La revolución del grafeno ya está aquí y promete un cambio sustancial en sus tecnologías
El nuevo material Gratek refuerza el plástico con grafeno para reducir el peso de las piezas de automoción un 18% sin perder dureza
El grafeno lleva años siendo la eterna promesa de la ingeniería, pero por fin empieza a tener aplicaciones industriales tangibles que van más allá del laboratorio. El investigador Nello David Sansone y la empresa Axiom Group han desarrollado Gratek, un material compuesto listo para fabricarse que pretende sustituir a los plásticos reforzados tradicionales en la automoción. El objetivo es claro: aligerar los vehículos para ganar autonomía sin sacrificar la seguridad en caso de impacto.
La noticia nos llega desde New Atlas, donde explican la "salsa secreta" del invento. Han conseguido mezclar polipropileno con nanoplaquetas de grafeno que se adhieren químicamente a las fibras de vidrio. Esto evita que el material se apelmace, un problema técnico habitual hasta ahora, y permite usar mucha menos cantidad de fibra para conseguir una integridad estructural superior.
Menos peso, más resistencia y un problema de color
Nello David Sansone con un compartimento de batería fabricado con Gratek
Los números no mienten. Gratek ofrece una resistencia a la tracción un 20% superior y es un 18% más ligero que el polipropileno estándar que llevan la mayoría de coches hoy. Esto confirma las previsiones sobre cómo este supermaterial acabará jubilando a la fibra de vidrio y otros compuestos clásicos, demostrando que su aplicación industrial es viable para reducir el consumo de combustible o estirar la batería de los eléctricos.
Además, usar este compuesto tiene una ventaja operativa para las fábricas: desgasta menos la maquinaria. Al reducir la carga de fibra de vidrio abrasiva, las herramientas de corte duran más. Parece que por fin superamos la fase teórica y entramos en la explotación comercial real de sus propiedades, demostrando que la dureza y ligereza del carbono tienen cabida en cadenas de montaje reales.
No todo es perfecto, claro. El grafeno tiñe el material de un negro carbón inalterable, lo que limita su uso a piezas internas, motores o chasis. Para solucionarlo, Sansone ya trabaja en Clatek, una variante que usa arcilla blanca. Es un paso más en la versatilidad de un material del que ya hemos visto usos ingeniosos para evitar la congelación y que ahora busca su sitio en la carrocería visible.
El plan inmediato es firmar acuerdos con grandes fabricantes para integrar estas piezas en los coches de calle. Sansone, que ha recibido premios por este desarrollo, ya impulsa nuevas formulaciones de blindaje a través de su empresa NanoMorphix. Si las cifras de reducción de peso se mantienen en producción masiva, estaremos ante un cambio técnico relevante para la eficiencia del parque móvil global.