Katy Perry viajó al espacio con la empresa de Jeff Bezos. Ahora se arrepiente
La cantante se arrepiente del circo mediático tras su vuelo de 11 minutos con Blue Origin, mientras las críticas por frivolidad e impacto ambiental no cesan

Katy Perry la ha liado y a lo grande. La cantante acaba de protagonizar uno de los momentos más criticados de su carrera tras su viaje espacial de 11 minutos con Blue Origin, la empresa espacial de Jeff Bezos, el pasado 14 de abril. Lo que debía ser un hito histórico (el primer vuelo espacial con tripulación exclusivamente femenina) se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para la artista. Y es que ya lo dice el refrán: del cielo al infierno solo hay un paso... o en este caso, un cohete.
Según ha informado Futurism, Perry está arrepentida de toda la parafernalia mediática que montó alrededor del viaje. La cantante no calculó que su viaje suborbital, lejos de ser aplaudido, iba a convertirse en carne de memes y críticas a partes iguales.
Un viaje que se le ha vuelto en contra
La cosa no ha ido nada bien. La tripulación, que incluía a la prometida de Bezos, Lauren Sánchez, y a la presentadora Gayle King, se ha enfrentado a un aluvión de críticas. Perry, con sus gestos teatrales y exagerados, ha sido el blanco preferido: besó el suelo al aterrizar, agitó una margarita en el aire y se marcó un What a Wonderful World en plena ingravidez. ¿El resultado? Miles de personas tachándola de falsa y oportunista.
El lanzamiento de Blue Origin no es un hecho aislado, sino parte de esta nueva moda entre los multimillonarios tech. El ex-CEO de Google acaba de sumarse a la competición espacial, desafiando a Musk y compañía. Una carrera que ya genera más suspicacias que aplausos.
Aunque Blue Origin presume de que su cohete New Shepard, que usa tecnología de propulsión similar a motores experimentales, solo emite vapor de agua, la realidad es bastante menos verde. Cada viaje genera entre 75 y 1.000 toneladas de CO₂ por pasajero, más que lo que emite una persona en todo un año.
Mientras otros empresarios buscan alternativas menos contaminantes, Perry se ha llevado palos desde todos los frentes. Emily Ratajkowski la criticó por "defender la Tierra mientras usa un cohete de quienes la destruyen". Hasta Wendy's se sumó con un tuit que preguntaba: "¿Podemos enviarla de vuelta?", que luego tuvo que borrar.
Fuentes cercanas a la cantante aseguran que Perry no esperaba semejante reacción negativa. En privado lamenta sobre todo el vídeo dentro de la cápsula y ese beso al suelo que, buscando ser emotivo, resultó impostado. Aunque sigue defendiendo que la experiencia fue especial para ella, reconoce que la cosa se le fue de las manos.
Este episodio es solo el último capítulo en la caída en picado de popularidad de Perry, que lleva años alejada de sus éxitos de antaño. Desde 2017, con el fracaso comercial de su álbum "Witness", la cantante ha encadenado tropiezos y decisiones cuestionables que han mermado su relevancia cultural. Este viaje espacial, lejos de relanzar su imagen, parece confirmar que ya no conecta con el público como antes.
Con un precio de 28 millones por asiento, estos viajes espaciales son un lujo que choca frontalmente con los problemas reales que tenemos aquí abajo. Y el público, cada vez más consciente y menos impresionable, ya no está dispuesto a aplaudir cualquier cosa, ni siquiera a una estrella que alguna vez fue indiscutible.