La minicasa más bonita de Normandía tiene bañera exterior y vistas al bosque
Una escapada para dos en plena campiña normanda, con diseño sobrio y una bañera exterior bajo el cielo abierto
En plena campiña francesa, una tiny house propone una escapada diferente que une diseño sobrio, materiales naturales y desconexión real. Hablamos del Bocage Normand, una vivienda ligera diseñada por el estudio Plume por encargo de Pépiite, una plataforma que promueve alojamientos sostenibles. Está pensada para quienes buscan desconectar sin renunciar a una cama cómoda, una buena ducha y vistas que cambian el ánimo.
Según detalla New Atlas, la casa está construida sobre un remolque de doble eje y recubierta en madera de álamo, con tejado metálico. Mide seis metros de largo y dispone de zona de estar, cama elevada, cocina, baño y una terraza con bañera exterior, desde la que se ve el campo y una casa solariega al fondo.
Una experiencia inmersiva en plena naturaleza
El interior está forrado en contrachapado de pino marino, lo que aporta una calidez difícil de encontrar en espacios tan compactos. Todo está pensado para dos personas. Hay almacenaje bajo la cama y el sofá, y los ventanales garantizan que entre luz todo el día sin necesidad de artificios.
La cocina no es grande, pero basta: una placa de inducción, frigorífico compacto, cafetera y una barra-comedor permiten desayunar, cenar o abrir el portátil sin apreturas. Una estufa de leña ayuda a mantener el calor por la noche. El baño interior, discreto pero completo, incluye ducha, inodoro y lavabo.
Este enfoque recuerda a otros proyectos que apuestan por lo esencial con buenas calidades, como esta casa prefabricada de lujo pensada para rodar o la propuesta de Dragon Tiny Homes, orientada a la jubilación activa y con todo en una planta.
La protagonista es la bañera exterior, colocada bajo techo, en la terraza. Se puede usar incluso con lluvia, lo que añade un punto de intimidad difícil de encontrar. La apuesta por el confort va de la mano de una filosofía sostenible que también aparece en ideas como la reconversión de turbinas eólicas en viviendas, cada vez más frecuentes en entornos rurales.
Las reservas se hacen desde la web de Pépiite, aunque no se ha publicado el precio por noche. Tampoco es lo más relevante: no es una casa para instalarse, ni un destino familiar. Es un lugar pensado para pasar unos días en silencio, sin horarios ni pantallas, con bosque y cielo como compañía.
El Bocage Normand no es solo una casa pequeña, es una pausa real; una forma de cortar con la rutina sin caer en la incomodidad. Está hecha para quienes necesitan frenar sin irse lejos, y para quienes encuentran descanso en la belleza de lo sencillo. No es un alojamiento más: es una invitación a quedarse quieto un momento.