He probado el televisor que avergüenza a la gama alta: TCL C8K, análisis de la nueva bestia de la calidad-precio

TCL vuelve a romber el mercado de los televisores de gama alta con un Smart TV que ofrece la mejor relación calidad-precio del momento

He probado el televisor que avergüenza a la gama alta: TCL C8K, análisis de la nueva bestia de la calidad-precio
El televisor TCL C8K en su variante de 65 pulgadas / Fotografía de Christian Collado
Publicado en Tecnología

Hay una verdad incómoda en el mundo de los televisores de gama alta. Una especie de pacto no escrito que nos obliga a elegir entre dos caminos: o te dejas una fortuna en un modelo OLED, con sus negros perfectos y sus colores de cine, aceptando a cambio un brillo más contenido y el eterno miedo a los quemados; o apuestas por la tecnología LCD, con un brillo espectacular ideal para salones luminosos, pero asumiendo ciertos compromisos en forma de blooming, falta de uniformidad y un contraste que nunca llega a ser perfecto. Durante años, hemos aceptado esta dicotomía, resignados a que no se puede tener todo.

El año pasado, sin embargo, un televisor rompió las reglas. El TCL C855 llegó a nuestro laboratorio y, sin hacer demasiado ruido, se convirtió en nuestra recomendación unánime y en uno de los nominados a mejor televisor del año en los Premios Andro4all. ¿Su secreto? Ofrecer una calidad de imagen que coqueteaba con lo mejor de ambos mundos a un precio que, sencillamente, parecía un error. Ahora, un año después, tengo sobre la mesa a su sucesor, el TCL C8K de 65 pulgadas. Y la pregunta que ha rondado mi cabeza durante las últimas semanas de pruebas ha sido tan simple como aterradora: ¿será capaz de repetir la hazaña o fue solo un golpe de suerte?

Después de incontables horas de películas, series, videojuegos y pruebas técnicas, puedo decirlo sin miedo a equivocarme: no fue suerte. TCL no solo ha creado un digno sucesor; ha perfeccionado su fórmula hasta tal punto que ha puesto en un serio aprieto a las marcas que, tradicionalmente, han dominado la gama alta. El C8K no es solo el nuevo rey de la calidad-precio; es un televisor que, por lo que cuesta, directamente avergüenza a la competencia.

+ Pros

  • El mejor panel LCD que hemos probado en un televisor hasta ahora
  • Sonido de muy buena calidad
  • Diseño robusto y bien construido
  • Google TV es un seguro de vida

- Contras

  • Solo dos puertos HDMI 2.1
90Sobre 100

Precio del TCL C8K y dónde comprarlo

El modelo de referencia de la serie C8 de TCL está disponible en cuatro tamaños distintos: 65, 75, 85 y 98 pulgadas. El modelo más "pequeño", el que he podido probar a lo largo de estas semanas, tiene un precio de venta oficial de 1499 euros. No obstante, ya es posible encontrarlo más barato en algunos de los principales canales de distribución, como El Corte Inglés.

TCL C8K

Un diseño elegante, pero que debería presumir más

Peana

La peana es metálica y está situada en la parte central del televisor / Fotografía de Christian Collado

Lo primero que te llama la atención del TCL C8K es su diseño. Y lo hace, precisamente, por su discreción. En una era de peanas estrambóticas y diseños que gritan "¡mírame!", TCL ha optado por un minimalismo elegante y funcional. El televisor está construido sobre un chasis de metal de color gris oscuro, con unos marcos casi inexistentes en tres de sus cuatro lados, una filosofía que la marca denomina ZeroBorder. El único marco visible, el inferior, es una delgada franja metálica que alberga un pequeño logo de TCL y el receptor de infrarrojos.

La peana central, también metálica, es robusta y minimalista. Es una simple plancha rectangular que da una estabilidad fantástica al conjunto sin robarle protagonismo a la pantalla. Es un diseño sobrio, casi industrial, que quizás no enamore a primera vista, pero que tiene una virtud fundamental: desaparece por completo cuando enciendes el televisor, dejando que la imagen sea la única y absoluta protagonista.

A pesar de su tecnología de retroiluminación, el perfil del televisor es sorprendentemente delgado. No llega a la finura de un modelo OLED, por supuesto, pero se puede colgar en la pared sin que parezca un armatoste. En definitiva, el C8K no es un televisor que vaya a ganar un concurso de diseño, pero su construcción es sólida, sus materiales son de calidad y su estética es lo suficientemente neutra como para encajar en cualquier salón sin desentonar. Es un diseño funcional, sin alardes, que prefiere centrar todos sus esfuerzos en lo que de verdad importa: la pantalla.

El espectáculo de los 4.500 nits: la pantalla que lo cambia todo

Brillo de la pantalla

El brillo de la pantalla es, sin duda, el punto más fuerte de este televisor / Fotografía de Christian Collado

Y qué pantalla. Aquí es donde la marca china demuestra que no solo ha aprendido a jugar en la liga de los mayores, sino que en algunos aspectos, como el del brillo, directamente ha llegado para dominarla.

