Redescubre la magia del vinilo con el Pro-Ject Automat A1.2: fácil, elegante y sin complicaciones

Regocijaos, amantes de lo retro, pues el vinilo ha vuelto para quedarse. No os alegraréis tanto con lo caro que está el formato rey últimamente (deben estar prensando el acetato de polivinilo después de mezclarlo con sangre de unicornio), pero sí podéis hacerlo con la cantidad de opciones que estamos teniendo en la gama media y de entrada de giradiscos para poder escuchar los títulos que ya tengamos en nuestra colección sin dejarnos una fortuna.

Y es que ya no sólo se trata de tener opciones económicas y que suenen bien. Por mucho que algunos ya llevemos unos años en el hobby y sepamos cómo ajustar un giradiscos, sigue habiendo personas que o bien acaban de llegar y todavía no saben cómo hacerlo, o bien sólo quieren poner uno de sus vinilos y disfrutar. Pues bien, para todos ellos es el Pro-Ject Automat A1.2, tal y como nos cuentan desde What Hi-Fi?.

Una experiencia sencilla y placentera para todo el mundo

Antes de continuar, conviene dejar claro que Pro-Ject es una firma austríaca con una muy buena reputación dentro del mundo de la alta fidelidad que cuenta con casi 35 años de experiencia a sus espaldas. De acuerdo, puede que no tengan la misma fama que los daneses o los alemanes en el mundo del audio, pero los austríacos también saben lo que hacen en este terreno.

Y hablando de los germanos, el Pro-Ject Automat A1.2 está fabricado a mano en Alemania, lo que da una idea de la calidad y el mimo que te vas a encontrar detrás de cada unidad. Por lo pronto, el fabricante garantiza durabilidad a largo plazo y un sonido limpio y sin interferencias (habría que ver en una situación de uso real, aunque la primera impresión es prometedora).

Por si acaso, vamos a reiterar que este giradiscos está diseñado para ofrecer una experiencia de uso lo más sencilla posible para cualquier persona, sea un recién llegado o un audiófilo con experiencia. Es un tocadiscos completamente automático, lo que significa que lo hace todo por ti: coloca el brazo en el disco y lo retira al terminar sin que tú tengas que hacer nada más que pulsar un botón. Y además de simplificar mucho toda la experiencia de uso, ofrece:

• Plato de aluminio mecanizado que reduce las vibraciones.
• Cápsula Pick-it MM E preinstalada; no es necesario calibrar nada, solo enchufar y disfrutar.
• Previo de phono integrado por si quieres conectarlo directamente a unos altavoces autoamplificados (un gran punto a favor en según qué escenarios).

En mi humilde opinión, estos tres puntos son tres grandes mejoras en calidad de vida para personas recién llegadas al hobby del vinilo o de la alta fidelidad. Tiempo habrá de informarse sobre cápsulas, agujas, ajustes y otros menesteres. Tanto, que a veces se nos olvida que nos metemos en esto por un motivo: para escuchar música y ser felices. Y precisamente para eso se ha diseñado el Pro-Ject Automat A1.2.

Desgraciadamente, en esta vida la felicidad tiene un precio y en este caso está disponible por 499 euros. Es una inversión razonable en el mundo de la alta fidelidad y lo sitúa en el mundo de la gama media y, considerando las mejoras en calidad de vida para principiantes (e, insisto, personas que simplemente quieran escuchar vinilos sin complicarse), me parece hasta barato.

Aprovecho para recordar que Pro-Ject también son los responsables del giradiscos inspirado en AC/DC de 1.300 euros, y que hay opciones de precios como esta actualización para giradiscos Linn que cuesta más que un coche. Así que sí, 499 euros por todo lo que ofrece esta unidad es muy asequible. Falta poder hacer pruebas en escenarios de escucha reales, pero el Pro-Ject Automat A1.2 es muy prometedor.