¿Hemos llegado al final de la era de los smartphones?

¿Hemos llegado al final de la era de los smartphones?

Mirar la trayectoria de los smartphones a lo largo de los últimos años es sinónimo de ver cómo la innovación ha empezado a brillar por su ausencia. Con el paso del tiempo, hemos visto cómo los smartphones se han vuelto más delgados, más grandes y compactos, más bonitos, más potentes (y más caros), pero no han dejado de ser smartphones, al fin y al cabo. De una forma u otra, la única diferencia que hay entre un terminal de 2015 a uno de 2018 es la potencia bruta de sus componentes y las mejoras en algunos aspectos ya existentes, pero nada más.

Creo que la eclosión de la era de los smartphones se pueden localizar el 9 de enero de 2007, cuando Steve Jobs subió al escenario a mostrarnos el primer iPhone. Fue en este momento cuando Jobs estableció los parámetros que, 11 años después, seguimos siguiendo en la industria de la telefonía móvil. Viéndolo con perspectiva, la principal diferencia entre el iPhone original y cualquier móvil de hoy en día es la calidad y la potencia, pero, a efectos prácticos, siguen siendo exactamente lo mismo y satisfacen las mismas necesidades.

jack auriculares

Esto se ha hecho todavía más evidente en los últimos años. Recuerdo cómo, hace tiempo, se esperaba el Mobile World Congress con una tremenda expectación e ilusión para ver qué harían las marcas y cuál sería el siguiente invento loco que revolucionaría la industria. ¿Cómo han sido estos cuatro últimos MWC? Salvando un par de cosas puntuales, ¿acaso ha habido una innovación que haya cambiado el mundo? ¿Cuál ha sido el invento con el que nos hemos quedado con la boca abierta?

Hay quien dirá que la pantalla curva, la cámara doble, las pantallas HDR... Pero yo creo que no. Después de todo, estas implementaciones son añadidos, mejoras de lo ya existente. Si tenemos una pantalla con marcos, es normal que la evolución se dirija a las pantallas sin marcos. Si tenemos una cámara, es normal que la cámara vaya mejorando. Si tenemos una pantalla que se ve regular, lo normal es que esta se vea cada vez mejor. Si el teléfono del año pasado iba rápido, el de este año debe ir todavía más rápido. Son mejoras, pero no cambian nada.

El ciclo de innovación, o cuando ya no hay una necesidad que satisfacer

Cuando se habla de innovación en el mundo empresarial se suele hablar de un proceso compuesto por las siguientes etapas:

  1. Identificar oportunidades y generar ideas.
  2. Evaluación de ideas.
  3. Priorización de ideas.
  4. Definición de proyectos.
  5. Ejecución.
  6. Seguimiento.

Como puedes comprobar, la primera, la más importante, de la que todo surge, es la identificación de oportunidades. ¿Por qué el iPhone de Jobs triunfó de forma escandalosa e inspiró a todas las demás empresas en la senda de los smartphones? Porque supo ver una oportunidad donde nadie más la había visto, y la hizo realidad. La gente quería contenido multimedia ("iPod"), comunicarse con sus contactos ("Phone") y acceder a Internet ("Breakthrough Internet Communicator"). Tres necesidades, las mismas que seguimos teniendo a día de hoy, satisfechas en un único dispositivo.

Por eso los smartphones se venden, por eso hay un mercado multimillonario a nivel global en torno a los teléfonos móviles. Porque, si te paras a pensarlo, no hay ni una sola necesidad que no puedas satisfacer con o a través de tu terminal --salvo las estrictamente humanas--. Apple supo ver esto y otras marcas se inspiraron en su modelo y lanzaron sus dispositivos inteligentes (eso es el mercado, a fin de cuentas). Tanto el iPhone como los smartphones Android, a los que meto en el mismo saco, satisfacen las mismas necesidades solo que de diferente forma. Son lo mismo con otros colores y otras formas, pero su idiosincrasia es exactamente la misma.

Pasaron los años, los teléfonos evolucionaron con más pantalla, más RAM, más apps, más capacidades, más "todo lo que quieras", satisfaciendo todas las necesidades que se iban planteando, hasta hace unos años. Desde hace unos años hasta ahora da la sensación de que se ha tocado una especie de techo que evita que el mercado siga creciendo, que frena la innovación, y esto es algo completamente natural que estaba tardando en llegar.

¿Cómo innovar cuando las necesidades son las mismas?

