La informática cuántica vuelve a batir un gigantesco récord por primera vez. Es un paso de gigante
Un equipo internacional logra generar más de 70.000 bits aleatorios certificados con un procesador cuántico de 56 qubits, rompiendo las barreras de lo posible en seguridad digital

Nadie esperaba que fuera a ocurrir tan pronto, pero la informática cuántica acaba de alcanzar un hito que muchos creían que estaba a años de distancia. Por primera vez, un grupo de investigadores ha logrado generar más de 70.000 bits aleatorios certificados con un procesador cuántico de 56 qubits, algo imposible para los ordenadores convencionales y que deja de ser una simple promesa para convertirse en una solución real a problemas de seguridad y verificación digital.
Según publica Nature, el experimento utilizó el procesador Quantinuum H2-1 para demostrar la generación de aleatoriedad certificada mediante computación cuántica, un logro que permite producir bits aleatorios verificables sin necesidad de confiar en el hardware remoto que los genera, resolviendo así uno de los grandes quebraderos de cabeza en seguridad digital.
Un avance que abre nuevas posibilidades en seguridad y verificación
El truco está en un protocolo que arranca con apenas 32 bits iniciales para crear circuitos de prueba que posteriormente se ejecutan en el servidor cuántico. Los resultados son verificados mediante supercomputadoras con capacidad combinada de 1.1 × 10¹⁸ operaciones por segundo, que comprueban si todo cuadra con el comportamiento cuántico esperado. Este sistema permitió certificar 71.273 bits aleatorios, superando por primera vez el consumo de recursos clásicos.
¿Y para qué sirve todo esto? Pues resulta que tiene aplicaciones realmente interesantes. La aleatoriedad verificable resulta crucial para la criptografía segura frente a amenazas cuánticas, un campo donde diversas empresas ya están invirtiendo para proteger sus sistemas. Además, tiene aplicaciones en mercados financieros, procesos democráticos y ensayos clínicos donde la imparcialidad debe ser demostrable.
No es el único avance que estamos viendo en el campo cuántico estos días. Se suma a otros logros como la resolución de problemas del mundo real con ordenadores cuánticos, demostrando que se acabaron las promesas y los futuros lejanos para la computación cuántica. La tecnología demuestra ser especialmente útil en situaciones donde necesitamos estar 100% seguros de que nadie ha metido mano en el proceso.
El estudio también revela el interés empresarial en estas tecnologías, con una patente presentada por JPMorgan Chase, señalando que el mundo financiero ya está preparándose para lo que viene. Este tipo de avances va de la mano con desarrollos como el reciente chip cuántico todo en uno, que explora otras aplicaciones rompedoras basadas en principios cuánticos.
Mientras que China continúa su carrera cuántica con procesadores de 504 qubits, este experimento demuestra que más allá de la guerra de números, lo que importa es para qué sirven estos cacharros. Los investigadores creen que con mejoras en la precisión de operaciones y en la velocidad de respuesta, la tecnología podría alcanzar el estándar NIST de 512 bits por minuto, acercándola a usos comerciales reales.
La vieja broma de que "la computación cuántica siempre está a diez años de distancia" parece haber quedado obsoleta con este logro. No estamos hablando ya de récords de laboratorio o de promesas teóricas, sino de aplicaciones tangibles que podrían transformar desde cómo protegemos nuestras comunicaciones hasta cómo verificamos que un sorteo electoral no ha sido manipulado. La próxima vez que alguien te diga que lo cuántico es cosa del futuro, podrás responderle que el futuro ya está aquí.