamente surgieron aplicaciones de música en streaming como el reproductor web spotify que permitían que pudiéramos escuchar nuestra música favorita en la calle a través de internet.

Estos reproductores encontraron un problema bastante evidente. No eran teléfonos móviles. Aunque parezca un argumento bastante baladí, lo cierto es que es bastante evidente estos dispositivos podían hacer exactamente lo mismo que los móviles pero perdiendo una de sus funciones básicas: la del internet y la conectividad. Así, se convertían en productos de nicho ya que realmente no aportaban un valor diferencial, sino que perdían características clave.

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