El túnel más profundo del mundo está en Europa y no tiene rival: es absolutamente brillante

Noruega construye el Rogfast, el túnel de carretera más profundo del mundo, que descenderá a 392 metros bajo el mar para sustituir a los ferris

El túnel más profundo del mundo está en Europa y no tiene rival: es absolutamente brillante
Con 27 kilómetros de longitud y una rotonda submarina, esta infraestructura conectará la autopista costera E39 y debería estar lista en 2033
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

Noruega está construyendo el túnel de carretera más profundo del planeta. Se llama Rogfast y no es un proyecto sobre el papel, es una obra que ya está perforando el lecho marino para bajar hasta los 392 metros de profundidad. El objetivo es eliminar los ferris de la ecuación y conectar la costa del país por autopista, cueste lo que cueste, creando una vía de comunicación permanente bajo los fiordos.

Los detalles técnicos los recoge El Confidencial, explicando que esta infraestructura tendrá 27 kilómetros de largo. Pero el dato que marea es la cota vertical: descender casi 400 metros bajo el agua supone un reto de ingeniería brutal para gestionar la presión y las filtraciones de la roca. Con un presupuesto estimado de 2.100 millones de euros, se espera que esté operativo y abierto al tráfico para 2033.

Una rotonda en el fondo del mar

El diseño no se limita a un tubo recto. Contará con dos túneles paralelos de dos carriles cada uno para asegurar la circulación y la ventilación en caso de accidente. Lo más curioso es que incluirá una doble rotonda a 260 metros de profundidad, un enlace subterráneo que conectará la vía principal con la isla de Kvitsøy. Es una solución compleja que rivaliza con el túnel submarino compuesto más largo del mundo, demostrando que la ingeniería civil europea sigue atreviéndose con lo imposible.

Para no desviarse ni un milímetro, los equipos excavan desde ambos extremos a la vez. Utilizan escáneres láser rotatorios que capturan millones de puntos por segundo, creando un gemelo digital de la obra en tiempo real. Esto permite trabajar con un margen de error de solo cinco centímetros, algo vital cuando estás taladrando roca a cientos de metros bajo el agua y cualquier fallo de cálculo puede ser catastrófico.

La obra busca transformar la logística de la región. Al quitar los barcos, se pierden empleos marítimos pero se gana una conexión permanente que no depende de horarios ni mareas. Es una apuesta por la infraestructura física tan radical como la de Bill Gates creando una ciudad futurista en el desierto, solo que aquí el desafío es vencer a la geografía de los fiordos con hormigón y acero inyectado.

Aunque el Seikan japonés o el Eurotúnel le ganan en longitud total, el Rogfast no tiene rival en profundidad bajo el mar. Es una demostración de fuerza bruta y técnica que, si cumplen los plazos, permitirá cruzar la costa noruega conduciendo sin ver el sol durante media hora, jubilando para siempre a los ferris en esa ruta vital.

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