Por qué no deberías fiarte de los benchmarks al comprar un móvil

Olvídate de los benchmarks: por qué este tipo de aplicaciones no dicen nada sobre el rendimiento de un móvil.

Por qué no deberías fiarte de los benchmarks al comprar un móvil
AnTuTu es uno de los tests de rendimiento más populares disponibles en Android.

Dejarte llevar por los resultados de un bechmark o test de rendimiento para determinar la potencia de un móvil es un grave error.

Y lo es aún más hacer un factor decisivo a la hora de comprar un móvil el hecho de que un terminal obtenga un resultado superior a otro en un test de este tipo.

La realidad es que por culpa de algunos fabricantes, los resultados de los benchmarks han dejado de tener sentido casi por completo, y se han convertido en una cifra casi insignificante a la hora de determinar el rendimiento de un smartphone.

Antes de nada, ¿cómo funciona un benchmark?

Los tests de rendimiento sintéticos no son, ni de lejos, algo nuevo. Este tipo de software lleva años utilizándose para medir el rendimiento de dispositivos a través de pruebas que ponen en niveles cercanos al máximo las capacidades de cada componente de nuestro dispositivo de manera individual.

Con el auge de los smartphones, algunas compañías desarrolladoras no dudaron en crear sus propios benchmarks para móviles. Así, nacieron aplicaciones y plataformas tan famosas como AnTuTu Benhmark o GeekBench.

Por lo general, estas apps miden tanto el rendimiento de la CPU como las capacidades del terminal en cuanto a gráficos o la velocidad de su memoria.

En los últimos años también han surgido tests capaces de determinar la capacidad de nuestros teléfonos a la hora de desarrollar tareas de machine learning o cálculos complejos destinados a funciones de IA. Es el caso de AiTuTu.

Resultados adulterados, incluso de quien menos esperabas

El gran problema de los benchmarks surgió en cuanto este tipo de aplicaciones comenzaron a ganar popularidad entre los usuarios de smartphones, y se convirtieron en una vara de medir a la hora de determinar la potencia y el rendimiento de un móvil.

Y es que con el objetivo de implusar sus móviles a las primeras posiciones de los principales rankings de los benchmarks como AnTuTu, algunos decidieron modificar el software de sus teléfonos para conseguir puntuaciones más altas de lo normal.

Pixel 4a y Pixel 4 XL

Un procesador más potente no siempre implica un mejor rendimiento.

Este tipo de "engaños", consisten en modificaciones en el código del software que permiten determinar cuándo se está ejecutando una de estas aplicaciones, y hacer así que el hardware del dispositivo se ejecute a su máxima capacidad.

Y ese es, precisamente, el gran problema de los benchmarks. En términos generales, ningún móvil centrará todos sus recursos en ejecutar una sola app como sí lo hacen con este tipo de herramientas, permitiendo aumentar la temperatura de la CPU por encima de lo normal y sobrecargando el controlador de memoria para generar el máximo rendimiento posible.

Esto, por supuesto, termina produciendo puntuaciones más altas en los benchmarks. Pero la realidad es que hablamos de resultados adulterados que se ajustan más bien poco a la realidad.

Y si crees que se trata de una técnica no demasiado común, debes saber que incluso la primera firma de móviles a nivel mundial, Samsung, fue demandada y obligada a pagar 13,4 millones de dólares por manipular resultados de tests de rendimiento.

Pero no es la única. Otras como OnePlus, Sony o HTC también fueron cazadas modificando el software de sus móviles para obtener mejores puntuaciones en tests de rendimiento.

Incluso la fabricante de procesadores móviles MediaTek fue descubierta llevando a cabo este tipo de técnicas, algo más grave aún, pues ni siquiera eran las propias marcas de móviles las que "engañaban" a los usuarios.

¿Qué otras formas de medir el rendimiento existen?

En definitiva, está fiarse de un benchmark para medir el rendimiento de un móvil es un error. No solo por el hecho de que un número no siempre es representativo de la experiencia que puede ofrecer un terminal, sino más bien por la facilidad de los fabricantes a la hora de manipular los resultados.

El problema es que los resultados de los benchmarks son fáciles de entender, y por tanto es fácil dejarse guiar por ellos al determinar la potencia de un terminal.

Por suerte, a día de hoy existe la información necesaria para saber si un terminal ofrece un buen rendimiento sin necesidad de fiarse de un benchmark: si cuenta con un procesador relativamente moderno, la cantidad suficiente de memoria RAM y, además, la marca tiene fama de ofrecer un software optimizado y de brindar un buen soporte, es muy probable que la experiencia con ese terminal sea buena. Lo suficiente como para olvidarte de cualquier tipo de número arrojado por un test sintético.

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