El reloj del juicio final está cerca de la medianoche: la IA y la guerra son los grandes peligros

El reloj lleva funcionando desde el año 1947

El reloj del juicio final está cerca de la medianoche: la IA y la guerra son los grandes peligros
El Reloj del Juicio Final es una iniciativa que marca lo cerca que estamos de acabar con nuestro planeta
Publicado en Tecnología

Cuando en 1945 Estados Unidos bombardeó atómicamente a Japón, los miedos sobre un posible fin del mundo llegaron a su máximo exponente. No es algo extraño. Al fin y al cabo, esas armas atómicas podían arrasar ciudades y países enteros con una gran virulencia y un alto número de muertes. Esto hizo que muchos expertos se dieran cuenta de que quizás habíamos llegado demasiado lejos en lo que se refiere a la capacidad de autodestrucción. Así surgió originalmente el Reloj del Fin del Mundo o Doomsday Clock sin embargo, en los últimos años han ido surgiendo otros retos igual de preocupantes. Esto ha causado que nos encontremos a solo 90 segundos para el fin del mundo.

90 segundos para el fin del mundo

Creado en el año 1947 por el Bulletin of Atomic Scientists, irónicamente, la ocurrencia surgió de un equipo que contaba en su interior con investigadores del Proyecto Manhattan, es decir, aquellos que desarrollaron la primera bomba atómica que además se utilizó en seres humanos tanto en Hiroshima como en Nagasaki.

El reloj es simbólico, no se mueve de forma real, pero sí que trata de mostrar que estamos muy cerca de una catástrofe mundial. Si el ser humano llega a la medianoche será demasiado tarde para dar marcha atrás. En su momento surgió para apuntar a los peligros de una guerra nuclear entre la URSS y Estados Unidos, pero posteriormente a este factor se han añadido otros problemas como las guerras convencionales, el cambio climático o las pandemias.

Un comité de científicos de esta revista son los encargados de decidir en qué posición están las manecillas del reloj. Este año 2024 se encuentran exactamente igual que en 2023, es decir, a 90 segundos de la medianoche, por lo que estamos muy cerca de que no haya retorno a la hora de desencadenar el Día del Juicio final. Es decir, el final de la vida en la tierra.

Este año hay una serie de peligros que parecen preocupar a estos científicos. El más evidente es el de la Guerra de Ucrania, que no solamente tiene que ver con lo terrible del conflicto, sino que además hay que sumarle la situación de tensiones geopolíticas entre las distintas potencias mundiales a raíz de esta guerra y que podrían escalar aún más el enfrentamiento

Además, el cambio climático sigue siendo una de las principales preocupaciones de todo el planeta. Aunque en este sentido, las investigaciones científicas están yendo en una buena dirección para hacerse con el dominio de técnicas y tecnologías que sean menos dañinas para nuestro entorno.

En cualquier caso, también hay peligros nuevos, como es el caso de la Inteligencia Artificial, que en malas manos podría convertirse en algo verdaderamente peligroso. Como sus efectos son desconocidos para nosotros más allá de las películas de ciencia ficción. Esta revista considera que son tecnologías muy disruptivas que pueden plantear consecuencias imprevistas.

Avances por el buen camino

Pese a que no es buena noticia que estemos a 90 segundos del Apocalipsis, está claro que no es negativo que el tiempo se haya congelado con respecto al año pasado. Es cierto que hace unos pocos años estábamos aun más lejos del Día del Juicio Final, pero está habiendo avances significativos en la ciencia y la tecnología que se convierten en algo bastante esperanzador de cara al futuro.

Los motores de hidrógeno y el hidrógeno verde como alternativa a los vehículos eléctricos y de combustión marca un camino claro que se debe seguir en la automoción para lograr viajes sin emisiones. Pero, la cuestión no se detiene en este punto, ya que nos encontramos también con que la Inteligencia Artificial está ayudando de forma notable en múltiples investigaciones tanto de ciencias de la salud como del espacio.

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