La casa diminuta más barata llega por 35.000 euros y cabe en un remolque
Dragon Tiny Homes lanza una vivienda móvil de 12,5 metros cuadrados por 35.000 euros, diseñada para alojamiento temporal y usos específicos con equipamiento básico

Las viviendas diminutas nunca han sido precisamente baratas, pero la Fairfax de Dragon Tiny Homes llega con un precio que rompe moldes: 37.950 dólares, unos 35.000 euros. Esta estructura móvil de 4,8 metros de largo y 12,5 metros cuadrados se presenta como la opción más económica del mercado, aunque viene con limitaciones evidentes.
New Atlas se ha hecho eco de los detalles de esta propuesta minimalista que prioriza la funcionalidad sobre las comodidades. Los 12,5 metros cuadrados están repartidos en una sola planta, sin escaleras ni altillos que resten espacio útil. El planteamiento es claro: cumplir lo básico para usos muy concretos, no para residencia permanente.
Una apuesta minimalista con pros y contras evidentes












La construcción está montada sobre un remolque de doble eje con estructura de acero y paneles de cemento en el exterior. En la cocina hay encimera de cuarzo con fregadero, pero los electrodomésticos no están incluidos: ni nevera ni horno vienen de serie. La zona de día y noche alberga una cama doble y un sillón, aunque Dragon Tiny Homes recomienda camas abatibles tipo Murphy para aprovechar mejor el espacio.
El baño tiene puerta corredera, ducha e inodoro convencional, pero no incluye lavabo según las imágenes disponibles. Los ventanales grandes al menos permiten buena entrada de luz natural, algo que se agradece cuando cada metro cuenta.
Dragon Tiny Homes tiene claro a quién va dirigida la Fairfax: alojamiento temporal para Airbnb, casita de invitados, oficina móvil o refugio de fin de semana. No es para vivir permanentemente, sino para necesidades específicas donde lo que importa es poder moverla y no gastarse una fortuna.
Comparada con otras opciones del mercado, las diferencias son notables. Las casas prefabricadas más playeras ofrecen más espacio y comodidades, mientras que la Fairfax se presenta como alternativa económica a las típicas casetas de jardín con estándares residenciales básicos.
La mayoría de tiny houses superan los 50.000 dólares, pero también incluyen más equipamiento y metros. Aquí hay que elegir entre precio y prestaciones. En Europa ya hay modelos de 20 metros cuadrados por unos 40.000 dólares, una diferencia que no compensa los metros perdidos para muchos compradores.
El momento no es casual. La demanda de viviendas accesorias ha crecido tras las nuevas normativas en varios estados americanos, creando mercado para modelos listos para usar sin complicaciones de construcción. Aun así, las opciones más espaciosas para dos personas siguen siendo más atractivas para uso habitual.
Su mayor desafío será competir con microviviendas prefabricadas de precio similar pero con más metros. Al final, 5.000 euros de diferencia por el doble de espacio es algo que muchos comprarán con facilidad.
La Fairfax muestra hacia dónde evoluciona parte del sector: productos ultracompactos que priorizan movilidad y coste inicial bajo sobre habitabilidad permanente. Es una opción sincera con sus limitaciones, que puede tener sentido para usuarios con necesidades muy concretas. Al fin y al cabo, no todo el mundo necesita una mansión sobre ruedas; a veces basta con lo básico y la libertad de llevártelo donde quieras.