Samsung Galaxy S25 Edge, análisis: un ejercicio de diseño ultrafino que se olvida de lo esencial
Un smartphone atractivo físicamente, sí, pero que introduce recortes en aspectos demasiado importantes en el día a día

Samsung nos citó en su Unpacked de principios de 2025 con la promesa de una nueva era para la familia Galaxy S. Y además de los ya esperados Galaxy S25, S25+ y S25 Ultra, la compañía surcoreana se sacó de la chistera un as llamado Samsung Galaxy S25 Edge. Un terminal que apostaba todo a un diseño extraordinariamente delgado y ligero, con materiales premium como el titanio y la nueva protección Corning Gorilla Glass Ceramic 2. Tras varios meses de espera desde aquel anuncio, y con un MWC 2025 entre medias donde pudimos echarle un vistazo más de cerca, por fin ha llegado al mercado español, y lo hemos podido probar a fondo.
La propuesta del S25 Edge es, cuanto menos, atrevida: ofrecer la potencia del Snapdragon 8 Elite for Galaxy y las capacidades de Galaxy AI en el cuerpo más fino jamás visto en un Galaxy S. Sobre el papel, suena a proeza de la ingeniería. Y en parte lo es. Las primeras horas con el S25 Edge en la mano son una gozada por su ligereza y delgadez. Pero, ¿compensa este ejercicio de estilo los sacrificios que conlleva? ¿Es realmente un móvil práctico para el día a día o se queda en una mera declaración de intenciones?
Después de usarlo como mi móvil principal durante estas últimas semanas, tengo una opinión bastante clara. El Samsung Galaxy S25 Edge es un escaparate tecnológico, un móvil que sin duda atraerá miradas, pero que, en mi opinión, se queda a medio camino en demasiados aspectos cruciales para justificar su elevado precio y su existencia en un catálogo ya de por sí muy completo.
+ Pros
- Diseño ultrafino y ultraligero que realmente impresionante al primer contacto
- Excelente calidad de construcción
- Pantalla brillante y con buena calidad
- Rendimiento de primer nivel gracias al Snapdragon 8 Elite for Galaxy
- Galaxy AI sigue siendo una de las mejores integraciones de IA en Android
- Contras
- La batería de 3900 mAh es claramente insuficiente para su pantalla y procesador
- El sistema de cámaras no incluye teleobjetivo, injustificable por 1259 euros
- La ergonomía no mejora pese a la delgadez: sigue siendo un móvil grande y difícil de usar con una mano
- Se echa en falta el recubrimiento antirreflejos en la pantalla
- El factor de forma ultrafino, aunque llamativo, implica demasiados compromisos prácticos
- Poca diferenciación real con un Galaxy S25+ más allá de la delgadez extrema

