Sony Bravia 8 II QD-OLED, análisis: el televisor que roza la perfección y que me ha recordado por qué Sony sigue siendo el rey

Hemos probado la que, probablemente, sea la mejor televisión OLED del mercado en 2025

Sony Bravia 8 II QD-OLED, análisis: el televisor que roza la perfección y que me ha recordado por qué Sony sigue siendo el rey
El televisor Sony Bravia 8 II QD-OLED / Fotografía de Christian Collado
Publicado en Sony

Hay una batalla en el mundo de los televisores de gama alta que se libra cada año con la ferocidad de una final de Champions. Es la eterna guerra entre la pureza del OLED y la potencia del Mini LED, una lucha de filosofías, de tecnologías y, por qué no decirlo, de marketing. Durante años, he sido testigo de esta contienda desde la primera fila, analizando cada nuevo contendiente, aplaudiendo sus avances y señalando sus compromisos. Y en medio de ese ruido, de esa batalla de nits y zonas de atenuación, siempre ha habido una marca que, sin hacer demasiado aspaviento, ha jugado en su propia liga: Sony.

Sony no inventó el panel OLED, pero nadie como ellos ha entendido el arte de coger una tecnología y exprimirla hasta la última gota de su potencial. Su secreto nunca ha sido el hardware en bruto, sino la inteligencia que lo gobierna, ese procesado de imagen casi mágico que convierte una buena pantalla en una ventana a otra realidad. El año pasado, su A95L nos dejó sin palabras y fue una de las nominadas a la categoría de mejor Smart TV Prémium en la edición de 2024 de los Premios Andro4all. Y este año, la pregunta que todos nos hacíamos era si serían capaces de repetir la hazaña.

Llevo un mes conviviendo en mi salón con el nuevo Sony Bravia 8 II QD-OLED de 55 pulgadas. Y la conclusión a la que he llegado es tan clara como la imagen que proyecta su panel: Sony lo ha vuelto a hacer. No estamos ante una simple actualización; estamos ante una obra maestra de la ingeniería audiovisual, un televisor que roza la perfección y que se postula, sin ningún género de dudas, como el mejor que el dinero puede comprar en 2025. Pero, como en toda obra maestra, siempre hay un pequeño detalle, una pincelada imperfecta que nos recuerda que, incluso en el Olimpo de la tecnología, la perfección absoluta sigue siendo una utopía.

+ Pros

  • Probablemente, la mejor experiencia visual y sonora en un televisor en 2025
  • Sony trabaja con Google TV como ninguna otra marca
  • Excelente diseño y calidad de construcción
  • Panel increíblemente brillante

- Contras

  • Las patas laterales pueden llegar a ser una molestia en determinados espacios
  • Solo en variantes de 55 y 65 pulgadas
  • Únicamente dos puertos HDMI 2.1
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Precio de la Sony Bravia 8 II QD-OLED y dónde comprarla

La Sony Bravia 8 II se puede comprar en España a un precio que parte desde los 2099 euros en la versión de 55 pulgadas de diagonal. El modelo de 65 pulgadas se puede comprar por 400 euros más. De momento, no existen versiones de mayor tamaño de este televisor.

Cualquiera de las dos variantes se puede adquirir a través de la tienda online oficial de Sony, y también a través de los canales de distribución autorizados, como El Corte Inglés.

Sony Bravia 8 II

Un diseño que susurra elegancia

Logo de Sony

Logo de Sony en uno de los bordes / Fotografía de Christian Collado

Si hay algo que define la filosofía de diseño de Sony en su gama alta, es la discreción. Y el Bravia 8 II es el máximo exponente de esta escuela. No es un televisor que grite para llamar la atención; es un ejercicio de minimalismo y elegancia que busca desaparecer por completo para que la imagen sea la única y absoluta protagonista.

El diseño es, en esencia, muy similar al del aclamado modelo del año pasado. Y eso, en mi opinión, es una excelente noticia. El televisor está construido con una combinación de plástico de alta calidad y aluminio, con unos acabados que transmiten una sensación de producto premium desde el primer momento. Los marcos que rodean la pantalla son tan finos que resultan prácticamente invisibles, una delgada línea negra que se funde con el panel cuando está apagado.

