La vida extraterrestre podría ser muy diferente a como nos imaginamos. Podrían haber mutado en una IA

Si la especie humana tontea con la IA, el resto de especies intergalácticas podrían haberla dominado y sucumbido a ella tiempo ha

La vida extraterrestre podría ser muy diferente a como nos imaginamos. Podrían haber mutado en una IA
La inteligencia artificial se ha convertido en uno de los mayores temores e ilusiones del siglo XXI | Imagen generada por IA
Publicado en Tecnología

La idea de que existan civilizaciones avanzadas en la Vía Láctea no es nueva: desde hace décadas, los astrónomos han debatido la posibilidad de que la galaxia albergue múltiples formas de vida inteligente. Sin embargo, cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que esas civilizaciones no solo podrían ser biológicas, sino que también habrían desarrollado -o incluso podrían haberse convertido en - sistemas de inteligencia artificial con una autonomía difícil de imaginar para nosotros.

Según informa la web Popular Mechanics, este proceso podría ser parte natural del progreso evolutivo en culturas tecnológicamente avanzadas, como un paso lógico y necesario para seguir evolucionando a nivel tecnológico. A no ser que las propias capacidades de estas especies permitieran hacer la labor de la IA en el mismo tiempo de procesado.

Vida robótica ahí fuera

De acuerdo con la famosa Ecuación de Drake, se estima que en la Vía Láctea hay unas 12.500 civilizaciones inteligentes capaces de comunicarse tal y como recogen en el medio anteriormente citado. Es probable que la mayoría, al ir alcanzando sus propios avances tecnológicos, hayan adoptado la inteligencia artificial como parte de su desarrollo, del mismo modo que los humanos la hemos incorporado a un ritmo vertiginoso en las últimas décadas. Algunos expertos, como Steven Dick, plantean la posibilidad de que diversas civilizaciones hayan trascendido su componente biológico por completo, dando paso a formas de vida basadas en IA, o al menos fusionándose con sus propias creaciones para superar los límites físicos de la biología. De hecho, la IA podría extinguir sociedades como señalábamos en mayo de este año.

En un escenario así, la inteligencia post-biológica se beneficiaría de no depender de necesidades como la alimentación, la atmósfera o determinados rangos de temperatura. Es decir, podría adaptarse con facilidad a nuevos planetas o incluso regiones inhóspitas del espacio. Además, contaría con la capacidad de diseñar y mejorar a sus “herederas” a gran velocidad, un proceso que Seth Shostak, astrónomo del Instituto SETI, considera un patrón común en el cosmos de acuerdo con Popular Mechanics.

Por otro lado, se ha barajado que estas civilizaciones post-biológicas podrían comunicarse a través de medios que aún nos resultan incomprensibles, como ondas gravitacionales o incluso interacciones con la materia oscura, en vez de valerse de las tradicionales ondas de radio que a veces llegan a nuestro planeta y que alguna vez hemos malinterpretado.

Este panorama encaja con otras teorías, como la llamada hipótesis del zoológico, que plantea la posibilidad de que civilizaciones superiores observen la vida en la Tierra desde algún punto seguro, esperando que la humanidad llegue a un nivel de desarrollo adecuado para entrar en contacto. Mientras nuestro progreso con la IA avanza de forma lenta, pero constante, cabe considerar que existan seres híbridos a medio camino entre la máquina y el ser biológico.

Ahora bien, no todo se reduce a ventajas potenciales. A día de hoy, muchos expertos alertan de los riesgos relacionados a la inteligencia artificial en la Tierra, y no resulta descabellado pensar que estos peligros también amenacen a otras civilizaciones. Si la IA llega a convertirse en una inteligencia general artificial (AGI), se vuelve posible que supere a sus creadores y siga su propio curso, dejándonos ante la posibilidad de que, en el vasto espacio, nos crucemos no con civilizaciones biológicas, sino con inteligencias artificiales completamente autónomas. Con un universo tan extenso y con tantas incógnitas, esta línea de pensamiento abre una nueva perspectiva sobre dónde buscar vida -o post-vida- en los confines de la galaxia.

Aunque, eso sí, primero deberíamos encontrar vida, y luego plantearnos cómo podría ser esta vida. Ya que de momento los esfuerzos del ser humano han sido fútiles.

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