Así es el sustituto ecológico del cemento que se imprime en 3D, endurece en 3 días y supera al hormigón tradicional

Desarrollado en la Universidad Estatal de Oregón, utiliza arcilla y fibras de cáñamo para reducir drásticamente la huella de carbono

Así es el sustituto ecológico del cemento que se imprime en 3D, endurece en 3 días y supera al hormigón tradicional
El nuevo material permite levantar estructuras en solo tres días gracias a su rápido endurecimiento y mayor resistencia inicial
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

Un equipo de la Universidad Estatal de Oregón ha desarrollado un material que promete jubilar al hormigón gracias a su velocidad. Se trata de una mezcla imprimible en 3D que se endurece lo suficiente para soportar el peso de una vivienda en solo tres días, dejando en evidencia las casi cuatro semanas que necesita el cemento tradicional para secarse y curar por completo.

Según recogen en New Atlas, la receta no tiene mucho misterio: utiliza suelo arcilloso, fibras de cáñamo industrial, trozos de madera quemada y un pegamento especial que se activa con calor. Lo importante es que este proceso elimina los hornos industriales gigantescos, que son los culpables de ese gran porcentaje de emisiones globales que arrastra la industria del cemento desde hace décadas.

Una casa lista en un fin de semana

La gran ventaja operativa es que el material aguanta el tipo nada más salir de la impresora. Tiene la consistencia suficiente para que puedas ir poniendo capas una encima de otra sin que el muro se desmorone por su propio peso. Es la pieza que faltaba para que hitos como crear una parada de tren en pocas horas dejen de ser anécdotas aisladas y pasen a ser una solución real.

Para que nos entendamos con la dureza: a los tres días el material ya cumple la normativa de seguridad para construir una casa. Y si esperas una semana, se vuelve más duro que el hormigón convencional de muchas aceras. Esto mejora mucho lo visto en proyectos como el mayor edificio impreso en 3D, donde los tiempos de secado seguían siendo un lastre importante.

La industria lleva años dando palos de ciego buscando sustitutos. Hemos visto desde mezclas de grafeno con hormigón para hacerlo más ecológico hasta experimentos raros hechos con agua del mar. Incluso hay quien prueba alternativas biológicas hechas con hongos, pero casi todas fallan en lo mismo: no sirven para levantar un edificio mañana mismo con garantías de que no se caiga.

La mala noticia, como siempre, está en la cartera. Los investigadores admiten que este compuesto todavía cuesta más que el cemento gris de toda la vida. Hasta que no logren abaratar los aglutinantes químicos que usan, es difícil que tu próxima casa sea de cáñamo, pero demuestra que la tecnología para construir rápido y limpio ya existe.

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