ChatGPT contra Hollywood: la IA de OpenAI enfada a los artistas americanos

OpenAI lanzó Sora 2 sin controles efectivos, permitiendo que se generasen vídeos de personajes protegidos. Ahora las agencias valoran ir a juicio

ChatGPT contra Hollywood: la IA de OpenAI enfada a los artistas americanos
Las agencias acusan a OpenAI de darles información contradictoria sobre cómo proteger a sus clientes en Sora 2
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

OpenAI lanzó Sora 2 a principios de octubre, una aplicación que genera vídeos mediante inteligencia artificial escribiendo lo que quieres ver. En cuestión de días la plataforma se llenó de contenido protegido: Bob Esponja fumando porros, Scooby-Doo multado en una autopista y personajes similares. La compañía añadió unos controles de seguridad que los usuarios saltaron en minutos, lo que ha cabreado bastante a las agencias de talento y los estudios de Hollywood.

Según se recoge en Futurism, las principales agencias de representación acusan a OpenAI de haberles engañado en las conversaciones a puerta cerrada. A unos titulares de derechos les dijeron que debían excluirse activamente de la plataforma si no querían que apareciesen sus personajes; a otros les contaron justo lo contrario. Mientras tanto, Sora llegó al primer puesto de la App Store reproduciendo personajes famosos sin autorización.

Un sistema imposible de aplicar

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La industria del cine se ha levantado en armas

El modelo de exclusión voluntaria que propuso OpenAI no funcionaba en la práctica. Un socio de WME, la agencia que representa a actores como Matthew McConaughey o Michael B. Jordan, lo explicó claramente: "Es muy probable que ese cliente despida a su agente" por hacer esa llamada para excluirle. Ningún agente asumió ese riesgo profesional, así que el sistema quedó inoperativo desde el principio.

Sam Altman prometió el 3 de octubre dar a los titulares de derechos un control más granular sobre la generación de sus personajes mediante un modelo de inclusión voluntaria. Para entonces, la aplicación ya había llegado al número uno de las descargas precisamente por dejar generar cualquier personaje conocido sin restricciones. El éxito inicial de Sora se construyó sobre esa ausencia de barreras.

La Motion Picture Association exigió una "acción inmediata" contra la reproducción de material protegido. Creative Artists Agency se sumó llamando al lanzamiento "explotación, no innovación". Un ejecutivo de agencia que conoce el asunto fue directo: los movimientos de Altman fueron "muy calculados" y sabían exactamente lo que hacían al lanzar sin protecciones. No es la primera vez que ocurre algo así: ya hubo protestas con huelgas de hambre frente a sedes de empresas de IA por el desarrollo sin límites de estos sistemas.

Rob Rosenberg, socio del bufete Moses Singer, señaló que OpenAI está dando la vuelta al derecho de autor. La empresa plantea que puede usar cualquier material a menos que los titulares se excluyan activamente, y que si no lo hicieron la culpa es suya. "Están poniendo el copyright patas arriba", resumió Rosenberg. Crear un falso trato donde tú puedes hacer algo a menos que te digan que no.

Las conversaciones entre OpenAI y Hollywood siguen adelante, pero ahora hay abogados de por medio y se valora ir a juicio. Los grandes estudios ya han demandado a Midjourney por infracción de copyright. Anthropic, competidor directo de OpenAI, aceptó pagar 1.500 millones de dólares después de que le pillasen entrenando sus modelos con copias pirateadas de libros. En otros sectores creativos, como la música, también hay rechazo: un millar de artistas británicos lanzó un álbum completamente silencioso contra el uso no autorizado de sus obras.

En Hollywood el rechazo es especialmente intenso después de las huelgas de 2023, que paralizaron la industria durante meses por temas relacionados con la inteligencia artificial. Hace pocas semanas, los actores cargaron contra Tilly Norwood, una "actriz" generada por IA que varias agencias querían fichar. La tensión entre trabajo humano y automatización no hace más que crecer desde entonces.

Un socio de WME resumió el sentimiento generalizado al recordar su conversación con el personal de OpenAI durante las negociaciones. Les preguntó cómo esperaban establecer colaboraciones después de lo ocurrido. La respuesta es evidente: han quemado el puente antes de cruzarlo, y ahora las posibilidades de firmar acuerdos con estudios y agencias parecen bastante remotas.

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