La trasera del televisor mantiene ese patrón de cuadrícula característico de Sony, un detalle estético que, además, ayuda a la disipación del calor. Todo está limpio, ordenado y pensado para que, incluso visto desde atrás, el televisor mantenga una apariencia sobria y elegante.

Grosor

El grosor es uno de los puntos fuertes del televisor / Fotografía de Christian Collado

Pero es en el sistema de soporte donde encontramos la primera decisión de diseño controvertida. Sony ha optado por un sistema de dos patas metálicas individuales que se colocan en los extremos del televisor. Y aunque he de admitir que estéticamente quedan muy bien y le dan al conjunto una gran estabilidad, desde un punto de vista práctico, son una pequeña tiranía.

Este sistema te "obliga" a tener un mueble que sea, como mínimo, tan ancho como el propio televisor. Se acabó el poder colocar una tele grande sobre un mueble más estrecho y con estilo. Es una decisión que prioriza la estética sobre la versatilidad, y aunque Sony ofrece una solución inteligente —las patas se pueden colocar en tres posiciones diferentes, incluyendo una más elevada para dejar espacio a una barra de sonido—, sigo echando de menos la sencillez y la universalidad de una buena peana central.

Un mando a distancia que cumple, pero que no enamora

Mando a distancia

Mando a distancia de la Sony Bravia 8 II QD-OLED / Fotografía de Christian Collado

Si el diseño del televisor es un ejercicio de minimalismo premium, el mando a distancia que lo acompaña sigue una filosofía similar, aunque quizás con un resultado menos brillante. No me malinterpretéis, el mando del Bravia 8 II es funcional y está bien construido. Tiene el tamaño perfecto, un tacto agradable y una distribución de botones lógica, con accesos directos a las principales plataformas de streaming como Netflix, Prime Video o YouTube.

Sin embargo, en un producto de este calibre y precio, echo en falta un pequeño detalle que, para mí, marca la diferencia en la experiencia de uso nocturna: la retroiluminación de los botones. Es algo que ya hemos visto en mandos de televisores mucho más baratos, como el de la TCL C8K), y que aquí brilla por su ausencia. Es un "pecadillo" menor, sí, pero en la oscuridad de una sesión de cine en casa, a veces se echa de menos poder encontrar el botón de pausa sin tener que encender la luz del móvil.

La magia del QD-OLED: una ventana a otra realidad

El brillo y la calidad de imagen

El brillo y la calidad de imagen del panel son impresionantes / Fotografía de Christian Collado

Llegamos al corazón de la bestia, al apartado que de verdad define a este televisor y lo eleva al Olimpo de la calidad de imagen. Y aquí, amigos, es donde Sony demuestra por qué sigue siendo el rey. El panel QD-OLED de segunda generación que monta el Bravia 8 II es, sencillamente, una joya.

Lo primero que te desarma es su espectacular tratamiento antirreflejos. He tenido el televisor en un salón con una gran ventana lateral, uno de los peores escenarios posibles para un panel brillante, y el resultado ha sido asombroso. El recubrimiento de la pantalla absorbe la luz ambiental de una forma increíble, minimizando los reflejos hasta hacerlos casi desaparecer. Se acabó el tener que bajar las persianas para poder ver una película a media tarde. Es, sin duda, uno de los mejores tratamientos antirreflejos que he probado nunca.

Pero la verdadera magia ocurre cuando apagas las luces y le das al play. La tecnología QD-OLED combina lo mejor de dos mundos: los negros puros y el contraste infinito de los paneles OLED tradicionales, con el brillo y la viveza de color que aportan los Quantum Dots. Y el resultado es una imagen que, a menudo, te hace dudar de si estás mirando una pantalla o una ventana.

El brillo es uno de los grandes protagonistas. El Bravia 8 II es capaz de alcanzar picos de luminosidad muy altos en contenido HDR, lo que se traduce en unos reflejos especulares (los destellos de luz sobre un coche, el brillo del sol en el agua) de un realismo sobrecogedor. Ver contenido en Dolby Vision en este televisor es una experiencia inmersiva de primer nivel. Los colores explotan, la imagen tiene una profundidad tridimensional que te atrapa y los detalles en las zonas más brillantes se mantienen perfectamente definidos, sin "quemarse".

