China arrasa con su nuevo dron: tan pequeño como un mosquito, pero con un gran poder en su interior
El dispositivo pesa solo 0.3 gramos y puede volar con vientos de 74 km/h, siendo prácticamente indetectable por radares convencionales

China ha desarrollado un dron espía del tamaño de un mosquito que podría cambiar para siempre la guerra moderna. Este dispositivo microscópico, creado por investigadores de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa, mide apenas entre 1.3 y 2 centímetros de longitud y pesa tan solo 0.3 gramos, siendo prácticamente indetectable por los sistemas de defensa convencionales.
El proyecto, tal y como recoge Interesting Engineering, demuestra que China ha logrado miniaturizar tecnología militar hasta límites antes impensables. Con alas que baten 500 veces por segundo y capacidad de vuelo estable incluso con vientos de 74 km/h, este microdron representa un salto importante en las capacidades de reconocimiento militar.
Un espía microscópico para el campo de batalla moderno
La Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China ha conseguido algo que parecía sacado de la ciencia ficción. Su dron biomimético no solo imita la apariencia de un mosquito, sino que replica su comportamiento de vuelo con una precisión llamativa. El dispositivo incluye tres "patas" ultrafinas que le permiten posarse discretamente en cualquier superficie, manteniéndose completamente camuflado.
Según explicó Liang Hexiang, estudiante de la NUDT, durante la presentación en el canal militar CCTV-7, estos robots biónicos en miniatura son ideales para misiones de reconocimiento y operaciones especiales en el campo de batalla. Su tamaño microscópico lo convierte en un espía perfecto, capaz de infiltrarse en zonas donde equipos convencionales resultarían detectados inmediatamente.
La operación del dron se realiza mediante un smartphone, lo que simplifica su despliegue. Esta característica lo hace especialmente útil para operaciones tácticas urbanas y misiones de rescate, donde la discreción y la facilidad de manejo son fundamentales. Su invisibilidad ante radares tradicionales abre posibilidades completamente nuevas en estrategia militar.
El desarrollo tecnológico detrás de este microdron ha requerido avances en múltiples disciplinas. Los ingenieros chinos han trabajado con sistemas microelectromecánicos con precisión de 5 nanómetros, una escala de trabajo que pone a prueba los límites de la ingeniería actual. Los materiales utilizados incluyen nanotubos de carbono para las alas, proporcionando la resistencia necesaria sin comprometer el peso.
La biomecánica ha sido clave en el diseño. Los investigadores estudiaron el vuelo de insectos reales para replicar sus movimientos con exactitud mecánica. Esta aproximación biomimética ha permitido superar desafíos técnicos como la miniaturización de baterías y sensores, tradicionalmente considerados obstáculos complicados en el desarrollo de microdrones.
China no es pionera en esta tecnología. La Universidad de Harvard presentó en 2019 su proyecto "RoboBee", un dron similar que, sin embargo, permanece limitado a entornos de laboratorio. El modelo chino destaca por su estabilidad en condiciones reales y, especialmente, por sus aplicaciones militares inmediatas y prácticas.
Los expertos internacionales señalan que estos dispositivos podrían cambiar la inteligencia militar moderna. No obstante, también plantean cuestiones éticas sobre vigilancia y el potencial uso de estas tecnologías en contextos civiles. La línea entre seguridad nacional y privacidad individual se difumina con herramientas de este tipo.
Pese a su potencial, los microdrones enfrentan limitaciones técnicas importantes. La autonomía de vuelo está restringida por baterías necesariamente pequeñas, y su capacidad de carga útil es extremadamente limitada. Estos factores restringen actualmente sus aplicaciones a misiones específicas de reconocimiento y vigilancia a corto plazo.
La NUDT ya trabaja en versiones mejoradas de este diseño, además de otros robots miniatura con capacidades expandidas. Los investigadores chinos sugieren que esta tecnología evolucionará hacia sistemas más versátiles y duraderos, transformando no solo las aplicaciones militares sino también civiles como búsqueda y rescate.
Este avance tecnológico subraya la creciente sofisticación de la industria militar china y su enfoque en la guerra no convencional. En un escenario donde el sigilo y la información son tan importantes como el poder de fuego tradicional, dispositivos como este dron mosquito marcan una tendencia que probablemente definirá las operaciones militares futuras.
El desarrollo chino se enmarca dentro de una tendencia global hacia la miniaturización de sistemas militares. Otros proyectos incluyen el dron láser "Crazy Li" capaz de atravesar metal, y drones invisibles que operan en enjambre, demostrando que China apuesta por redefinir las reglas del combate futuro.