OpenAI prohíbe los vídeos de Martin Luther King Jr. en Sora tras denuncias por uso irrespetuoso de su imagen

OpenAI ha anunciado que ha suspendido temporalmente la posibilidad de generar vídeos que representen al líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr. con su modelo de inteligencia artificial Sora, después de que algunos usuarios publicaran recreaciones consideradas ofensivas. La compañía tomó la decisión tras una solicitud directa de la familia del activista, que expresó su malestar por el uso no autorizado y denigrante de su imagen.
En un comunicado publicado en X, OpenAI explicó: “Aunque reconocemos el interés legítimo de la libertad de expresión al representar figuras históricas, creemos que los personajes públicos y sus familias deben tener el control último sobre cómo se usa su imagen”. La empresa añadió que los herederos o representantes autorizados podrán solicitar que su parecido no sea utilizado en los llamados “cameos” de Sora, una función que permite insertar la apariencia de personas reales en vídeos generados por IA.
Statement from OpenAI and King Estate, Inc.
— OpenAI Newsroom (@OpenAINewsroom) October 17, 2025
The Estate of Martin Luther King, Jr., Inc. (King, Inc.) and OpenAI have worked together to address how Dr. Martin Luther King Jr.’s likeness is represented in Sora generations. Some users generated disrespectful depictions of Dr.…
La tensión entre libertad creativa y respeto a la memoria histórica
La medida llega apenas unas semanas después del lanzamiento oficial de Sora, la primera plataforma social de vídeo de OpenAI, que permite a los usuarios crear clips hiperrealistas con figuras históricas, celebridades o incluso versiones digitales de sí mismos. Su debut generó una oleada de críticas y preocupación pública por la facilidad con la que se pueden fabricar imágenes falsas o manipuladas.
La polémica se intensificó cuando la hija de Martin Luther King Jr., Bernice King, publicó en Instagram un mensaje pidiendo a los usuarios que dejaran de enviarle vídeos donde su padre aparecía recreado por inteligencia artificial. “Es doloroso y desrespetuoso”, escribió. Su mensaje siguió al de Zelda Williams, hija del fallecido actor Robin Williams, que había pedido lo mismo días antes.
La reacción de ambas no fue casual. Según The Washington Post, varios usuarios de Sora habían creado vídeos en los que una versión digital del Dr. King emitía sonidos de mono o luchaba con Malcolm X, otra figura emblemática del movimiento por los derechos civiles. En la aplicación también circulaban recreaciones cuestionables de Bob Ross, Whitney Houston y John F. Kennedy, lo que evidenció la falta de filtros y controles adecuados.
La situación ha puesto nuevamente sobre la mesa el debate sobre el uso ético de la inteligencia artificial en contenidos audiovisuales. Además de las personas reales, Sora también ha sido criticada por permitir vídeos que representan obras protegidas por derechos de autor, como South Park, Pokémon o SpongeBob SquarePants. Estas recreaciones han despertado inquietudes entre los titulares de derechos en Hollywood, que ya habían mostrado su desconfianza hacia la herramienta desde su presentación.
En respuesta, OpenAI anunció a principios de octubre que permitirá a los propietarios de derechos de autor ejercer un control más granular sobre el uso de sus personajes o marcas dentro de Sora. La empresa también adelantó que compartirá parte de los ingresos con los titulares de contenido autorizado, en un intento por evitar futuros litigios.
La política de Sora contrasta con la estrategia más permisiva que OpenAI está adoptando en ChatGPT, donde recientemente se confirmó que los adultos podrán mantener conversaciones eróticas con el chatbot en los próximos meses. Mientras Sora endurece sus filtros, el asistente conversacional amplía sus márgenes de interacción, lo que refleja una fase de experimentación interna sobre cómo equilibrar creatividad, seguridad y responsabilidad.
Dentro de OpenAI, algunos investigadores han mostrado públicamente su incomodidad por el lanzamiento de Sora, cuestionando si encaja con la misión original de la empresa, que nació como una organización sin ánimo de lucro dedicada a desarrollar una IA segura para la humanidad. El propio Sam Altman, director ejecutivo de la compañía, reconoció que el equipo sintió “trepidación” el día del lanzamiento, consciente del potencial impacto social del producto.
Por su parte, Nick Turley, jefe de producto de ChatGPT, defendió la filosofía detrás de la decisión: “La mejor manera de enseñar al mundo una nueva tecnología es lanzándola al mundo”. Según Turley, OpenAI aprendió esta lección con ChatGPT y ahora busca aplicarla a Sora, aunque admitió que el proceso implica ensayo, error y corrección constante.
La suspensión de las recreaciones de Martin Luther King Jr. marca un punto de inflexión simbólico para la nueva aplicación de Sora. Lo que comenzó como una herramienta para la expresión creativa ha terminado por exponer los límites éticos y legales de representar la memoria de figuras históricas a través de algoritmos. En su intento por equilibrar innovación y respeto, la empresa parece haber comprendido que, en materia de IA generativa, no todo lo técnicamente posible es moralmente aceptable.