La reproducción del color es, como siempre en Sony, excepcional. Es cierto que, con los ajustes de fábrica, el perfil de color tiende a ser ligeramente frío, con una sutil dominante azulada. Sin embargo, en cuanto seleccionas los modos "Cine" o "Filmmaker Mode", la precisión cromática es, sencillamente, perfecta. Los tonos de piel son increíblemente naturales, los paisajes se ven con una fidelidad asombrosa y la paleta de colores es tan rica y matizada que te permite apreciar detalles que en otros televisores pasan desapercibidos.

Y luego está el movimiento. Aquí es donde entra en juego el procesador Sony XR, el cerebro que orquesta toda esta sinfonía visual. La gestión del movimiento es, como es tradición en Sony, impecable. Las escenas de acción rápidas se ven con una fluidez y una nitidez espectaculares, sin ese molesto efecto de "estela" o judder que a veces plaga a otros paneles. El escalado de contenido de menor resolución también es excelente, consiguiendo que una serie de Netflix en 1080p se vea casi como si fuera 4K nativo.

Para los amantes de los videojuegos, el Bravia 8 II es un compañero de fatigas perfecto. Su compatibilidad con 4K a 120 Hz, VRR (Tasa de Refresco Variable) y ALLM (Modo de Baja Latencia Automática) lo convierten en el lienzo ideal para una PlayStation 5 o una Xbox Series X. Jugar a títulos como Spider-Man 2 o Forza Motorsport en este televisor es una experiencia increíble. La respuesta es instantánea, la fluidez es total y la calidad de imagen es tan buena que, a veces, te olvidas de que estás jugando a un videojuego.

En definitiva, la calidad de imagen del Sony Bravia 8 II QD-OLED no es solo excelente; es, probablemente, la nueva referencia del mercado. Un panel que, por brillo, contraste, color y procesado, se sitúa en la cima de la tecnología de consumo.

El sonido que sale de la pantalla: una experiencia inmersiva

La parte trasera, donde se esconden los altavoces

La parte trasera, donde se esconden los altavoces / Fotografía de Christian Collado

Si la calidad de imagen es sobresaliente, el apartado de sonido no se queda atrás. Sony lleva años apostando por una tecnología única y fascinante llamada Acoustic Surface Audio+, y en el Bravia 8 II alcanza su máxima expresión.

A diferencia de los televisores tradicionales, que tienen los altavoces en la parte inferior o trasera, en este Sony la propia pantalla es el altavoz. Unos actuadores situados en la parte trasera hacen vibrar el panel de forma imperceptible para generar el sonido, consiguiendo que el audio emane directamente del punto de la imagen donde se está produciendo la acción. Si un personaje habla en el lado izquierdo de la pantalla, su voz sale de ahí. Si un coche cruza la pantalla de derecha a izquierda, el sonido lo acompaña.

El resultado es una sensación de inmersión y realismo que ningún otro sistema de altavoces integrado puede igualar. El sonido no solo es potente y claro, sino que tiene una direccionalidad y una espacialidad que te meten de lleno en la película. Los diálogos se escuchan con una nitidez cristalina, y los dos subwoofers integrados en la parte trasera aportan una pegada en los graves más que decente.

Es un sistema de sonido tan bueno que, al igual que me ocurrió con el TCL C8K, me atrevo a decir que para la mayoría de los usuarios, no será necesario comprar una barra de sonido externa. La experiencia que ofrece de serie es más que suficiente para disfrutar de un sonido de cine en el salón de casa.

Google TV y la capa de Sony: la pareja perfecta

Google TV

Google TV en la Sony Bravia 8 II QD-OLED / Fotografía de Christian Collado

Para gobernar toda esta maravilla de hardware, Sony sigue confiando en el que, para mí, es el mejor sistema operativo para televisores: Google TV. Y la experiencia es, sencillamente, impecable.

La interfaz es rápida, fluida y muy intuitiva. La pantalla de inicio, con sus recomendaciones personalizadas y su integración con todas las plataformas de streaming, es un centro de entretenimiento fantástico. Y la tienda de aplicaciones de Google nos da acceso a un universo infinito de contenido.

