ZTE y la inmadurez de unos teléfonos plegables que no necesitamos

ZTE y la inmadurez de unos teléfonos plegables que no necesitamos

Ayer a mediodía ZTE nos anunciaba al hipotético primer smartphone plegable de la nueva generación, al Axon M, pero lo cierto es que esta primera aproximación a los teléfonos plegables modernos no es lo que esperábamos, y no ha podido dejarnos más fríos.

De hecho, parece que este tipo de smartphones todavía están demasiado inmaduros, como los smartwatches, y es que aún no se les ha encontrado una utilidad que les justifique, sobre todo sabiendo que subirán los precios ostensiblemente, y que los 'early birds' que se atrevan a pagar cifras muy elevadas servirán casi como betatesters.

Muchas dudas y muchas preguntas en el aire, que debemos resolver antes de caer en la alabanza fácil a los que parece serán los smartphones del futuro y acercarán en tamaños contenidos la experiencia de una tableta:

  • ¿Para qué tener dos pantallas con el doble gasto energético que suponen?
  • ¿Cómo le saco partido a esas dos pantallas más allá de extender el escritorio o el navegador de Internet?
  • ¿Hacia donde gira la bisagra? ¿Limitará el acceso a botoneras, cámaras, puertos, etc.?
  • ¿Dónde se quedan entonces la cámara trasera y la frontal?
  • ¿Es un panel flexible o son dos paneles realmente unidos por una bisagra?

ZTE Axon M con pantalla plegable

Básicamente, en el caso del ZTE Axon M se trata de una derivación de los teléfonos de concha y no utiliza ningún tipo de panel OLED flexible. Se trata de un diseño muy parecido al del Kyocera Echo, que allá por el año 2011 anticipaba los teléfonos plegables con dos pantallas, una en cada parte, unidas por un sistema deslizante.

El nuevo smartphone de la firma china adapta la idea a nuestros días con una bisagra, que cerrada dejará sus dos pantallas una en la cara delantera y otra en la trasera, y abierta las unirá en un panel más grande que extiende la experiencia hasta las 6,75 pulgadas. Se parece también al Sony Xperia Tablet P, aunque en el caso de Sony las pantallas estaban en la cara interna del dispositivo.

Las dobles pantallas todavía no han cuajado en el mercado...

Desde el nacimiento de la plataforma Android muchos han sido los intentos de colocar en un smartphone dos paneles que permitan ampliar la experiencia del usuario, y ya hemos visto diseños de todos los colores que sin embargo en ningún caso supusieron un éxito rotundo.

Tanto los LG Flip II como el mencionado Kyocera Echo, la Xperia Tablet P, el Yotaphone, los LG V10 y V20 o el más reciente Meizu Pro 7 han pasado sin pena ni gloria con unos segundos paneles en diferentes configuraciones que nunca demostraron ser demasiado útiles para justificar su existencia.

Meizu Pro 7 y Pro 7 Plus oficiales

Quizás por ello el ZTE Axon 7 nos ha dejado fríos, pues realmente se trata de un smartphone normal al que se le acopla un panel trasero rotatorio. No es un smartphone plegable ni flexible, ni tampoco creemos que pretenda serlo. El fabricante chino se ha conformado con dar la opción al usuario de tener dos paneles juntos y permitirle configurar cómo utilizarlos: dos apps abiertas una a cada lado, la misma pantalla en ambos paneles, modo extendido y modo de pantalla única.

Ni siquiera se ha intentado colar un lápiz óptico que amplíe las posibilidades, ni avanzar en una multiventana real con la que sacar partido a un panel de gran tamaño, y es que la apuesta de ZTE es posicionarse como el primero en explorar los teléfonos plegables, dejando ahora el camino a los gigantes coreanos de la industria, que pelean hace tiempo por encontrarle el diseño idóneo y la utilidad a estos dispositivos.

La carrera de Samsung y LG

Los dos gallos surcoreanos del mercado de la telefonía inteligente pelean hace tiempo por llegar los primeros a la carrera de los paneles flexibles. No en vano, hace años ya que presentaron sus propias tecnologías de pantalla OLED flexible, y ambos lanzaron sus primeros dispositivos comerciales con ellas hace ya varios ejercicios.

En el caso que a nosotros nos atañe, los LG G Flex y Samsung Galaxy Note Edge quedan ya muy lejos y no han recibido sucesores dignos todavía, y tan sólo los televisores curvos están pudiendo justificar el uso de unos paneles flexibles venidos a menos en los últimos smartphones de Samsung.

Samsung Flexible

No vamos a ser demagogos, a todos nos gustaría disponer de un smartphone que se pudiese desplegar mostrando un gran panel de 7 u 8 pulgadas a modo de tableta, pero lo cierto es que nos parece todavía muy lejos la llegada de un terminal con estas capacidades bien resueltas. Por poner un ejemplo, se me ocurren muchas formas y ninguna me deja contento del todo... ¿dónde esconderíais vosotros la parte plegable del panel y su digitalizador?

La idea que Samsung maneja y que parece haber certificado ya en su país natal, es la de un teléfono que se cierra como un libro. Lo malo del cuento es que en la gran variedad de patentes registradas por el gigante coreano no queda demasiado claro cómo y dónde se colocará el panel flexible, ni si será un único panel que se curvará o dos paneles diferenciados.

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Los smartphones plegables necesitan aún una utilidad diferencial

Sea como fuere, parece que los teléfonos flexibles llegarán para quedarse, aunque necesitarán una o dos vueltas de tuerca en las mesas de diseño para encontrar esa utilidad diferencial que justifique su sobrecoste más allá de ese escritorio extendido.

Que son una idea que todos vemos con buenos ojos no es ningún secreto, pero hoy por hoy y con este tipo de diseños que no están bien resueltos, hemos de reconocer que tampoco los necesitamos y que no mejorarían nuestra experiencia con el smartphone.

Eso sí, es imposible evolucionar sin equivocarse y seguramente veremos algunos de estos dispositivos servir como plataformas de desarrollo de sus siguientes generaciones. Sin embargo, esperamos que cuando Samsung o LG se atrevan se les haya encontrado al menos una autonomía decente a estos terminales a pesar del enorme panel -ó doble panel-, y se haya avanzado en una experiencia de uso que nos permita utilizar en plenas facultades ese híbrido entre smartphone y tableta que todos deseamos.

Y aunque sabemos que habrá que hacer sacrificios como el inevitable crecimiento de los mínimos grosores que se manejan hoy en día, habrá que ver a qué más cosas estamos dispuestos a renunciar por un smartphone con una gran pantalla plegable que nos anticipe el futuro.

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