Qué fue del HTC One, uno de los smartphones más queridos de la historia
El smartphone de HTC supuso un antes y un después, un dispositivo que todo amante del mundo Android recuerda.
Si tengo que pensar en un smartphone mítico, un dispositivo del Android de la antigüedad del que me siga acordando, no tengo dudas, solo tardaría unos instantes en llegar a mi mente el HTC One. Creo que muchos de vosotros coincidiréis conmigo, el terminal de la firma taiwanesa sigue muy vivo en el recuerdo de la comunidad a pesar de haber visto la luz hace ya 10 años.
En las siguientes líneas recordaremos los aspectos principales de un dispositivo muy querido, un smartphone que, de una forma u otra, abrió camino para todo lo que ha venido después. Al fin y al cabo, nos enseñó que los smartphones podían ser prácticamente piezas de joyería, nos mostró a muchos un mundo más allá del plástico.
Toda una leyenda del mundo Android
El diseño del HTC One supuso un antes y un después, muchos de nosotros estuvimos enamorados. El aluminio era algo nuevo, llamativo, recuerdo quedarme embobado mirándolo cuando lo encontraba en algún escaparate. En un mercado inundado por el plástico, este HTC fue un soplo de aire fresco. Incluso soñamos la posibilidad de una renovación del terminal en pleno 2020, 7 años después de su lanzamiento, lo que puede ayudarte a entender lo relevante que llegó a ser.
La pantalla del móvil de HTC alcanzaba las 4,7 pulgadas, con tecnología LCD y una resolución Full HD. Hoy en día nos parecería un smartphone diminuto, pero no viene mal recordar que hace menos de lo que pensamos ver una pantalla de 6 pulgadas era prácticamente imposible. Ahora lo realmente complicado es encontrar una que baje de esa cifra.
Nuestro protagonista se movía gracias al Snapdragon 600, uno de los procesadores fabricados por Qualcomm. Le daban forma 4 núcleos capaces de moverse a 1,9 GHz, también la GPU Adreno 320. De igual manera, le acompañaban 2 GB de memoria RAM y 32 GB de almacenamiento. Estos "modestos" números nos emocionaban con su rendimiento hace ya una década.
El One M8 continuó el camino, su filosofía de diseño nos acompañó durante años.
En la preciosa trasera del smartphone taiwanense (perdonad pero no puedo disimular lo mucho que me sigue gustando) vivía una cámara de 4 megapíxeles. Las pantallas han crecido y los móviles se han llenado de cámaras, pero hubo un momento en el que todo era bastante más sencillo. No me olvido de su frontal, en el que una cámara de 2 megapíxeles se encargaba de los selfies.
Los 2.300 mAh de su batería también sorprenderían hoy en día, una cifra con la que cualquier smartphone actual no sería capaz de llegar ni al mediodía. Puede que los avances tecnológicos no parezcan sustanciales año a año, por lo que echar la vista atrás no viene mal para percatarnos del largo camino que hemos recorrido.
Si hay un móvil que me gustaría ver revivir en algún momento es este One M7, no tengo dudas. ¿Quizás una edición especial ahora que se cumplen 10 años de su llegada al mercado? Si alguien de HTC me lee, bueno, ¿por qué no intentarlo?
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