Huawei P20 Pro (6)

Ahora jugamos más, nos comunicamos más, estamos más horas pegados a la pantalla... pero seguimos haciendo exactamente lo mismo. El comportamiento del usuario es exactamente igual que el que era hace unos cuantos años, solo que ahora lo hace más tiempo y más rápido. Si en 2010 jugabas media hora, hoy juegas tres partidas de 45 minutos a PUBG. Si antes leías online de forma esporádica, hoy lo haces por norma. Es lo mismo, pero con un experiencia más satisfactoria. Sin embargo, el concepto de smartphone es exactamente idéntico.

Eso está provocando algo que ya venimos viendo desde hace tiempo: la innovación se ha traducido en mejoras incrementales. ¿El año pasado tenías una cámara? Pues toma, tres, y con modo retrato. Ah, ¿que ahora se usan emojis? Pues ten, animojis. ¿Te gusta jugar en el móvil? Aquí tienes, un smartphone para gamers --que es lo mismo solo que más potente y con otro nombre--. ¿Ves por dónde van los tiros? El concepto de smartphone no ha evolucionado, solo ha mejorado.

Lo que las marcas llevan haciendo en los últimos años es establecerse como referentes en un ámbito determinado: cámara, potencia, calidad-precio, pantalla... ¿Es esto innovar? Sí. ¿Es una innovación disruptiva? No.

Animojis iPhone X

Al fin y al cabo, las necesidades del usuario son las mismas, y nada mejor que la fotografía para verlo. Si tú quieres hacer fotos, es normal que la cámara vaya mejorando, pero seguirá haciendo exactamente lo mismo: sacar fotos. Puede hacer unas fotos nocturnas estupendas, puede reconocer objetos y situaciones, puede ayudarte a mejorar tu fotografía, pero el resultado siempre será el mismo: una foto. Punto y pelota. ¿Será una foto mejor? Sí. ¿Será otra cosa que no sea una foto? No.

Esto mismo lo puedes hacer con cualquier ámbito que se te ocurra. Piensa en tu día a día, en cómo usas el teléfono. ¿Ha cambiado en los últimos años? ¿Haces algo ahora que no hicieses hace cinco? No, simplemente lo haces de forma más eficiente y veloz, pero es lo mismo. Jugar es jugar, con mejor o peores gráficos; escuchar música es escuchar música con más o menos calidad; leer noticias es leer noticias tarde 1,2 o 1,3 milisegundos en cargar la web. Es igual, pero mejor.

"Es igual pero mejor" es un eslogan que se podría haber usado en las presentaciones de todas las marcas de los últimos cuatro o cinco años.

El final de la innovación

Accesos rapidos pantalla de bloqueo en S9

El problema del techo en el que se encuentra la industria es que no es tecnológico ni técnico, es humano. Una de las leyes del marketing es que no se pueden crear necesidades en el consumidor. El consumidor tiene unas necesidades básicas, y tú, como empresa, puedes satisfacerlas mejor o peor, pero no crearlas. No hay una necesidad de smartphone, sino una necesidad de relacionarse con nuestros semejantes. El smartphone solo te ayuda a satisfacerla. Este es solo un ejemplo de los miles que hay.

En la medida en que no hay nuevas necesidades, en la medida en que todas están cubiertas, no se puede innovar de forma disruptiva, no se puede hacer algo que revolucione el concepto de smartphone tal y como lo conocemos, tal y como hizo Jobs con el iPhone y el concepto de "teléfono móvil". La industria ha tocado techo, y ahora solo puede expandirse hacia los lados, hacia determinados segmentos. Si alguna empresa consigue revolucionar el concepto de smartphone, su invento no será un smartphone, será "otra cosa". Esa "otra cosa" es lo que llevamos desde 2007 sin ver.

El futuro del sector de la tecnología

Habrá quien, leyendo estas líneas, piense que estoy loco, que esto solo acaba de empezar y que los smartphones todavía tienen mucho que decir. Yo, por mi parte, creo que el futuro se mueve hacia otros derroteros, en concreto hacia la Realidad Virtual y la Inteligencia Artificial. Estamos empezando a ver ahora los primeros atisbos de la que será la tecnología del futuro. La realidad virtual eleva el concepto de interacción al siguiente nivel y las capacidades sociales del ser humano a la enésima potencia. Eso es algo que un smartphone no puede hacer, al menos ahora y hasta que se demuestre lo contrario.

Estas dos tecnologías son caras, no son para todos los públicos y están en fase experimental, pero son el salto que el sector de los smartphones y la tecnología necesita dar para que pueda seguir avanzando. La pregunta es quién será el que se quede con el punto, quién será el Apple de la IA y la RV. Todo apunta a que Apple, Google, Samsung, Amazon o Facebook, pero solo el tiempo dirá. De momento nos toca seguir esperando.

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