Así se pierden 100 millones de dólares en el espacio: el satélite de Jeff Bezos para rastrear el metano, perdido para siempre
El satélite MethaneSAT, financiado con 100 millones del Bezos Earth Fund, se perdió tras detectar emisiones 10 veces superiores a las reportadas oficialmente

Un satélite de 88 millones de dólares financiado por Jeff Bezos para monitorear emisiones de metano se perdió en el espacio el pasado 20 de junio. MethaneSAT dejó de transmitir señales sobre Noruega tras una falla técnica que la organización Environmental Defense Fund considera "probablemente irrecuperable". A pesar del revés, la misión logró revolucionar la comprensión del metano, el gas responsable del 30% del calentamiento global.
Tal y como recoge The Independent, el proyecto recibió 100 millones de dólares del Bezos Earth Fund para crear herramientas de vigilancia climática avanzadas. Equipado con espectrómetros, el satélite podía detectar concentraciones de metano incluso en niveles bajos, identificando fuentes en regiones petroleras y gasísticas de todo el mundo.
Un legado científico que trasciende la pérdida
La Environmental Defense Fund confirmó que la nave sufrió una pérdida de energía completa durante su sobrevuelo de Noruega. Steven Hamburg, líder del proyecto, calificó la situación como "los riesgos inherentes a las misiones espaciales", pero destacó que MethaneSAT había logrado descubrimientos importantes durante sus meses de operación. Los datos recopilados ya están siendo utilizados por reguladores y empresas para mejorar estándares ambientales.
El satélite detectó emisiones de metano hasta 10 veces superiores a las reportadas oficialmente en algunas zonas, revelando discrepancias enormes en los registros industriales. Esta capacidad de vigilancia espacial representa un avance importante en la lucha contra el cambio climático, considerando que el metano tiene un impacto 80 veces mayor que el dióxido de carbono en un período de 20 años.
La misión desarrolló métodos nuevos para traducir mediciones espaciales en volúmenes precisos de metano liberado, creando lo que Hamburg describió como una "nueva era de transparencia" en el combate climático. El proyecto utilizaba inteligencia artificial para crear mapas detallados de contaminación, una iniciativa que había sido impulsada por Google y el Fondo de Defensa Ambiental.
Los hallazgos de MethaneSAT están transformando políticas climáticas globales, proporcionando evidencia científica que gobiernos y empresas no pueden ignorar. La capacidad del satélite para identificar fuentes específicas de emisiones ha obligado a la industria petrolera y gasística a reconocer problemas que habían minimizado durante años.
Jeff Bezos ha aumentado su implicación en proyectos tecnológicos tras dejar Amazon, centrándose especialmente en el Bezos Earth Fund y la exploración espacial. Su compromiso con la innovación tecnológica aplicada al cambio climático refleja una tendencia creciente entre multimillonarios tecnológicos que buscan soluciones a crisis globales.
La Environmental Defense Fund no descarta lanzar otro satélite para continuar este trabajo. La organización considera que los datos obtenidos justifican la inversión, a pesar de la pérdida prematura de la nave. MethaneSAT demostró que la vigilancia desde el espacio es clave para combatir eficazmente las emisiones de gases de efecto invernadero.
La pérdida del satélite evidencia los desafíos inherentes a la exploración espacial, pero también subraya su relevancia para enfrentar crisis climáticas. Los 100 millones de dólares invertidos ya están generando cambios en políticas ambientales que podrían tener un impacto mucho mayor que la inversión inicial. Mientras el metano sigue siendo una amenaza seria, proyectos como MethaneSAT demuestran que la tecnología privada puede acelerar la acción ambiental global.