China expulsa a Nvidia de su mercado de chips de IA

China expulsa a Nvidia de su mercado de chips de IA
Publicado en Tecnología

La Cyberspace Administration of China (CAC) ha dado un paso sin precedentes: prohibir a empresas tecnológicas nacionales como ByteDance y Alibaba la compra de chips de inteligencia artificial fabricados por Nvidia. La medida, confirmada este miércoles por el Financial Times, incluye también la orden de detener pruebas con el RTX Pro 6000D, un servidor diseñado expresamente para China.

La decisión de Pekín no sorprende del todo. Ya en agosto, el gobierno había desalentado la compra de procesadores extranjeros, promoviendo alternativas locales de fabricantes como Huawei. Sin embargo, ahora se trata de una prohibición formal que cierra de golpe el acceso a la compañía que domina el mercado mundial de chips de IA.

Un golpe para China y para Nvidia

Aunque China lleva años impulsando el desarrollo de semiconductores domésticos, los chips de Nvidia siguen siendo considerados los más avanzados del mercado. Su exclusión representa un desafío para el ecosistema tecnológico chino, que deberá acelerar la innovación local si quiere mantener el ritmo frente a rivales internacionales.

Desde la perspectiva de Nvidia, el daño es inmediato. El propio Jensen Huang, CEO de la compañía, reconoció en rueda de prensa que estaba “decepcionado” con la decisión:

“Solo podemos servir a un mercado si ese país quiere que estemos allí. Estoy paciente, pero lo que vemos es parte de una agenda mayor entre China y Estados Unidos”.

El golpe económico no es menor. Durante la llamada de resultados del primer trimestre, Nvidia advirtió que dejar de vender sus chips H20 en China supondría una pérdida de 8.000 millones de dólares en ingresos solo en el segundo trimestre. En junio, la compañía ya había eliminado al país asiático de sus previsiones de beneficios, anticipando la exclusión total del mercado.

Un tira y afloja con EE.UU.

El veto chino llega en un contexto de constantes vaivenes en la política estadounidense hacia los semiconductores. En abril, la administración Trump impuso licencias para que empresas como Nvidia pudieran vender sus chips en China. Tres meses más tarde, la Casa Blanca dio marcha atrás y permitió nuevamente las ventas, aunque con una condición inédita: el 15% de los ingresos generados en China irían directamente al gobierno estadounidense.

A pesar de la aparente flexibilización, la medida nunca terminó de concretarse. Según Nvidia, al cierre de su último trimestre todavía no había podido vender ninguna unidad en China bajo este esquema, debido a la lenta implementación del plan de Trump.

El veto de China a los chips de Nvidia representa mucho más que una decisión comercial: es un símbolo del enfrentamiento estratégico entre las dos mayores potencias del mundo por el control de la inteligencia artificial y las cadenas de suministro de semiconductores. Para Nvidia, significa perder un mercado multimillonario en el corto plazo; para China, implica la necesidad urgente de acelerar la autosuficiencia tecnológica. Mientras tanto, Estados Unidos y China continúan utilizando el sector de los chips como una herramienta de presión geopolítica, en un pulso que podría redefinir el mapa tecnológico global en la próxima década.

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