¿Es una realidad? Los 64 GB de memoria ya no son suficientes para tu smartphone...

Con el Mobile World Congress 2018 a la vuelta de la esquina, lo cierto es que los nuevos smartphones estrella de 2018 están ya peligrosamente cerca, iniciando un año más ese círculo vicioso en el que los principales fabricantes intentan convencernos de que necesitamos uno de sus últimos dispositivos, y de que las novedades presentadas son mucho más importantes de lo que realmente son.

Cada año asistimos a la fiesta de las especificaciones, no siempre a la de la innovación real, y a no ser que LG haya acertado con su nueva estrategia de lanzar dispositivos cuando las novedades lo requieran, seguiremos viendo cómo cada año llegan las nuevas generaciones de smartphones cumpliendo puntualmente con el calendario y no tanto con las mejoras lógicas que justificarían una renovación.

Pero de esto ya hemos discutido bastante anteriormente, y lo único que sacamos como conclusión clara es que los servicios y el software lo son todo ya en los smartphones, con un hardware que casi no diferencia en absoluto en cuanto a experiencia para los usuarios.

Procesadores cada vez más potentes, al servicio del apartado multimedia...

Así pues, seguro que estos Qualcomm Snapdragon 845 y/o Samsung Exynos 9 que prometen protagonizar este año la evolución en cuanto a hardware para plataformas móviles seguramente vayan a dar que hablar, pero una vez demuestren cumplir con sus funciones sin problemas de sobrecalentamiento o similares, pasarán a un segundo plano dejando entrever el valor añadido que el fabricante haya podido implementar.

No en vano, la opción de Qualcomm para la gama alta en 2018 ofrece grabación de vídeo HDR en resolución 4K y a 60 fotogramas por segundo, mientras que el SoC de Samsung sube la apuesta hasta la resolución 4K a 120 fps. Una soberbia demostración de potencia al servicio del apartado multimedia, pero sin duda también un gran problema para otra de las especificaciones base de cualquier plataforma de hardware: la memoria.

Si ya las aplicaciones y juegos han crecido en peso hasta los 2 ó 3 GB de descarga necesaria para algún título como Grand Theft Auto, también las fotografías tomadas con el dispositivo han ido aumentado de peso al sumar megapíxeles y también funciones como la edición o el desenfoque posterior, e incluso las apps como WhatsApp con tanto GIF, vídeo, audio e imágenes compartidas colapsan sin remedio la memoria de nuestros smartphones.

Imaginaos entonces para qué os llegan los 32 ó 64 GB de almacenamiento de un gama alta actual, que útiles para nosotros son todavía menos, cuando un clip 4K de menos de un minuto ocupa la friolera de unos 300 MB, a más o menos los 6 MB por segundo de grabación. Ya no parece tanta memoria, ¿no?

Pues ojo, coged este dato y multiplicad por cuatro para subir hasta los 120 fotogramas por segundo a los que es capaz de grabar el Exynos 9 de Samsung, y agarraos, porque para grabar un vídeo de unos 20 minutos necesitaríais más o menos 24 GB de espacio libre en memoria. No hablamos ya de un juego de calidad para la realidad virtual, o de cualquier película que querramos llevar en resolución UHD, porque los datos se disparan.

A ver si al final va a ser que sí, que esto del almacenamiento se nos ha quedado corto y que las tarjetas de memoria externas son una solución sólo en parte y en la que Google por ejemplo no cree, así que igual hemos de ir pensando en saltar hasta los 128 ó 256 GB de almacenamiento interno de forma directa y sin pasar por la casilla de salida.

La revolución de las nuevas tecnologías no va a esperar, y es que la realidad virtual y aumentada, así como las nuevas especificaciones de las cámaras fotográficas, han dejado en un chiste los 64 GB de memoria, tal y como analizan en The Verge antes de que el mercado nos dé un baño de realidad en la feria de la GSMA.

El almacenamiento en la nube tampoco es la solución

Muchos pensarán que oye, es un problema sí, pero la mayoría de fabricantes sí optan por las tarjetas microSD externas, y es cierto que eso soluciona el problema aunque lo haga sólo en parte. Para empezar, suben el coste del dispositivo, y una tarjeta de 256 GB no es nada barata superando ampliamente los 100 euros hoy en día, y además, su velocidad tampoco es tan elevada como la de un chip UFS 2.0 integrado en la placa.

Otros pensarán que para eso hay servicios en la nube, como Drive o Dropbox, la mayoría con espacio suficiente de forma gratuita para guardar fotos y demás datos multimedia, aunque eso dejará de ser solución si no dispones de una buena conexión a Internet y datos en tu tarifa en todo momento. Es por ello que no, el almacenamento en la nube tampoco parece ser una solución sencilla y barata.

Ni siquiera todos los teléfonos del mercado disponen de conectores USB On-The-Go que permitan utilizar pendrives USB para extender la memoria, así que es probable que en algún momento de la vida de tu actual smartphone te encuentres con la necesidad de liberar espacio en memoria.

Las tendencias de uso de nuestros smarpthones marcan sin duda el camino hacia el consumo de cada vez más contenidos multimedia, y éstos cada vez son de mayor calidad y pesan más, tanto la música como los libros, las películas que te descargues en Netflix o los vídeos de YouTube que quieras llevar para ver sin conexión, incluso los documentos, así que además de agregar potencia bruta y especificaciones a las cámaras, probablemente 2018 sea el año en que debemos pedir más memoria disponible en nuestros smarpthones.

Veremos lo que pasa en menos de un mes en Barcelona, pero todo parece indicar que Samsung no saltará todavía hasta los 128 GB de serie, y mucho menos lo hará más lejos, así que los demás fabricantes tienen una oportunidad de oro para diferenciarse en un apartado clave. ¡Sobre todo tú, Google, que tus Pixel no disponen de ampliación mediante tarjetas externas...!

Para estar siempre al día con lo último en tecnología, suscríbete a nuestro canal oficial y verificado de Andro4all en WhatsApp.