2025 prepara la nueva revolución de la IA: llegan los agentes
La próxima evolución de la inteligencia artificial va más allá de los chatbots: sistemas automatizados que ejecutarán tareas complejas de forma independiente

Los gigantes tecnológicos como OpenAI, Microsoft, Google y Salesforce están acelerando el desarrollo de una nueva generación de inteligencia artificial. Estos sistemas marcarán un antes y después en campos como la sanidad, la robótica y los videojuegos, dejando atrás la era de los chatbots para dar paso a herramientas capaces de realizar tareas complejas de forma autónoma.
La diferencia fundamental con los sistemas actuales es su capacidad para actuar por sí mismos. Como explica un experto en The Conversation, estos agentes pueden tomar decisiones independientes basándose en su entorno, similar a cómo un termostato inteligente ajusta la temperatura o un Roomba aprende la disposición de una habitación.
La era de los agentes autónomos plantea nuevos retos y oportunidades para el futuro de la tecnología
Los expertos distinguen tres niveles de sofisticación en estos agentes. La evolución es fascinante y progresiva: desde los agentes de reflejo simple como termostatos, pasando por los basados en objetivos como Roomba, hasta llegar a los más avanzados basados en utilidad, capaces de sopesar riesgos y beneficios antes de tomar decisiones, considerando incluso objetivos que puedan entrar en conflicto.
El potencial de estos agentes ya se está materializando. Google ha demostrado avances revolucionarios con Project Mariner, una extensión de Chrome que no solo planifica comidas y hace la compra, sino que además puede razonar sobre texto e imágenes en pantalla, encontrando automáticamente sustitutos cuando ciertos ingredientes no están disponibles. Este desarrollo está llevando a líderes como el CEO de Instagram a solicitar una regulación más estricta de la IA.
La transformación que estamos presenciando va más allá de la IA estrecha o "débil" actual, limitada a tareas específicas. Los nuevos agentes representan un salto cualitativo hacia la inteligencia artificial general o "fuerte", capaz de transferir habilidades entre diferentes dominios. Este avance está impactando el mercado laboral, con empresas que ya están priorizando la automatización sobre la contratación tradicional.
OpenAI proyecta un futuro donde estos agentes podrán operar de forma independiente durante días o semanas. La clave de su éxito residirá en encontrar el equilibrio entre autonomía y supervisión humana, especialmente considerando los riesgos de sesgos y fallos en la toma de decisiones. Los desarrolladores están implementando sistemas de verificación para que los usuarios puedan revisar y aprobar las acciones antes de su ejecución final.
El acceso a datos sensibles es otro punto crucial que deberá abordarse. La seguridad se convierte en prioritaria cuando estos agentes necesitan acceder a navegadores, correos electrónicos y calendarios para realizar sus tareas. Las empresas tendrán que garantizar protecciones robustas contra posibles brechas que pudieran comprometer información personal o financiera.
La transición hacia estos sistemas más sofisticados requerirá un periodo de adaptación. Los usuarios deberán evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos de delegar tareas a estos agentes, considerando factores como la privacidad, la seguridad y el nivel de control que desean mantener sobre sus actividades digitales.