Adiós al doble acristalamiento: el nuevo material estilo 'plástico de burbujas' que promete aislar tu casa como nunca
Ingenieros de Colorado presentan MOCHI, un gel transparente con poros nanométricos que aísla las ventanas mejor que el vidrio doble
Un equipo de la Universidad de Colorado Boulder ha desarrollado un material transparente que podría dejar obsoleto al doble acristalamiento tradicional. Se trata de MOCHI, un compuesto que sus creadores describen como un "plástico de burbujas" molecular, pero que en realidad es un gel de silicona diseñado para atrapar el aire en poros nanométricos y bloquear la transferencia térmica sin perder visibilidad.
La noticia, recogida por Interesting Engineering, soluciona el principal escollo de los aislantes actuales: o son eficientes o son transparentes, pero rara vez ambas cosas. Con apenas cinco milímetros de grosor, este material impide el paso del calor con tal eficacia que es posible colocar la mano detrás de una llama sin quemarse, ofreciendo un rendimiento muy superior al del vidrio convencional.
Física cuántica para reducir la factura
La clave del invento no es química, sino física. El material está lleno de poros mucho más pequeños que el grosor de un cabello. En espacios tan reducidos, las moléculas de aire no tienen sitio para chocar entre sí y transmitir energía, sino que rebotan contra las paredes del gel. Básicamente, impide que el calor se mueva, atacando el problema del aislamiento mejor que vigilar qué electrodoméstico consume más.
Hasta ahora, la alternativa eran los aerogeles, pero estos suelen tener un aspecto lechoso, como de "humo congelado". MOCHI, sin embargo, permite pasar el 99,8% de la luz. El proceso de fabricación utiliza tensioactivos para organizar la silicona en filamentos ordenados, creando láminas flexibles pensadas para adherirse a las ventanas existentes sin necesidad de hacer obra ni cambiar los marcos.
Este desarrollo aborda la eficiencia energética desde la escala microscópica, complementando las grandes infraestructuras como la inmensa muralla solar de China. Mientras la ingeniería global busca soluciones macro, como instalar paneles solares en el espacio, materiales como este aseguran que no desperdiciemos esa energía climatizando la calle a través de fachadas de cristal ineficientes.
Como suele pasar, el material funciona perfectamente en el laboratorio, pero el reto ahora es industrial. Los investigadores deben demostrar que pueden fabricarlo de forma masiva y barata. Si lo consiguen, sería una herramienta vital para convertir los rascacielos acristalados en edificios pasivos, eliminando su mayor debilidad térmica sin sacrificar la luz natural.