Los creadores del smartwatch más mítico han creado su primer anillo inteligente
El Pebble Index 01 promete una batería de años y privacidad total, funcionando como una grabadora de notas rápida en tu dedo por 75 dólares
El equipo que inventó el reloj inteligente moderno con Pebble ha vuelto, pero esta vez se han olvidado de la pantalla. Su nueva propuesta es el Pebble Index 01, un anillo inteligente que rompe con la tendencia actual de medir pasos o sueño. Su único objetivo es funcionar como una memoria externa para capturar ideas al vuelo sin distracciones.
Según detallan en su web oficial, la interacción se reduce a lo esencial: tiene un botón físico y un micrófono. Pulsas, susurras un recordatorio rápido y listo. El dispositivo guarda el audio y, al acercarse al móvil, lo transfiere para transcribirlo y organizarlo automáticamente mediante inteligencia artificial, sin que tengas que sacar el teléfono del bolsillo.
Ni se carga ni te mide el pulso
Lo más llamativo es que ignora por completo los sensores biométricos que vemos en los anillos inteligentes que más se venden. Al eliminar esa carga constante de datos, prometen una batería que dura años. No tiene puerto de carga ni base inalámbrica; simplemente te lo pones y funciona indefinidamente hasta que la pila interna se agote, eliminando la ansiedad de cargarlo cada noche.
La privacidad es el pilar central, algo lógico si llevas un micrófono en el dedo todo el día. El anillo no graba nada hasta que pulsas el botón y la transferencia viaja cifrada. Todo el procesado de voz y el modelo de lenguaje se ejecutan en local en tu móvil, usando una app de código abierto que no depende de la nube.
Físicamente es una pieza de acero inoxidable que pesa menos de 5 gramos y tiene un grosor de casi 3 milímetros, muy similar a una alianza tradicional. Es resistente al agua hasta un metro, por lo que aguanta el lavado de manos o la ducha, aunque su diseño no esté pensado para nadar ni para monitorizar tu salud como el Galaxy Ring.
El precio de lanzamiento en preventa es de 75 dólares, unos 72 euros al cambio, aunque habrá que sumar impuestos. La mala noticia es la espera: los envíos no empezarán hasta marzo de 2026. Es una apuesta a muy largo plazo, casi de micromecenazgo, pidiendo dinero por adelantado por un hardware que tardará más de un año en fabricarse.
Está por ver si este invento tiene recorrido real o se queda en curiosidad. Pasar de crear el reloj que lo hacía todo a vender un anillo que solo graba voz es un cambio de guion radical. Si cumplen, podría ser el fin de llenarse el chat de WhatsApp con notas para uno mismo, aunque pedir dinero hoy para entregar en 2026 exige, como poco, mucha fe.