Lee Rainie, experto en IA, predice el futuro de la IA: "Tendremos que reimaginar lo que significa ser humano"

Un grupo de expertos de diversas áreas tecnológicas nos cuentan sus predicciones sobre cómo la inteligencia artificial cambiará nuestras vidas

Lee Rainie, experto en IA, predice el futuro de la IA: "Tendremos que reimaginar lo que significa ser humano"
Lee Rainie, director del centro Imagining the Digital Future
Publicado en Tecnología

Lee Rainie, director del centro Imagining the Digital Future de la Universidad de Elon, en Carolina del Norte, ha sido el último experto en plantear un escenario donde la Inteligencia Artificial no solo transformará la tecnología, sino que desafiará las propias bases de la experiencia humana. Su análisis, basado en perspectivas de 166 expertos, sugiere que en torno al año 2040 la fusión entre humanos y máquinas obligará a la sociedad a redefinir conceptos como identidad, verdad y propósito.

Las predicciones de Rainie, que anteriormente también estuvo al frente de la investigación de Internet y tecnología en el Pew Research Center, parten de que la convergencia entre biología y tecnología marcará una frontera difusa. Entre otras cosas, considera que los sistemas de IA pasarán a formar parte de nuestra vida cotidiana, donde los algoritmos anticiparán decisiones personales mejor que nuestra propia conciencia, tal y como explica en este informe del Imagining the Digital Future Center.

La inteligencia artificial en 2040: ¿reinará la utopía o la distopía?

Estos sistemas, integrados en dispositivos portátiles o implantes, aprenderán de cada interacción, almacenando datos desde el nacimiento, creando un mundo que surgirá a medida que los sistemas de IA nos conozcan mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos. Por otro lado, los avatares hiperrealistas actuarán como una extensión nuestra: gestionarán trámites legales, compras o incluso relaciones sociales, utilizando biometría avanzada para la autenticación de identidades.

Como te puedes imaginar, esto plantea una terrible paradoja, pues los dobles digitales prometen -y estamos seguros de ello- ser eficientes, pero también podrían acabar con la privacidad y la autonomía individual, especialmente si compañías o gobiernos acceden a su control, con vigilancia omnisciente en regímenes autoritarios. Además, se dejarían a un lado los vínculos interpersonales, acentuando en muchos casos el riesgo de aislamiento social.

La IA también será el catalizador de cambios radicales, poniendo como ejemplo que la economía girará hacia métricas de bienestar y autorrealización, desplazando indicadores tradicionales como el PIB. Coincide con Bill Gates en que la IA va a cambiar el trabajo de una manera drástica, pues empleos peligrosos o repetitivos serán automatizados, liberando tiempo para otras actividades creativas o para el propio disfrute personal, pero con el riesgo de homogeneizar la cultura y de desdibujar las identidades lingüísticas al delegar la innovación a máquinas.

Frente a estos desafíos, Rainie proyecta dos futuros posibles. En uno de ellos, imagina que la IA impulsa una utopía colaborativa donde la minería espacial y las energías limpias garantizan abundancia material, mientras la IA supervisa gobiernos para asegurar transparencia. En el otro, emerge una distopía controlada, donde la manipulación digital y la pérdida de agencia humana profundizan las desigualdades y los estados autoritarios utilizan el reconocimiento facial y el crédito social para vigilar a sus ciudadanos.

En cualquier caso, este informe del Imagining the Digital Future Center hace hincapié en que el futuro todavía no está escrito: la IA no es un destino inevitable, sino un espejo de nuestras decisiones actuales. La próxima década definirá si estas herramientas amplifican la creatividad y la equidad o consolidan nuevas formas de opresión. Como advierte Lee Rainie, cuya investigación invita a un debate urgente sobre marcos legales de la IA, reinventar lo humano no será una opción, sino una necesidad existencial.

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