Bloqueo total: Estados Unidos veta a DJI e impedirá vender cualquier dron que no se fabrique íntegramente en suelo estadounidense
Estados Unidos asfixia a DJI al prohibir las certificaciones de cualquier dron fabricado fuera de sus fronteras, lo que impedirá vender nuevos modelos extranjeros a partir de 2026
Estados Unidos impedirá la venta de nuevos drones extranjeros al negarles la certificación de radiofrecuencia desde principios de 2026. La FCC ha decidido que cualquier aeronave no fabricada íntegramente en suelo estadounidense no podrá operar legalmente en sus bandas de radio. Esta decisión supone un cerrojazo comercial en toda regla para fabricantes como DJI o Autel.
La noticia llega vía Frandroid, donde se detalla que la regulación técnica es ahora un arma política. El comisario de la FCC, Brendan Carr, admite que el organismo ya no actúa de forma independiente, sino que sirve a la voluntad presidencial. La administración pretende levantar un muro industrial amputando la cadena de suministro sin tener una infraestructura real en casa.
Componentes vetados: del motor al controlador de vuelo
La prohibición no se limita al ensamblaje final, sino que exige que baterías, motores, controladores de vuelo y sistemas de navegación sean estadounidenses. Al ser el noventa por ciento de la cadena de suministro de origen asiático**, la medida crea un cuello de botella insalvable. Sin estos componentes certificados, ningún dron nuevo podrá emitir señales de radio legales en el país.
Los modelos actuales que ya tienen un ID de la FCC, como el DJI Mini 4 Pro, podrán seguir vendiéndose bajo la denominada "cláusula del abuelo" —es decir, que las normas nuevas no se aplicarán a lo que ya existía antes de aprobarlas—. Sin embargo, el catálogo quedará congelado y los próximos lanzamientos morirán en la frontera. La falta de competencia real provocará que los pocos drones locales disponibles sean el doble de caros y técnicamente inferiores.
Existe una vía de exención mediante inspecciones del Pentágono o Seguridad Nacional, pero es un trámite pensado para equipos militares o industriales, no para el mercado de masas. Este escenario de aislamiento tecnológico que ya afecta a otros sectores dejará a los usuarios de consumo sin opciones modernas. La industria estadounidense de drones corre el riesgo de convertirse en un desierto.
Esta rabieta geopolítica ignora que la dependencia de los suministros orientales es estructural para cualquier electrónica compleja. Skydio, la alternativa estadounidense, ya tiró la toalla en el sector de consumo para centrarse en contratos de defensa, dejando el cielo libre de rivales domésticos. El usuario profesional se verá obligado a usar herramientas obsoletas mientras el resto del planeta sigue avanzando.
La medida entrará en vigor a principios de 2026 y afectará a cualquier dron nuevo que intente cruzar la aduana de Estados Unidos. El vacío que deja DJI en el mercado no será cubierto por ninguna empresa local a corto plazo, creando un agujero en la industria audiovisual y de ocio que difícilmente se podrá rellenar sin tecnología extranjera.