La base de todo es su panel QD-Mini LED de sexta generación. Y es importante pararse a entender qué significa esto, porque es la clave de su éxito. A diferencia de los televisores LED tradicionales, un panel Mini LED utiliza miles de diodos de luz mucho más pequeños, lo que permite un control de la iluminación infinitamente más preciso. En este modelo de 65 pulgadas, TCL ha conseguido meter más de 2.000 zonas de atenuación local, una cifra que hasta hace un par de años estaba reservada para modelos que costaban el triple.

¿En qué se traduce esto en el mundo real? En un control casi perfecto de la luz. En escenas oscuras, el televisor es capaz de apagar por completo las zonas que deben ser negras, consiguiendo un nivel de contraste y una profundidad que se acerca peligrosamente al de un panel OLED. El temido blooming, ese halo de luz que a menudo rodea a los objetos brillantes sobre fondos oscuros en los televisores LCD, aquí es prácticamente inexistente.

Pero si en los negros roza la excelencia, en los brillos directamente la redefine. El TCL C8K es capaz de alcanzar un pico de brillo de 4.500 nits en contenido HDR. Es una cifra que, sobre el papel, puede no decir mucho, pero que en la práctica es una auténtica barbaridad. Los reflejos en un coche, el destello del sol sobre el agua o la explosión de una bomba en una película de acción se sienten con una intensidad y un realismo que te dejan pegado al asiento. Ver contenido en Dolby Vision o HDR10+ en este televisor es una experiencia inmersiva de primer nivel, sobre todo en salones muy iluminados donde los paneles OLED suelen sufrir.

Angulos de vision

Los ángulos de visión del televisor también son excelentes / Fotografía de Christian Collado

Y aquí es donde entra en juego otra de las grandes virtudes de este panel: su uniformidad. Tradicionalmente, uno de los grandes problemas de los televisores LCD es la falta de uniformidad en la iluminación, con zonas más oscuras en las esquinas o "manchas" visibles en fondos de un solo color (el temido clouding). En el C8K, este problema es historia. El panel es increíblemente uniforme, tanto en brillo como en color, algo que demuestra el nivel de madurez que ha alcanzado TCL en el control de su tecnología de retroiluminación.

La capa de Quantum Dots (QLED) se encarga de la reproducción del color, y el resultado es fantástico. El televisor es capaz de cubrir el 98% del espacio de color DCI-P3, lo que se traduce en unos colores vibrantes, ricos y muy precisos. Las películas y series se ven con una naturalidad y una vivacidad espectaculares, sin caer en la sobresaturación artificial de otros paneles.

Para los amantes de los videojuegos, el C8K es un auténtico sueño. Su panel nativo de 144 Hz con refresco variable (VRR) y su compatibilidad con AMD FreeSync Premium Pro garantizan una fluidez total y la ausencia de tearing en los juegos de última generación. Además, el modo Game Master Pro 3.0 optimiza la imagen y reduce la latencia al mínimo, ofreciendo una experiencia de juego increíblemente rápida.

En resumen, la pantalla del TCL C8K no es solo buena; es, probablemente, la mejor pantalla basada en tecnología LCD que he probado hasta la fecha. Un panel que, por brillo, contraste, uniformidad y color, no solo compite con la gama alta, sino que en muchos aspectos la supera.

El sonido que no te esperas (y que te ahorrará una barra de sonido)

Altavoz trasero

Uno de los altavoces traseros del TCL C8K / Fotografía de Christian Collado

Normalmente, este es el apartado donde la mayoría de los televisores, incluso los de gama alta, suelen flaquear. El sonido integrado suele ser mediocre, correcto como mucho. Un simple trámite que casi te obliga a invertir en una barra de sonido externa para tener una experiencia mínimamente decente. Pero con el C8K, TCL ha decidido romper también esta norma. Y para ello, se ha aliado con uno de los nombres más respetados del mundo del audio: Bang & Olufsen.

El resultado de esta colaboración es un sistema de sonido Onkyo 2.1.2 de 120 W de potencia total, que incluye un subwoofer integrado en la parte trasera del televisor. Y la diferencia se nota, y mucho. El sonido del C8K es potente, claro y sorprendentemente envolvente.

Gracias a la compatibilidad con Dolby Atmos, el televisor es capaz de crear una escena sonora tridimensional muy convincente. Los diálogos se escuchan con una nitidez fantástica, sin quedar sepultados por los efectos de sonido. Y el subwoofer, aunque no puede competir con uno externo, aporta un cuerpo y una pegada en los graves que es muy poco común en un televisor.

He visto películas de acción, he jugado a videojuegos y he escuchado música en YouTube, y en todos los escenarios, el sonido ha estado a un nivel altísimo. Tanto que me atrevo a decir algo que rara vez digo: salvo que seas un audiófilo empedernido o quieras montar un cine en casa de verdad, con el sonido del TCL C8K probablemente ni siquiera te haga falta comprar una barra de sonido. Y eso, en un televisor de este precio, es un valor añadido gigantesco.

