"Es basura de internet": Leonardo DiCaprio sentencia a la IA y explica por qué nunca podrá crear arte de verdad

Leonardo DiCaprio afirma que la inteligencia artificial nunca podrá crear arte auténtico. El actor sostiene que estos sistemas carecen de humanidad, convirtiendo sus resultados en productos efímeros que se pierden en la red. Tras ser nombrado figura del año por Time, advierte de que esta tecnología pone en riesgo los puestos de trabajo de profesionales creativos cualificados.

La postura de DiCaprio, recogida en medios como Variety, no es un caso aislado dentro de la industria. Otros directores como James Cameron ya prohíben la IA generativa en sus rodajes para proteger la integridad del reparto frente a las réplicas. El temor radica en cómo el software imita procesos creativos sin comprender el trasfondo emocional, generando piezas vacías.

El rechazo frontal de los grandes nombres de Hollywood

La hostilidad que siempre acompañó a la IA desde su irrupción en el panorama general coincide con un enfriamiento general de las expectativas sobre esta tecnología y la crisis hacia la que estamos abocados, tanto si triunfa como si fracasa. En este contexto de desconfianza, figuras como Guillermo del Toro han cargado contra los algoritmos asegurando que preferirían morir antes que utilizarlos. Se reivindica la conexión entre cerebro y mano como único origen del arte.

Incluso profesionales como Nicolas Cage han alertado sobre la deshumanización que supone el empleo de dobles digitales. Para estos actores, el uso de réplicas sintéticas vacía de significado la interpretación humana y degrada el valor del trabajo físico. DiCaprio insiste en que los productos generados por software son ruido algorítmico y que el origen humano es un requisito indispensable.

Aunque actores como Ben Affleck mantienen una visión menos alarmista, la industria intenta organizarse para protegerse legalmente. Recientemente, Joseph Gordon-Levitt ha liderado una coalición para exigir un uso responsable de estas herramientas, un frente común que busca blindar legalmente a los creadores independientes frente a las grandes empresas tecnológicas.

Esta tensión ya ha provocado daños a la reputación de empresas de software especializado como OpenAI. El descontento de los artistas con herramientas de vídeo como Sora 2 demuestra que el enfrentamiento va más allá de lo puramente filosófico. Los creativos denuncian que estos modelos se alimentan de material protegido sin permiso para generar resultados comerciales que imitan el talento humano.

El veredicto de DiCaprio es contundente y no deja lugar a interpretaciones ambiguas sobre el futuro del sector audiovisual. Para el actor, por muy pulido que sea el resultado final, si no nace de la experiencia de una persona, solo es basura digital sin ningún tipo de alma. El arte requiere un arraigo y una conciencia que una máquina simplemente no puede simular.