Olvídate de los SSD, lo que se lleva ahora en el mundo de los discos duros es almacenar tus datos en ADN sintético
Atlas Data Storage lanza el Atlas Eon 100, el primer servicio comercial que codifica información digital en moléculas de ADN, prometiendo una preservación de datos durante milenios
En un movimiento que parece sacado de una cinta de ciencia ficción, la biotecnológica estadounidense Atlas Data Storage (ADS) ha presentado un sistema que podría redefinir para siempre el concepto de archivado digital, se trata del Atlas Eon 100, un servicio pionero que traduce los archivos digitales (fotos, vídeos, documentos) al lenguaje universal de la vida: el código genético, compuesto por las secuencias de adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T).
Anunciado oficialmente el 2 de diciembre de 2025, este sistema no utiliza células vivas, sino ADN sintético deshidratado, sellado en pequeños tubos para garantizar su estabilidad física y química durante siglos, sin necesidad de energía eléctrica o refrigeración activa, la compañía, que se presenta como líder en este nicho, afirma que este es el punto culminante de más de una década de desarrollo y el primer producto escalable de su tipo en el mundo.
Una solución para un problema "irresoluble"
El lanzamiento del Eon 100 responde a una necesidad crítica y creciente: la preservación a ultra-largo plazo de la ingente cantidad de datos que genera la humanidad, ya que los medios de almacenamiento convencionales tienen una vida útil limitada y son vulnerables a la degradación a lo largo del tiempo.
Frente a estos defectos, la ciencia ha demostrado que el ADN es el sistema de almacenamiento conocido más duradero, se ha logrado recuperar y secuenciar material genético de restos arqueológicos de más de 4,000 años, e incluso de especies extintas hace cientos de miles de años.
Más allá de la longevidad, la gran ventaja del almacenamiento en ADN por el que apuesta ADS es su densidad extrema, este producto es aproximadamente 1.000 veces más denso que la cinta magnética.
Un ejemplo ilustrativo de la magnitud de este salto es que la ingente cantidad de datos almacenada en un centro de datos de Facebook, que ocupa decenas de miles de metros cuadrados, podría caber en apenas 5 gramos de ADN, un dispositivo que ocuparía la palma de una mano.
¿Cómo funciona?
El proceso transforma la información digital en moléculas físicas a través de dos pasos; primero, el código binario (ceros y unos) de los archivos se convierte en una secuencia de las cuatro "letras" del ADN (A, C, G, T), por ejemplo, los bits "00" podrían representar una adenina (A), y los "11" una guanina (G), después, esta secuencia digital se utiliza para sintetizar químicamente hebras de ADN reales, las cuales se deshidratan y sellan en pequeños tubos para su conservación.
Por último, para acceder a los datos, se utiliza un secuenciador de ADN que "lee" las hebras sintéticas. Luego, un software especializado decodifica la secuencia de bases (A, C, G, T) y la traduce de vuelta al código binario original, reconstruyendo los archivos, desde su página web, ADS garantiza una fiabilidad del 99.99999999999% para este método.
Cabe destacar que esta tecnología no está pensada para el almacenamiento diario en un ordenador personal, sino para archivar aquello que es invaluable y debe perdurar para las generaciones futuras, como los secretos de una industria, bienes culturales o memorias familiares, por ejemplo.
Aunque el potencial es de este tipo de productos es inmenso, existen ciertos desafíos inherentes a la misma, el más destacado ahora mismo es el coste y la velocidad, ya que, mientras que un disco duro magnético puede escribir decenas de megabytes por segundo, almacenar un solo megabyte en ADN puede llevar un día completo de trabajo en el laboratorio, todo apunta que, muy a mi pesar, aún estamos un poco lejos de utilizar la biotecnología en nuestro día a día.