Google TV: la inteligencia que ya conoces (y que funciona de maravilla)

Para gobernar toda esta bestia de hardware, TCL ha vuelto a apostar por el que, en mi opinión, es el mejor sistema operativo para televisores que existe a día de hoy: Google TV. Y es una decisión que aplaudo.

La experiencia es exactamente la que esperas de un dispositivo con el sello de Google. La interfaz es rápida, fluida e increíblemente intuitiva, sobre todo para los que venimos del mundo Android. Todo está donde esperas que esté, la tienda de aplicaciones es la más completa del mercado (con Netflix, Disney+, HBO Max, Prime Video y un larguísimo etcétera) y el sistema de recomendaciones es inteligente y funciona muy bien.

El procesador AiPQ PRO que monta el televisor se encarga de que todo se mueva sin un atisbo de lag. Navegar por los menús, abrir aplicaciones o cambiar entre fuentes de vídeo es un proceso instantáneo. Además, la integración con el ecosistema de Google es total. Tenemos Chromecast integrado para enviar contenido desde el móvil con un solo toque y el Asistente de Google para controlar el televisor con la voz a través del micrófono del mando. En un futuro, Gemini se integrará directamente en el televisor para aportar ese extra de inteligencia que ya disfrutamos en nuestros móviles y tablets.

Mando a distancia

El mando a distancia de la TCL C8K, con retroiluminación automática / Fotografía de Christian Collado

En definitiva, en el apartado de software, no hay sorpresas. Y eso es, precisamente, la mejor noticia posible. Google TV es un sistema maduro, estable y completo, y en el TCL C8K funciona a las mil maravillas.

La gran pregunta: ¿dónde está el truco?

A estas alturas del análisis, probablemente te estés preguntando lo mismo que yo me preguntaba al empezar a probarlo: si la pantalla es tan buena, el sonido es excelente y el software es impecable, ¿dónde está el truco? ¿Cuál es el compromiso que ha tenido que hacer TCL para poder ofrecer todo esto a un precio tan competitivo?

Y el truco, por desgracia, existe. Y se llama conectividad. En una decisión de ahorro de costes que, sinceramente, me cuesta entender en un televisor de este calibre, el TCL C8K solo incluye dos puertos HDMI 2.1.

Para un usuario medio, esto puede no suponer un gran problema. Pero para cualquiera que tenga un ecosistema de entretenimiento medianamente serio, es un jarro de agua fría. Si eres un gamer y tienes una PlayStation 5 y una Xbox Series X, ya has ocupado los dos puertos de alta velocidad. ¿Y si además quieres conectar una barra de sonido de última generación a través del puerto eARC? Pues tendrás que sacrificar uno de los dos puertos 2.1, porque, para rematar la faena, uno de ellos es el que cumple esa función.

Detalle de la peana

Detalle de la peana de la TCL C8K / Fotografía de Christian Collado

Es una limitación un tanto incomprensible, un cuello de botella que te obliga a estar constantemente conectando y desconectando cables o a invertir en un conmutador HDMI externo si quieres aprovechar todo el potencial del televisor. Es el gran "pero" de este C8K. Un compromiso que, aunque no empaña la espectacular calidad del conjunto, sí que deja un sabor de boca un tanto agridulce.

Conclusión: ¿vale la pena la TCL C8K?

QD MiniLED

Salvo que estés buscando, sí o sí, un modelo OLED, lo nuevo de TCL es una de las mejores opciones que vas a encontrar en el mercado / Fotografía de Christian Collado

Llego al final de este análisis con la misma sensación con la que empecé: la de estar ante un producto que redefine las reglas del juego. El TCL C8K es un televisor que, si lo juzgamos por su calidad de imagen y sonido, podría competir sin complejos con modelos que cuestan el doble. Su brillo es, sencillamente, espectacular, su control de la retroiluminación es magistral y su uniformidad es la mejor que he visto en un panel LCD. Si a esto le sumamos un sistema de sonido firmado por Bang & Olufsen que roza la excelencia y la fluidez de Google TV, tenemos un paquete casi perfecto.

Casi. Porque ese "casi" es importante. La inexplicable decisión de incluir solo dos puertos HDMI 2.1 es una piedra en el zapato, un compromiso que dolerá especialmente a los más jugones. Pero, seamos honestos, para la inmensa mayoría de los usuarios, es un sacrificio más que asumible a cambio de todo lo demás.

TCL C8K

El año pasado, el TCL C855 fue nuestra elección como el televisor de gama alta con mejor relación calidad-precio. Después de pasar semanas con el C8K, me temo que la historia está a punto de repetirse. TCL no solo ha creado un digno sucesor; ha vuelto a redefinir lo que es posible en la gama alta asequible, creando un televisor que, sencillamente, avergüenza a la competencia. Si buscas la mejor calidad de imagen posible sin tener que hipotecar tu casa, no busques más. El nuevo rey ya está aquí.

Este dispositivo ha sido analizado de forma independiente gracias a una cesión por parte de la marca. El artículo contiene enlaces de compra por los que Andro4all podría percibir una comisión. Únete al canal de chollos de Andro4all para enterarte de las mejores ofertas antes que nadie.

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