- Ficha técnica de características
- Precio del Samsung Galaxy S25 Edge y dónde comprarlo
- Diseño y pantalla
- Hardware y rendimiento
- Software y experiencia
- Batería y carga
- Cámaras
- Mejores alternativas al Samsung Galaxy S25 Edge
- Conclusión: ¿vale la pena el Samsung Galaxy S25 Edge?
Ficha técnica de características
Especificaciones | Samsung Galaxy S25 Edge |
---|---|
Dimensiones | 158,2 x 75,6 x 5,8 mm 163 gramos |
Pantalla | Dynamic AMOLED 2X de 6,7 pulgadas QHD+ (3.120 x 1.440 px) LTPO 1-120 Hz HDR10+ Vision Booster Eye Comfort Shield Gorilla Glass Ceramic 2 |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 8 Elite 'for Galaxy' (3 nm) @ 4,47 GHz GPU Adreno 830 |
RAM | 12 GB |
Almacenamiento | 256 ó 512 GB (no ampliables) |
Sistema operativo | One UI 7 basado en Android 15 Actualizaciones del sistema durante un mínimo de 7 años Actualizaciones de seguridad durante un mínimo de 7 años Galaxy AI |
Cámaras | Trasera: - 200 MP (wide) f/1.7, Dual Pixel PDAF, OIS - 12 MP (ultrawide) f/2.2, 120º Frontal: - 12 MP (wide) f/2.2, Dual Pixel PDAF, 80º |
Conectividad | 5G doble-SIM Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac/6e/7, tri-band Bluetooth 5.4 LE aGPS + GLONASS + BDS + GALILEO + QZSS NFC UWB USB tipo-C v3.2 OTG |
Batería | 3.900 mAh (no extraíble) Carga rápida 25 W Carga rápida inalámbrica (15 W) Qi2 Carga reversible (4,5 W) |
Otros | Chasis de Titanio Gorilla Glass Ceramic 2 Certificación IP68 Lector de huellas integrado (ultrasónico) Samsung Pay, DeX y servicios exclusivos Galaxy |
Colores | Titanium IcyBlue Titanium JetBlack Titanium Silver |
Precio | Desde 1.259 euros (256GB) |
Precio del Samsung Galaxy S25 Edge y dónde comprarlo
El Samsung Galaxy S25 Edge ya está disponible para su compra en España. Se puede adquirir a través de la tienda online oficial de Samsung España (Samsung.com) y en los principales distribuidores autorizados y operadores del país.
El precio oficial de lanzamiento para el Samsung Galaxy S25 Edge en su versión base de 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento es de 1.259 euros. También se ofrece una variante con 12 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento, cuyo precio se sitúa en los 1.379 euros. Los colores disponibles son Titanio Plata, Titanio Azul y Titanio Negro intenso.
Diseño y pantalla

La parte trasera del Samsung Galaxy S25 Edge en color gris / Fotografía de Christian Collado
Aquí es donde el Samsung Galaxy S25 Edge busca brillar, y a primera vista, lo consigue. Con un grosor de tan solo 5,8 milímetros y un peso de 163 gramos, es innegable que estamos ante una proeza de la ingeniería. Sacarlo de la caja y sostenerlo por primera vez es una experiencia sorprendente; parece casi una maqueta por lo increíblemente fino y ligero que se siente para un dispositivo con una pantalla de 6,7 pulgadas. El uso de titanio en el marco y la nueva protección Corning Gorilla Glass Ceramic 2 en el frontal le dan un aspecto y un tacto indudablemente premium. Los bordes planos y el acabado general son exquisitos, como Samsung nos tiene acostumbrados en su gama más alta.
Sin embargo, esta fase de "luna de miel" con el diseño ultrafino tiene sus matices, y en mi experiencia, se diluye con el uso diario. A pesar de su delgadez y ligereza, el S25 Edge sigue siendo un móvil grande. Sus dimensiones generales (75,6 x 158,2 mm) son muy similares a las de un Galaxy S25+ o cualquier otro smartphone con una pantalla de este tamaño.

El grosor del Samsung Galaxy S25 Edge, de solo 5,8 mm / Fotografía de Christian Collado
Esto significa que, en la práctica, la ergonomía no ha mejorado significativamente y sigue siendo complicado de manejar con una sola mano para la mayoría de usuarios. La delgadez extrema, aunque impactante, no compensa la anchura y altura del dispositivo en términos de comodidad de agarre o alcance del pulgar. Sinceramente, hubiera sido mucho más interesante y diferencial si este ejercicio de diseño se hubiera aplicado a un terminal con un tamaño de pantalla más contenido, quizás las 6,2 pulgadas del Galaxy S25 estándar, creando un verdadero compacto premium.
La pantalla es una Dynamic AMOLED 2X de 6,7 pulgadas con resolución QHD+ y una tasa de refresco adaptativa de hasta 120Hz. La calidad es la que esperamos de Samsung: colores vibrantes, negros profundos, excelente nitidez y un brillo máximo que permite una buena visualización en exteriores. Integra funciones como Vision Booster y Tono de color adaptativo. Sin embargo, y aquí encuentro otra de las notas de mi periodo de prueba, se echan en falta detalles propios de un móvil que aspira al trono premium, como un recubrimiento antirreflejos más avanzado, similar al que podría montar un Galaxy S25 Ultra. En un dispositivo de este precio, y con un diseño tan enfocado en la estética, este tipo de detalles marcan la diferencia y aquí, el S25 Edge se queda un paso por detrás.

