Encuentran un 'fósil viviente', este animal estaba extinto, hasta que levantaron una roca por casualidad

Un estudiante sudafricano descubre una nueva especie de gusano aterciopelado, un 'fósil viviente' de 500 millones de años, bajo una roca mientras buscaba hormigas

Encuentran un 'fósil viviente', este animal estaba extinto, hasta que levantaron una roca por casualidad
Los gusanos aterciopelados como Peripatopsis barnardi han permanecido prácticamente inalterados durante medio milenio, convirtiéndose en verdaderos fósiles vivientes
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

En marzo de 2022, Rohan Barnard no buscaba hacer historia. Este estudiante de ecología de la Universidad de Stellenbosch buscaba hormigas en una granja de las montañas Swartberg cuando levantó una roca junto a un pequeño río. Debajo encontró un gusano aterciopelado de color negro pizarra, una criatura que llevaba 500 millones de años prácticamente sin cambiar. Ahora sabemos que había descubierto una nueva especie.

El animal, bautizado como Peripatopsis barnardi en su honor, no es solo nuevo para la ciencia. También demuestra que esta región árida estuvo cubierta de bosques en el pasado. Los resultados, publicados en Ecology and Evolution, muestran cómo un golpe de suerte puede reescribir lo que sabemos sobre la evolución.

Lo que hace especial a este 'fósil viviente'

Barnard sabía que tenía algo importante entre las manos. "Los gusanos aterciopelados son raros. En 2019, ayudé a mi hermano a recolectar algunos para una investigación", explicó. Subió una foto a iNaturalist y el profesor Savel Daniels confirmó sus sospechas. Había encontrado un eslabón perdido entre los artrópodos marinos extintos y los actuales, como otros fósiles que han cambiado teorías evolutivas.

Estos gusanos mantienen características de ancestros como Hallucigenia, cuyos fósiles tienen 540 millones de años. A diferencia de hallazgos como el cocodrilo peruano, estos animales siguen vivos, habitando zonas húmedas de antiguos continentes.

El análisis de ADN reveló que P. barnardi se separó de su ancestro hace 15,2 millones de años. Los cambios climáticos del Mioceno fragmentaron los bosques sudafricanos, aislando poblaciones. Este proceso conservó especies como el pez australiano con tejidos intactos o las huellas de dinosaurio británicas.

El descubrimiento marca el primero de su tipo en el Klein Karoo. Daniels encontró seis especies más, todas únicas de distintas montañas sudafricanas. "Cada cumbre es un arca de Noé biológica", asegura. El trabajo demuestra el valor de plataformas como iNaturalist, tan útiles como el análisis de coprolitos para entender el pasado.

Pero también existe una amenaza. Estos animales dependen de microhábitats húmedos, amenazados por el cambio climático. "Si perdemos estos bosques relicto, extinguiremos linajes antes de conocerlos", advierte Barnard. Su hallazgo, como las plumas volcánicas romanas, recuerda que la Tierra guarda secretos que una simple roca puede revelar.

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