BYD demuestra la resistencia de su todoterreno más lujoso intentando aplastarlo con un árbol de 2 toneladas
BYD lanza un tronco de dos toneladas sobre el techo del Yangwang U8L para probar la resistencia de su chasis ante impactos reales
BYD se ha cansado de los tests de laboratorio y ha decidido probar la dureza de su Yangwang U8L a lo bruto: tirándole un árbol de dos toneladas encima. La marca china quiere quitarse de encima cualquier sospecha sobre la fragilidad de sus coches y ha montado este espectáculo para demostrar que su todoterreno más caro aguanta un impacto catastrófico sin despeinarse.
La prueba la recogen en ArenaEV, y no se quedaron cortos: soltaron el tronco hasta tres veces seguidas sobre el techo. El golpe final tuvo una energía de más de 50 kilojulios, suficiente para dejar plano un turismo normal. Aquí, sin embargo, los pilares ni se inmutaron y, lo mejor de todo, el coche arrancó y se fue rodando como si nada hubiera pasado.
Un tanque de cinco metros y medio
Estamos hablando de la versión larga del U8, un monstruo de casi 5,4 metros que cuesta en China unos 170.000 euros al cambio. Es un precio que marea, y más si pensamos que subirá si finalmente BYD trae a Europa su marca Yangwang. Con este test, lo que buscan es decirle al cliente potencial que ese dineral no es solo por las pantallas y el cuero, sino por una estructura a prueba de bombas.
La mecánica también es particular. No es un eléctrico puro, sino un EREV de rango extendido. Tiene cuatro motores eléctricos, uno por rueda, y un motor de gasolina 2.0 que no mueve el coche, solo hace de generador para cargar la batería. Es el mismo sistema de la versión estándar, pensado para tener potencia siempre disponible sin depender de enchufes en mitad de la nada.
Además de duro, el coche viene cargado de trucos de feria. Puede hacer el giro de tanque de 360 grados, rotando sobre sí mismo, o andar de lado. Incluso tiene un modo de flotación que sella el coche para navegar por el agua durante media hora en caso de inundación. Son funciones que seguramente nunca uses, pero que ayudan a vender esa imagen de vehículo indestructible y tecnológico.
Sobre el papel, promete más de 1.000 kilómetros de autonomía combinada, aunque ya sabemos que el ciclo chino es muy optimista y la realidad será otra. Al final, lo que queda de esta maniobra es la imagen del árbol rebotando contra el techo. BYD ha querido dar un golpe en la mesa —literalmente— para demostrar que en China también saben hacer coches duros como rocas.