La pantalla es completamente plana, como en el resto de modelos de la serie Galaxy S25 / Fotografía de Christian Collado
Al final, el formato ultrafino es muy llamativo las primeras horas, un auténtico efecto "wow". Pero una vez pasada esa novedad inicial, empiezas a preguntarte si los compromisos que implica realmente valen la pena solo por esos milímetros de menos.
Hardware y rendimiento

Samsung ha integrado en el interior del Galaxy S25 Edge el mismo procesador Qualcomm Snapdragon 8 Elite for Galaxy que en el resto de modelos de la serie / Fotografía de Christian Collado
En el corazón del Samsung Galaxy S25 Edge late el potente Snapdragon 8 Elite for Galaxy, el mismo chipset que impulsa al resto de la familia S25. Este procesador, personalizado por Qualcomm para los dispositivos de Samsung, ofrece un rendimiento de primer nivel, capaz de mover con absoluta fluidez el sistema operativo (Android 15 con One UI 7) y cualquier aplicación o juego exigente. Acompañado de 12 GB de memoria RAM, la multitarea es ágil y no he experimentado cierres inesperados de apps ni ralentizaciones en el día a día.
Samsung también destaca una cámara de vapor reconfigurada, más delgada pero más amplia, diseñada para mantener la temperatura del dispositivo a raya incluso bajo carga de trabajo intensa. En mis pruebas, el móvil se ha comportado bien en este aspecto, sin calentamientos excesivos en sesiones de juego o grabación de vídeo prolongadas. Se calienta, sí, pero no mucho más que cualquier otro smartphone basado en el mismo procesador.
El almacenamiento interno está disponible en opciones de 256 GB o 512 GB.
Software y experiencia

One UI 7 es la versión del sistema operativo que da vida al S25 Edge. La misma que encontramos en el resto de modelos de la familia / Fotografía de Christian Collado
El Samsung Galaxy S25 Edge llega con Android 15 bajo la capa One UI 7 de Samsung, y con toda la artillería de funciones de Galaxy AI que la compañía ha ido perfeccionando. La experiencia de software es, en líneas generales, la misma que encontraríamos en un Galaxy S25 o S25+. Tenemos un sistema operativo maduro, cargado de opciones de personalización, herramientas útiles y una integración cada vez más profunda de la inteligencia artificial en tareas cotidianas.
Funciones como Now Brief (resúmenes inteligentes) y Now Bar (accesos directos contextuales) están presentes y se integran con aplicaciones de terceros. La colaboración con Google también trae los últimos avances de Gemini al dispositivo, con funciones como Gemini Live para interactuar con la IA mostrando lo que vemos en pantalla o a nuestro alrededor. El Borrador de audio para eliminar ruidos no deseados en vídeos o el Asistente de dibujo para potenciar la creatividad son herramientas que ya conocemos y que funcionan realmente bien.

Galaxy AI no falta a su cita con el Galaxy S25 Edge / Fotografía de Christian Collado
La privacidad sigue siendo una prioridad, con el procesamiento de muchas funciones de IA en el propio dispositivo y la protección de Samsung Knox Vault.
En este apartado, el S25 Edge ofrece una experiencia sólida y completa, pero que, de nuevo, no se diferencia sustancialmente de la que ofrece un Galaxy S25+. Incluso los altavoces, el lector de huellas ultrasónico en pantalla o el motor háptico son idénticos a los que podemos encontrar en un Galaxy S25 o S25+.
Batería y carga

