Han construido el mayor edificio impreso en 3D del mundo: es impresionante
Una torre de 30 metros en los Alpes suizos marca un hito en la construcción con tecnología de impresión 3D y hormigón especial de fraguado rápido

Mulegns es un pueblo alpino suizo de solo 11 habitantes que acaba de convertirse en el hogar de algo extraordinario. El Tor Alva se alza como el edificio impreso en 3D más alto del mundo, una torre blanca de 30 metros que ha tardado cinco meses en construirse y que va a funcionar como centro cultural hasta 2030.
La Universidad ETH Zurich y la fundación cultural Nova Fundaziun Origen han desarrollado este proyecto para revitalizar una zona amenazada por la despoblación, según informa New Atlas. La estructura, inaugurada en mayo de 2025, acogerá actuaciones teatrales y visitas guiadas durante los próximos cinco años, aunque después podría desmontarse y trasladarse a otro lugar.
Innovación que se ve desde los Alpes
El nombre Tor Alva significa "Torre Blanca" en romanche, y la verdad es que la descripción no puede ser más acertada. Sus 32 columnas de hormigón blanco impresas en 3D se entrelazan formando cuatro pisos y una cúpula, creando una forma que los propios creadores describen como un "pastel de capas ornamentado" (y hay que reconocer que el parecido es innegable).
Lo interesante de todo esto es que evita completamente el uso de moldes tradicionales, lo que supone un ahorro considerable en tiempo y materiales. El proceso ha requerido un hormigón especial de fraguado rápido desarrollado por ETH Zurich que permite imprimir capas de solo 8 mm de grosor, mientras que dos aditivos crean un relieve en forma de lágrima en las columnas.
A lo largo de las 900 horas de impresión, un robot insertaba anillos de acero cada 26 centímetros para dar resistencia estructural. Mientras tanto, ya hemos visto cómo la impresión 3D puede crear tecnología barata y económica a gran escala, e incluso imprimir en 3D con metal para crear muebles en segundos.
El tema de la sostenibilidad también está resuelto de forma inteligente. Las piezas se ensamblan con tornillos removibles en lugar de adhesivos permanentes, facilitando su reubicación futura. Aunque el hormigón utilizado tiene mayor huella de carbono que el tradicional, se compensa mediante el diseño de paredes delgadas y el uso de acero inoxidable para evitar la corrosión.
Con capacidad para 32 visitantes y un espacio escénico en la cúpula, el Tor Alva rinde homenaje a los pasteleros grisones que emigraron de la región en siglos pasados. Para Giovanni Netzer, fundador de Origen, es "más que un triunfo técnico: inspira al sector de la construcción y revitaliza pueblos olvidados".
La torre blanca ya está ahí, plantada en los Alpes suizos como una demostración de lo que puede hacer la impresión 3D cuando se combina con buen diseño y propósito claro. Cinco meses de trabajo robótico han dado como resultado algo que va más allá de lo puramente técnico: un espacio cultural que puede cambiar de ubicación cuando sea necesario.