El gran negocio de las pulseras de actividad son las suscripciones a servicios deportivos
Pagar mensualmente por utilizar todas las funciones de un reloj inteligente o una pulsera de actividad: este es el oscuro secreto de estos dispositivos

Las pulseras de actividad se han convertido en uno de los complementos más utilizados a la hora de hacer ejercicio. La necesidad de contabilizar calorías, pasos y entrenamientos ha generado un negocio de lo más interesante debido a que la mayoría de estas pulseras están acompañadas por un sistema de suscripción como si se tratase de una plataforma de streaming.
Los modelos de suscripción no son nada nuevo en la actualidad. Las plataformas de contenido en streaming han popularizado el pagar mes a mes por un servicio, pero no son los únicos ejemplos que se encuentran en el mercado. Siendo las pulseras de actividad las últimas en sumarse a este formato de cobro a los usuarios.
Pagar por contabilizar calorías: así funcionan las suscripciones de las pulseras de actividad
La principal diferencia y problema de pagar un servicio de suscripción en una pulsera se encuentra en que ya se ha pagado por el producto. La pulsera se ha comprado y, por lo tanto, no debería ser necesario pagar mes a mes una suscripción para aprovechar al máximo sus características.
Este pago mensualmente para poder utilizar sus características o tener acceso a funcionalidades despoja de todo sentido el haber adquirido una pulsera de actividad. La inversión inicial sumada a la cuota mensual puede llegar a suponer varios meses de gimnasio.

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Las compañías venden estas suscripciones basándose en los beneficios complementarios que ofrecen respecto al uso puro de la pulsera como pueden ser planes de entrenamientos personalizados, análisis más detallados de los datos, consejos de nutrición e, incluso, acceso a comunidades de usuarios.
Pese a que sobre papel todas estas características parecen razón suficiente para pagar una suscripción, la realidad es que no suponen un sustituto de profesionales de la salud. Además, el gran público de estas pulseras de actividad son personas sin nociones deportivas.
Al no contar con ningún tipo de conocimiento previo, la información que se ofrece no está contextualizada y su comprensión es limitada. Puede que este sea un problema muy concreto, pero es vital reconocer que los datos sin interpretación no sirven de absolutamente nada.

Estos servicios de suscripción a pulseras de actividad no tienen demasiada utilidad. Además, no se trata de una suscripción única y compatible con una enorme variedad de pulseras de actividad debido al hermetismo de cada fabricante con sus dispositivos.
La intención es clara, compensar la caída de ventas de los dispositivos o que los usuarios apuesten por equipos de la competencia más económicos. Pero esto no es lo único que hace una suscripción, también genera una sensación de fidelidad al tener todos los datos volcados en un servicio.
Sí, el futuro de la tecnología pasa por las suscripciones. Pero antes de lanzarse a pagar por un servicio al que no se va a sacar partido, lo mejor es comprobar si de verdad es necesario para que la experiencia esté completa y, sobre todo, si la cantidad es razonable.