Para conseguir crear un dispositivo con un cuerpo tan delgado y ligero, Samsung ha tenido que tomar decisiones drásticas. Reducir la capacidad de la batería es una de ellas / Fotografía de Christian Collado
Y llegamos a uno de los puntos más críticos y, en mi opinión, más decepcionantes del Samsung Galaxy S25 Edge: la batería. Para conseguir ese perfil ultrafino de 5,8 mm, Samsung ha tenido que hacer un sacrificio importante en la capacidad de la batería, que se queda en unos escuetos 3.900 mAh.
Para un móvil con una pantalla QHD+ de 6,7 pulgadas a 120Hz y un procesador tan potente como el Snapdragon 8 Elite for Galaxy, esta cifra es, sencillamente, insuficiente para aguantar una jornada de uso intensivo. En mis pruebas, he llegado al final del día pidiendo auxilio al cargador en numerosas ocasiones, y con un uso moderado, alcanzar la noche ya era un pequeño logro. Olvídate de los dos días de autonomía que sí pueden ofrecer otros gama alta, o incluso algunos gama media con baterías más generosas.
Este es el principal "contra" que mencionaba al hablar del diseño ultrafino. La ventaja de tener un móvil espectacularmente delgado se acaba en cuanto te das cuenta de que vas a vivir pegado a un enchufe o a una power bank. Samsung debería haber explorado otras tecnologías de batería, como las de Silicio-Carbono que ya están implementando algunas marcas chinas, que permiten aumentar la densidad energética y ofrecer al menos un 20% más de capacidad en el mismo espacio. Creo que Samsung se ha adelantado sin necesidad con este ejercicio de delgadez, y está pagando caras las prisas en un aspecto tan fundamental como la autonomía.
La carga rápida por cable permite recuperar hasta un 55% de la batería en unos 30 minutos, siempre y cuando uses un adaptador de 25 W (que, por supuesto, se vende por separado). También cuenta con carga inalámbrica rápida y PowerShare inalámbrico, pero estas funciones no compensan la escasa capacidad de la batería principal.
Cámaras

El módulo de cámaras del Samsung Galaxy S25 Edge, con un sensor de 200 megapíxeles tras la lente principal / Fotografía de Christian Collado
El Samsung Galaxy S25 Edge monta un sistema de cámaras trasero dual, liderado por un sensor gran angular de 200 megapíxeles con estabilización óptica (OIS), apertura ƒ/1.7 y la capacidad de ofrecer un zoom 2x de calidad óptica mediante recorte del sensor. Le acompaña un sensor ultra gran angular de 12 megapíxeles con apertura ƒ/2.2 y, un punto a su favor, autoenfoque, lo que le permite hacer también funciones de macro. La cámara frontal es de 12 megapíxeles.
Sobre el papel, el sensor principal de 200MP suena impresionante, y en condiciones de buena luz, es capaz de capturar imágenes con un nivel de detalle muy alto y colores vibrantes, en la línea de lo que Samsung nos tiene acostumbrados. La tecnología Nightography también ha mejorado, según la marca, ofreciendo un 40% más de brillo en entornos oscuros. El ultra gran angular con autoenfoque es versátil y cumple bien su función, tanto para paisajes como para primeros planos creativos.

La app de cámara es la misma que ya se puede encontrar en los Galaxy S25, S25+ y S25 Ultra / Fotografía de Christian Collado
Sin embargo, y aquí viene la gran decepción de este apartado para un móvil de 1.259 euros: la ausencia total de un teleobjetivo dedicado. En 2025, un smartphone que se posiciona en la gama más premium y que supera holgadamente los 1000 euros no puede permitirse el lujo de no incluir una lente teleobjetivo. El zoom 2x de calidad óptica que ofrece el sensor principal está bien para salir del paso, pero no se puede comparar con la versatilidad y la calidad que ofrece un teleobjetivo óptico 3x o 5x, ya no digamos los 10x que vemos en modelos Ultra.
El ProVisual Engine y las funciones de Galaxy AI (Borrador de audio, Asistente de dibujo) están ahí para mejorar los resultados y la edición, pero no pueden suplir la carencia de hardware. Sinceramente, el sistema de cámaras del Galaxy S25 Edge, aunque con un buen sensor principal, simplemente no está a la altura de lo que se espera en este rango de precio. Se siente más como el sistema de cámaras de un Galaxy S25 o S25+ "básico" que el de un móvil que presume de ser un "Edge" innovador y premium.
Galería de fotos y vídeos con Samsung Galaxy S25 Edge
Mejores alternativas al Samsung Galaxy S25 Edge