Pero donde Sony de verdad marca la diferencia es en los añadidos que ha implementado sobre la base de Google TV. El menú de ajustes rápidos, accesible desde un botón del mando, es una genialidad. Te permite cambiar los parámetros de imagen y sonido sin tener que salir de la aplicación que estás viendo, algo increíblemente útil para los que nos gusta trastear con la configuración.

Además, el servicio de streaming exclusivo de Sony, Bravia Core, es un valor añadido espectacular. Ofrece un catálogo de películas de Sony Pictures con una calidad de imagen y sonido superior a la de cualquier otra plataforma, gracias a su altísimo bitrate. Es la mejor forma de exprimir todo el potencial de este televisor.

Conectividad: notable alto, con posibilidad de mejora

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Una de las patas de la Sony Bravia 8 II QD-OLED, situada en el extremo del televisor / Fotografía de Christian Collado

A estas alturas del análisis, la pregunta es inevitable. Si la imagen es casi perfecta, el sonido es espectacular y el software es una delicia, ¿dónde está el truco? ¿Cuál es el compromiso que ha tenido que hacer Sony? Y la respuesta, por desgracia, es la misma que en otros muchos televisores de gama alta, y es un compromiso que me duele especialmente: la conectividad.

En una decisión que, sinceramente, no consigo entender en un televisor de este calibre y precio, el Sony Bravia 8 II solo incluye dos puertos HDMI 2.1.

Para un usuario que solo tiene una consola de última generación, puede que no sea un drama. Pero para cualquiera que tenga una PlayStation 5 y una Xbox Series X, es un quebradero de cabeza. Ya has ocupado los dos únicos puertos capaces de exprimir al máximo tus consolas. ¿Y si además quieres conectar una barra de sonido de última generación a través del puerto eARC? Pues tendrás que sacrificar uno de esos dos puertos, porque, para rematar la faena, el puerto eARC es, precisamente, uno de los dos HDMI 2.1.

Es una limitación incomprensible, un cuello de botella que te obliga a estar jugando al "conecta y desconecta" o a invertir en un conmutador externo si quieres tener todo tu ecosistema de entretenimiento de alta gama conectado a la vez. Es el gran "pero" de un televisor que, por lo demás, roza la perfección.

Conclusión: ¿vale la pena la Sony Bravia 8 II QD-OLED?

Mando a distancia

El mando a distncia incluye acceso directo a las principales plataformas de contenido / Fotografía de Christian Collado

Llego al final de este análisis con una certeza absoluta: el Sony Bravia 8 II QD-OLED es uno de los mejores televisores que he probado en mi vida. Es un producto que me ha recordado por qué Sony, a pesar de la feroz competencia, sigue siendo la referencia en calidad de imagen y sonido.

La experiencia visual que ofrece su panel QD-OLED es, sencillamente, de otro nivel. El brillo, el contraste, la precisión del color y el increíble tratamiento antirreflejos lo sitúan en la cima de la tecnología de consumo. Si a esto le sumamos un sistema de sonido ingenioso y sorprendentemente potente, y la fluidez de Google TV, tenemos un paquete que es, en un 95%, perfecto.

Ese 5% restante, ese pequeño asterisco en una hoja de especificaciones casi inmaculada, es su conectividad. La decisión de incluir solo dos puertos HDMI 2.1 es un compromiso difícil de justificar en 2025, y será un factor decisivo para los usuarios más exigentes y los gamers más acérrimos.

Aun así, el conjunto es tan espectacular que es imposible no rendirse a sus encantos. En la batalla por ser el mejor televisor de 2025, el Sony Bravia 8 II se sitúa, junto al LG G5 y al Panasonic Z95B, en el podio de los campeones. Pero si me preguntas a mí, a día de hoy, por la combinación de calidad de imagen, sonido y experiencia de usuario, creo que Sony ha conseguido, un año más, llevarse la medalla de oro.

Este dispositivo ha sido analizado de forma independiente gracias a una cesión por parte de la marca. El artículo contiene enlaces de compra por los que Andro4all podría percibir una comisión. Únete al canal de chollos de Andro4all para enterarte de las mejores ofertas antes que nadie.

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