Más pantallas, peor corazón: el demoledor estudio que demuestra el vínculo directo entre el tiempo de uso y el riesgo cardiovascular en jóvenes

Un estudio revela que cada hora extra frente a pantallas aumenta el riesgo cardiometabólico en niños y adolescentes, y que dormir poco agrava sus efectos

Más pantallas, peor corazón: el demoledor estudio que demuestra el vínculo directo entre el tiempo de uso y el riesgo cardiovascular en jóvenes
Investigadores advierten que el exceso de tiempo frente a pantallas en jóvenes puede dejar una huella biológica y aumentar el riesgo cardiovascular a largo plazo
Publicado en Tecnología

Un nuevo estudio publicado en Journal of the American Heart Association lanza una advertencia más que clara: pasar demasiadas horas frente a una pantalla no solo afecta a la vista o a la postura, sino que también podría poner en riesgo la salud del corazón y el metabolismo, incluso entre los más jóvenes.

Gracias a la investigación que llevaron a cabo diversos profesionales del Copenhagen Prospective Studies on Asthma in Childhood, se encontró una asociación directa entre el tiempo de ocio frente a dispositivos (móviles, consolas, televisores y tablets) y un aumento de factores de riesgo cardiometabólico.

Dicho estudio, el cual fue realizado en más de 1.000 niños y adolescentes, indicó que el uso excesivo de la pantalla está asociado con hipertensión, colesterol alto, resistencia a la insulina y exceso de grasa abdominal.

Cada hora extra cuenta (y se acumula)

Los resultados que se dieron a conocer públicamente, muestran que cada hora adicional de uso recreativo de pantallas incrementa el riesgo de forma medible. En niños de 10 años, el riesgo subía un 0,08 en la escala de desviaciones estándar y, en adolescentes de 18 años, un 0,13. Puede parecer poco, pero el efecto se multiplica cuando el uso supera las tres, cinco o incluso seis horas diarias, algo común en la mayoría de los jóvenes.

Este impacto no solo se traduce en números, pues según los investigadores del respectivo estudio, dicho aumento acumulado podría arrastrarse hasta la edad adulta, favoreciendo así la aparición de enfermedades cardiovasculares de forma prematura.

Además, gracias a técnicas de metabolómica, los científicos identificaron un “rastro metabólico” en la sangre de los jóvenes que participaron del estudio. Esto se traduce como un conjunto de cambios biológicos que reflejan la exposición prolongada a las pantallas. Dicho hallazgo sugiere que el tiempo de pantalla deja una huella física detectable y potencialmente útil para evaluar riesgos futuros.

La falta de sueño también aumenta los riesgos

El estudio también encontró que dormir poco o acostarse tarde intensifica la relación entre tiempo de pantalla y riesgo cardiometabólico. Es más, un 12% de esa asociación podría explicarse por la falta de sueño.

Esto significa que, además de limitar las horas frente a dispositivos, lo cual puede efectuarse fácilmente a través de los ajustes que poseen la mayoría de los terminales, mantener una rutina de descanso adecuada es esencial para reducir riesgos.

Consejos para padres y jóvenes

Los expertos recomiendan que tanto padres como cuidadores establezcan límites claros y modelen un uso saludable de la tecnología. Cambiar hábitos no siempre significa eliminar pantallas de golpe, sino reubicarlas en horarios más tempranos, favorecer actividades sin dispositivos y priorizar el sueño.

Por último, pero no por eso menos importante, si bien este estudio no prueba causa-efecto, sí ofrece evidencias sólidas de que un equilibrio entre tecnología, descanso y actividad física es clave para proteger el corazón desde la juventud. Limitar el uso de las pantallas puede ser más beneficioso de lo que creíamos.

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