Ni ballenas ni delfines, este es el animal al que los tiburones tienen verdadero terror
Port y Starboard, dos orcas que han expulsado a todos los tiburones blancos de Sudáfrica tras años cazándolos para extraer sus hígados
Durante décadas, los tiburones blancos dominaron las aguas de Gansbaai en Sudáfrica como si fuera su territorio privado. Esta zona era conocida mundialmente por la abundancia de estos depredadores, pero desde 2017 algo cambió por completo: dos orcas han conseguido expulsar a todos los tiburones blancos de la región. Y no, no es casualidad.
Se han publicado dos estudios de forma separada en African Journal of Marine science de forma separada aquí uno y aquí otro, que documentan este fenómeno que ha dejado perplejos a los científicos. Las dos orcas, bautizadas como Port y Starboard por la curvatura de sus aletas dorsales, han alterado completamente el equilibrio del ecosistema marino sudafricano.
El terror llega desde las profundidades
Entre 2017 y 2023, al menos nueve tiburones blancos aparecieron muertos en las playas de Gansbaai. El detalle más inquietante es que les faltaba el hígado, extraído con precisión milimétrica. Algunos ejemplares también habían perdido el corazón, una marca característica de los ataques de estas orcas que conocen exactamente qué buscan.
La eficacia de Port y Starboard es terrorífica. En una sola jornada eliminaron a 17 tiburones de siete branquias, demostrando que su especialización va más allá del tiburón blanco. Los científicos colocaron dispositivos GPS a 14 tiburones blancos y confirmaron lo que sospechaban: huyen en cuanto detectan la presencia de las orcas.
Los datos revelan algo que nadie esperaba: las ausencias de tiburones blancos superan ya los cinco años. Lo que antes era territorio de caza de estos escualos ahora es dominio exclusivo de dos orcas que han reescrito las reglas del juego en estas aguas.
Sin los tiburones blancos patrullando la zona, los tiburones cobrizos intentaron ocupar su lugar. Pero Port y Starboard también los tienen en el punto de mira, expandiendo su menú de caza a otras especies de escualos que antes no formaban parte de su dieta habitual.
La ausencia de tiburones blancos ha provocado un efecto dominó inesperado. Las focas del Cabo, que antes vivían con la constante amenaza de estos depredadores, ahora se han multiplicado sin control. El problema es que estas focas han comenzado a depredar pingüinos africanos, una especie ya en peligro de extinción.
¿Por qué buscan específicamente los hígados? La respuesta está en la biología de los tiburones. Estos órganos funcionan como reservas de energía repletas de nutrientes y grasas que los escualos utilizan para sus largas migraciones. Para las orcas, es el equivalente a encontrar el bocado más nutritivo posible.
La precisión con la que extraen estos órganos sugiere que Port y Starboard han perfeccionado su técnica durante años. Los investigadores todavía intentan entender cómo desarrollaron esta habilidad, aunque todo apunta a una adaptación por la escasez de sus presas habituales.
Los tiburones blancos ya enfrentaban problemas de conservación por su lento crecimiento y maduración tardía. Ahora, esta presión adicional complica aún más su supervivencia. Los científicos piden implementar sistemas de seguimiento que incluyan informes de pescadores y embarcaciones turísticas.
Este caso no es único. Otros estudios muestran cómo los tiburones enfrentan amenazas inesperadas en diferentes partes del mundo. Mientras tanto, especies como el tiburón de Groenlandia siguen sorprendiendo con su longevidad excepcional.
Lo que está ocurriendo en Sudáfrica demuestra que incluso los grandes depredadores tienen algo que temer. Port y Starboard han cambiado las reglas de un ecosistema entero, recordándonos que en el océano los equilibrios pueden romperse de formas que nadie anticipaba.