Puede que no sea el mismo enfoque, pero si buscas un flagship compacto, el Pixel 9 Pro puede ser una muy buena opción / Fotografía de Christian Collado
Si el diseño ultrafino del S25 Edge te ha llamado la atención pero sus compromisos te echan para atrás, o si simplemente buscas la mejor experiencia en la gama alta por un precio similar, el mercado en 2025 ofrece alternativas muy potentes:
- Samsung Galaxy S25/S25+: si te gusta el ecosistema Samsung y Galaxy AI, pero buscas una batería más solvente y quizás un precio algo más ajustado (en el caso del S25) o una pantalla similar sin el "peaje" de la delgadez extrema (S25+), sus hermanos de gama son opciones más equilibradas. El S25+ probablemente ofrezca una experiencia muy parecida al Edge en casi todo, pero con mejor batería.
- Samsung Galaxy S25 Ultra: si el presupuesto no es un problema y buscas lo mejor de lo mejor en Samsung, especialmente en cámaras (con sus múltiples teleobjetivos) y productividad (S Pen), el S25 Ultra sigue siendo el rey indiscutible, aunque a un precio mayor (o no, si consigues hacerte con él en oferta).
- Google Pixel 9 Pro: aunque con un enfoque de diseño diferente, los Pixel de Google siguen siendo los referentes en experiencia de software Android puro, actualizaciones instantáneas y, sobre todo, una fotografía computacional que a menudo supera a rivales con hardware teóricamente superior. Si la cámara y el software son tu prioridad, un Pixel 9 Pro podría ofrecerte más por un precio similar o incluso inferior, a la vez que consigues la experiencia de móvil compacto que este S25 Edge aspira a ofrecer a través de su cuerpo ultradelgado.
- iPhone 16 Pro: para los que no están atados al ecosistema Android, el iPhone 16 Pro de Apple siempre será un rival a batir en términos de rendimiento, ecosistema de apps y calidad de vídeo.
Conclusión: ¿vale la pena el Samsung Galaxy S25 Edge?

El Galaxy S25 Edge es un buen trabajo de diseño por parte de Samsung. Y poco más / Fotografía de Christian Collado
Llegamos al final, y toca responder a la pregunta del millón. El Samsung Galaxy S25 Edge es, sin duda, un ejercicio de ingeniería impresionante y un móvil visualmente muy llamativo. Su delgadez extrema y su ligereza, combinadas con materiales premium como el titanio y el nuevo Gorilla Glass Ceramic 2, lo convierten en un objeto de deseo al primer contacto. La pantalla es excelente y el rendimiento está a la altura de la gama más alta.
Sin embargo, una vez el efecto "wow" se desvanece, los "contras" empiezan a pesar más que los "pros". La batería de 3.900 mAh es, sencillamente, un lastre para un móvil de estas características y precio, obligándote a vivir pendiente del cargador. El sistema de cámaras, aunque con un buen sensor principal de 200MP, se queda corto sin un teleobjetivo dedicado, algo injustificable en un terminal de 1.259 euros. Y la ergonomía, a pesar de la delgadez, no mejora sustancialmente debido a su gran tamaño de pantalla, que lo hace difícil de manejar con una sola mano. De hecho, no es muy diferente de un Galaxy S25+ en cuanto a experiencia general, salvo por la delgadez y los compromisos que esta conlleva.
En mi opinión, el Samsung Galaxy S25 Edge es un experimento de diseño interesante, pero totalmente prescindible en el catálogo actual de Samsung. Es un móvil que parece haber priorizado la estética ultrafina por encima de la funcionalidad y la practicidad del día a día. A no ser que valores la delgadez extrema por encima de cualquier otra cosa, creo que hay opciones mucho más equilibradas y recomendables en el mercado, incluso dentro de la propia Samsung. Es una pena, porque la base tecnológica es excelente, pero los sacrificios realizados en pos de un récord de grosor le pasan demasiada factura

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