Adiós a las centrales nucleares típicas. Este nuevo invento lo cambia todo
Southern Nuclear prueba un combustible enriquecido al 6% que podría alargar los ciclos operativos de 18 a 24 meses y aumentar la producción un 20% sin modificar las instalaciones

Las centrales nucleares actuales están a punto de dar un giro inesperado gracias a un combustible mejorado. En EE.UU. ya están probando uranio enriquecido al 6%, una cifra que puede parecer insignificante frente al 3-5% tradicional, pero que promete extender los ciclos operativos y aumentar la producción energética sin tocar la infraestructura. Y todo esto ocurre justo cuando más se debate sobre el papel de la energía nuclear en la transición verde.
Según informa New Atlas, Southern Nuclear acaba de marcar un hito al introducir combustible nuclear enriquecido al 6% en el reactor comercial Vogtle 2, situado en Georgia. Este avance forma parte del Programa de Combustible Tolerante a Accidentes, desarrollado junto a Westinghouse Electric y el Departamento de Energía estadounidense.
La tecnología que revoluciona el combustible nuclear
El combustible ADOPT desarrollado por Westinghouse destaca por tres características clave. La principal ventaja es que los reactores pueden funcionar durante 24 meses sin recarga, frente a los 18 actuales. Una mejora similar en duración a la que buscan conseguir con los reactores de fusión que están construyendo en Virginia.
Pero la cosa no queda ahí. El nuevo combustible incluye aditivos como cromo y alúmina que reducen la liberación de gases radiactivos y mejoran la estabilidad térmica. Además, su estructura de grano modificada retiene mejor los productos de fisión, un aspecto crucial para la seguridad.
En Vogtle han cargado cuatro conjuntos experimentales que estarán bajo la lupa durante cuatro años y medio. Cada 18 meses, extraerán muestras para analizar cómo se comporta el material bajo radiación constante, algo parecido a las pruebas realizadas en los sistemas nucleares subterráneos finlandeses para calefacción urbana.
Las implicaciones son importantes: los reactores actuales podrían generar un 20% más de electricidad sin grandes reformas estructurales. Al espaciar las recargas, los costes operativos bajarían aproximadamente un 15%, un respiro económico para una industria que lucha por mantener su competitividad.
Pete Sena, CEO de Southern Nuclear, ha sido claro: "Operaremos con mayor producción durante más tiempo, respondiendo a la demanda energética de Georgia". Si las pruebas dan buenos resultados, el Departamento de Energía prevé su implementación comercial hacia 2030, coincidiendo con el momento en que China espera completar su primera central de fusión.
Mientras tanto, Rusia sigue controlando el 80% del mercado de uranio altamente enriquecido, lo que ha impulsado a EE.UU. a acelerar su producción nacional. Europa no se queda atrás, ya utiliza ADOPT en 25 reactores desde 2023. Este campo también está inspirando desarrollos paralelos, como dispositivos que convierten residuos nucleares en electricidad mediante sistemas fotovoltaicos especializados.
Con este nuevo combustible, las centrales nucleares que ya tenemos podrían dar mucho más de sí. Una mejora que llega en el momento justo, cuando buscamos desesperadamente formas de generar electricidad sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera y sin construir docenas de instalaciones nuevas. Habrá que estar atentos a los resultados de estas pruebas en los próximos años.