En qué se diferencia Manus de ChatGPT (y por qué Mark Zuckerberg se ha gastado 2.000 millones en comprarla)

Meta no ha comprado "otra IA más". Ha comprado el eslabón perdido que separa a los chatbots que "hablan" de los agentes que "hacen". Analizamos a fondo la tecnología de los 2.000 millones de dólares

En qué se diferencia Manus de ChatGPT (y por qué Mark Zuckerberg se ha gastado 2.000 millones en comprarla)
Manus AI y ChatGPT, dos plataformas de IA aparentemente similares, pero con grandes diferencias entre sí
Publicado en Tecnología

Si has seguido las noticias tecnológicas de las últimas 24 horas, ya lo sabes: Mark Zuckerberg ha vuelto a sacar la chequera. Y cuando el CEO de Meta decide gastarse 2.000 millones de dólares en una startup que hace seis meses ni siquiera existía en el radar mediático, el mundo entero debe prestar atención.

La elegida es Manus, una compañía de Singapur (con raíces en Pekín, pero eso es otra historia) que ha logrado algo inédito: facturar 100 millones de dólares en tiempo récord vendiendo suscripciones de IA a precio de oro. Pero, ¿por qué? ¿Acaso no tenemos ya a ChatGPT, a Claude o a Gemini gratis o por mucho menos dinero?

La respuesta corta es que Manus no es un chatbot. La respuesta larga es que estamos ante el inicio de la verdadera era de la IA Agéntica, y Zuckerberg acaba de comprar el billete más caro para liderarla.

Para entender la magnitud de este movimiento, hay que diseccionar qué hace a Manus tan especial y por qué deja a ChatGPT, en ciertos aspectos, como una herramienta del pasado.

La gran diferencia: del "Consultor" al "Empleado"

Para explicar la diferencia fundamental entre ChatGPT (y similares) y Manus, podemos usar una analogía empresarial.

ChatGPT es el consultor sabio. Tú le preguntas: "¿Cómo puedo crear una web para mi negocio?". Él te responde con una guía paso a paso, te escribe el código si se lo pides y te da consejos sobre diseño. Pero al final del día, eres tú quien tiene que coger esas piezas, ensamblarlas, contratar el hosting y subir los archivos. ChatGPT te da las instrucciones; el trabajo sucio es tuyo.

Manus es el empleado autónomo. Tú le dices: "Crea una web para mi negocio con estas características y publícala". Y Manus no te responde con texto. Manus se pone a trabajar. Escribe el código, crea la base de datos, configura el sistema de inicio de sesión, despliega el servidor y te entrega una URL funcionando.

Esta es la clave: el paso de una IA orientada a la conversación a una IA orientada a la acción.

Diseccionando la tecnología: ¿qué hace Manus que ChatGPT no puede?

Analizando la documentación técnica y la propuesta de valor de Manus, encontramos cuatro pilares que justifican esos 2.000 millones de dólares:

1. Orientación a objetivos vs tareas secuenciales

Mientras que con ChatGPT interactuamos mediante un chat de preguntas y respuestas (tú guías, él responde), Manus funciona por objetivos. Tú estableces la meta final ("Planifica mis vacaciones y resérvalas"), y la IA determina autónomamente el camino, razona los pasos intermedios y combina herramientas para lograrlo. No necesita que le lleves de la mano.

2. El "Sistema de Archivos" y el entorno en la nube

Aquí es donde la cosa se pone técnica e interesante. ChatGPT opera en una ventana de chat; su "memoria" es el contexto de la conversación. Manus, en cambio, opera en un entorno seguro en la nube con un sistema de archivos real.

Tiene su propia terminal, puede ejecutar comandos, crear carpetas y guardar archivos. Esto le permite mantener el contexto de proyectos complejos sin perderse. Si le pides que analice 50 documentos financieros, no te los resume en el chat; los procesa, genera hojas de cálculo reales, crea gráficas y te entrega un informe completo descargable.

3. Investigación paralela masiva

Si le pides a ChatGPT que investigue sobre un tema, buscará en Bing/Google y te dará un resumen secuencial. Manus utiliza una arquitectura de sub-agentes.

Gracias a su función Wide Research, puede desplegar múltiples instancias que investigan en paralelo más de 100 fuentes simultáneamente. Cada sub-agente procesa una parte de la información en su propio entorno aislado y luego un agente central consolida los resultados. No te dice "lo que sabe"; investiga, verifica y compila como lo haría un equipo de analistas humanos.

4. Productos terminados vs piezas sueltas

Como reza su propia comparativa: "ChatGPT te da piezas para ensamblar. Manus te da el producto terminado". Ya sea una aplicación web completa, una presentación de diapositivas con diseño profesional o un análisis de datos complejo, el entregable de Manus es el resultado final, no el borrador.

Por qué Zuckerberg necesitaba esto (y por qué ahora)

Las voces de famosos generadas por IA aterrizan en WhatsApp e Instagram de la mano de Meta AI

La compra de Manus abre un nuevo mundo de posibilidades a Meta AI

Sabiendo esto, la compra de Meta cobra todo el sentido del mundo. Zuckerberg no ha comprado Manus para mejorar su chatbot "Meta AI" y que te genere fotos más realistas en WhatsApp. Lo ha comprado para transformar WhatsApp e Instagram en "Super Apps".

Imagina el potencial:

  • En WhatsApp: un agente Manus que no solo te sugiere restaurantes, sino que entra en la web de reservas, comprueba disponibilidad real, reserva la mesa y añade el evento a tu calendario, todo sin que salgas del chat.
  • En el trabajo: un agente que analiza tus correos, redacta respuestas, actualiza tu CRM y te prepara el informe de ventas semanal mientras tú duermes.

Además, Manus ha demostrado algo que a Silicon Valley le encanta: la gente está dispuesta a pagar por productividad real. Sus tarifas de 39 y 199 dólares al mes validan un modelo de negocio mucho más lucrativo que el "freemium" actual de los chatbots como ChatGPT, Gemini o Claude.

Meta quiere adelantarse al fin de la IA conversacional

La adquisición de Manus por parte de Meta marca un punto de inflexión. Hasta ahora, nos hemos maravillado con IAs que saben hablar, escribir y generar contenido multimedia. Pero la novedad se ha agotado. Ahora entramos en la fase utilitaria, la fase de los agentes autónomos.

OpenAI lo sabe (por eso está dedicando tantos esfuerzos y recursos a sus propios agentes "Operator"), Google lo sabe, y ahora Meta se ha asegurado una posición de privilegio comprando al alumno aventajado de la clase.

ChatGPT seguirá siendo excelente para el brainstorming, las dudas rápidas y la creatividad. Pero si lo que quieres es que alguien (o algo) haga el trabajo por ti, el futuro tiene nombre de startup de Singapur, y ahora pertenece al imperio de Zuckerberg.

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