Meta prepara una revolución robótica: humanoides, inteligencia artificial y una idea ambiciosa que roza la ciencia ficción
Meta da un paso más allá de la realidad virtual y se lanza de lleno a la robótica con humanoides impulsados por inteligencia artificial, una apuesta que promete cambiar el futuro de la automatización

La compañía de Mark Zuckerberg ya no se conforma con dominar el terreno de la realidad aumentada y la inteligencia artificial, pues Meta ya ha puesto la vista en un objetivo todavía más grande: los robots humanoides. Y no hablamos solo de fabricar máquinas con forma humana, sino de crear la base de software que podría convertirse en el estándar de toda la industria.
Un “Android” para robots humanoides
El CTO de Meta, Andrew Bosworth, lo explicó de manera muy clara en una entrevista reciente: el verdadero reto no es el hardware, sino el software. La visión de la compañía es desarrollar una especie de “Android para robots” (refiriéndose al sistema operativo móvil de Google), un sistema capaz de ser licenciado por cualquier fabricante que cumpla ciertos requisitos. La meta (y nunca mejor dicho) es que múltiples compañías puedan crear robots humanoides diferentes, todos impulsados por la misma inteligencia de base.

El CTO de Meta, Andrew Bosworth, quiere crear un sistema al estilo “Android” para que todos los robots “convivan” en un mismo ecosistema
De hecho, Bosworth despejó cualquier tipo de dudas sobre esto: “El cuello de botella está en el software, no en el hardware”. Y si lo analizamos tiene mucho sentido. Lograr que un robot camine ya no es lo más complicado; lo realmente difícil es que pueda usar las manos con la misma destreza que un humano, coger un vaso de agua o sacar unas llaves del bolsillo.
Superinteligencia y simulaciones
Para dar ese salto, Meta trabaja codo a codo con su laboratorio de IA. Allí están desarrollando un “modelo del mundo”, ¿qué significa esto? Que están generando una simulación avanzada que permitirá entrenar a los robots en tareas que hoy parecen imposibles. El desafío está en recrear de manera digital miles de interacciones complejas con objetos inestables para que luego un robot pueda realizarlas en la vida real.
Imagina, por ejemplo, que una mano robótica aprende no solo a sujetar un vaso, sino a evitar que se derrame el agua. Ese es el tipo de detalles que marca la diferencia entre un robot de laboratorio y una máquina útil en el día a día.
La apuesta más grande de Meta desde el metaverso
No es la primera vez que Meta invierte cifras millonarias en proyectos futuristas. Reality Labs ya se ha llevado más de 100.000 millones de dólares para impulsar las gafas de realidad mixta y demás desarrollos como Project Orion. A eso se suman los más de 14.000 millones invertidos en Scale AI, con los que la empresa busca liderar la carrera por la superinteligencia.
Eso sí, Meta no está sola en este camino: Tesla avanza a pasos agigantados con su robot Optimus y Apple, según los últimos rumores, trabaja en dispositivos robóticos para el hogar. Pero la diferencia de Meta está en la ambición de crear un ecosistema compartido, un estándar que marque la pauta en la robótica del futuro. Por ahora, lo único seguro es que Meta está decidida a jugárselo todo otra vez. Y aunque parezca ciencia ficción, tal vez dentro de unos años convivamos con robots humanoides que funcionen gracias al mismo software con el que hoy chateamos… ¿Loco no?