La marca japonesa de la que nunca has oído hablar estrena un amplificador que deja en evidencia a las que conoces

TAD presenta el A1000, un amplificador digital con potencia de sobra para mover cualquier altavoz. La marca japonesa lleva su tecnología de estudio profesional al salón de casa

La marca japonesa de la que nunca has oído hablar estrena un amplificador que deja en evidencia a las que conoces
Con 500 vatios de potencia y un diseño interior que separa los componentes para evitar ruidos, este equipo busca la máxima pureza de sonido compitiendo en la gama más alta del mercado
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

TAD acaba de presentar el A1000, un amplificador que rompe con la idea de que la potencia bruta está reñida con la calidad. Esta firma japonesa, una leyenda en los estudios de grabación profesionales pero desconocida en las tiendas de barrio, ha lanzado una máquina digital diseñada para mover cualquier altavoz del mercado sin esfuerzo, demostrando que la tecnología moderna ya puede mirar de tú a tú a los viejos equipos analógicos.

La información sale de HiFi Pig, donde confirman que este equipo entrega 500 vatios de potencia por canal. Para que nos entendamos: es una barbaridad de fuerza. Lo consigue gracias a un transformador gigante de 1 kVA, que actúa como un "motor" sobrado de recursos para que la música suene con pegada y control total, incluso cuando subes mucho el volumen o la canción tiene cambios bruscos de ritmo.

Un diseño obsesionado con la limpieza

Por dentro, el aparato está construido con una simetría perfecta, separando físicamente la parte que procesa la señal delicada de la que da la potencia bruta. Esto sirve para evitar que el ruido eléctrico contamine la música, una solución cara que marca la diferencia respecto a opciones más mundanas como el amplificador que lanzó Audiolab, que ofrece un gran sonido pero recortando costes en este tipo de aislamiento extremo.

En cuanto a conexiones, el A1000 está preparado para el audio digital actual. Incluye una entrada USB directa capaz de leer los archivos de mayor calidad que existen —hasta DSD256—. Básicamente, puedes conectarle un ordenador y el amplificador se encarga de limpiar y ordenar la señal digital para que suene lo más natural posible, eliminando los errores de tiempo que suelen ensuciar la reproducción digital.

Este lanzamiento confirma que el audio japonés de élite está en plena forma. Mientras marcas populares como Onkyo vuelven al mercado buscando su hueco en el salón de casa, TAD juega en otra liga mucho más exclusiva. El A1000 hereda la tecnología de sus hermanos mayores de referencia, llevando esa obsesión por el detalle a un formato algo más compacto, aunque sigue siendo un producto de lujo.

El A1000 demuestra que los amplificadores digitales —la famosa clase D de la que abominan muchos snobs de la audiofilia— han madurado. Ya no suenan fríos o "robóticos", sino que TAD ha logrado que esa eficiencia energética tenga toda la textura y calidez que buscan los aficionados. Es un golpe de autoridad que nos recuerda que, a veces, para tener el mejor sonido posible hay que mirar más allá de las marcas comerciales de siempre.

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